Si te conocen con sobrenombre de “reina del destape”, es imposible que lleves una vida anodina. Lo que toca es ser protagonista de escándalos, presumir de amplio currículo amoroso y guardar más secretos que un espía en plena Guerra Fría, así que, visto así, nada que reprocharle a Bárbara Rey, una de las musas que inspiraron la transición y abrieron miras a la sociedad conservadora de aquella España.
La ex-vedette llegó de Totana (Murcia) dispuesta a comerse el mundo, y dejando atrás a María García para convertirse en Bárbara Rey. Esto debió servir de presagio de la vida que le esperaba. Y es que a punto de cumplir 73 años, sigue siendo noticia, desenterrando sorpresas de su pasado y esquivando los puñales que le lanzan sus enemigos, aunque ahora sea su propio hijo, Ángel Cristo Junior, el que se los lanza, sacando a la luz detalles íntimos de su madre, y de la dura infancia que él y su hermana Sofía vivieron.
Fobias y filias aparte, Bárbara nos ha dado momentazos —y auguramos que seguirá haciéndolo—, no en vano tiene serie propia y documental. Mientras que en 'Cristo y Rey' (Atresplayer Premium), conocemos la tormentosa historia ella y su marido, Ángel Cristo; en Netflix narra en primera persona su trayectoria artística, cómo fueron sus inicios y los hombres que han marcado su vida, sin duda, uno de los capítulos que apetece repasar.
¡Bárbara! Así fue la mujer que conquistó a algunos de los hombres más guapos del mundo
Al poco tiempo de llegar a Madrid, Bárbara comenzó a actuar en el Teatro La Fontana para cumplir su sueño de ser artista. Corría el año de 1974 cuando el actor Alain Delon se instalaba en nuestro país para rodar ‘El Zorro’ y una noche, gracias a una amiga común, conoció a la mujer más deseada del momento. El flechazo fue instantáneo y estuvieron juntos un par de años, llegando a compartir casa en París. Rey confiesa que estuvieron enamorados, aunque cree que él un poco más.
Tras este idilio se la relacionó con otro de los actores más admirados de aquella época, Fabio Testi, con quien se la fotografió en un tablao flamenco durante una visita del italiano a Madrid para participar en el programa de Raffaella Carrà. Fue tan pasajero que apenas trascendió.
Bárbara y el jaque al rey: su aventura con Juan Carlos I
Lo que fuera un secreto a voces durante años, ha dejado de ser un tabú para convertirse en el más jugoso de los salseos. La relación que mantuvieron Juan Carlos I, el entonces rey de España, y el icono del destape, está dejando kilómetros de material sobre lo que sucedió en aquellos encuentros con regusto a escándalo. Tanto en ‘Una vida Bárbara’ (Neflix), como en el documental de HBO 'Salvar al rey', se desvelan muchos secretos de un romance que tuvo segunda parte.
Al parecer, la actriz y el emérito, que sigue enfrentándose a incómodas preguntas, se conocieron a mediados de los 70 y mantuvieron un amor clandestino hasta 1980, momento en el que ella se casa con Ángel Cristo. Durante los 8 años que duró el matrimonio, salvo alguna supuesta llamada ocasional, dejaron de verse, aunque retomaron la relación entre 1990 y 1994. ‘Sexo, mentiras y cintas de vídeo’, se antoja como el título ideal para esta historia que aún tiene mucho que revelar.
Un torero, un futbolista y un político: los amores de Bárbara Rey
Así de dispares fueron algunos de los romances más sonados que Bárbara mantuvo en unos años 80, donde todo era posible. Ella misma confiesa en el documental de Netflix, que se enamoró hasta las trancas del futbolista Carles Rexach, aunque él tenía otros planes. Cuentan que cuando los fotógrafos los pillaron juntos saliendo de una discoteca en Madrid, el blaugrana los agredió. Tenía planes para casarse con su novia, Silvia Itoiz un año después. La boda se llevó a cabo y él nunca habló de esta aventura.
Otro de los hombres más populares de la época también formó parte del currículo sentimental de la diva. Hablamos de Francisco Rivera, Paquirri, con quien estuvo después de la separación de Carmen Ordóñez allá por 1979. La propia Bárbara cuenta que "era una persona extraordinaria, pero no estábamos hechos el uno para el otro. Yo me puedo adaptar a vivir en un circo, pero a quedarme en una finca, no me veo. Nunca habría cuajado, por eso lo dejamos". Poco después el torero iniciaría su noviazgo con Isabel Pantoja, con quien se casó en 1983.
Por aquel entonces, a Bárbara ya le gustaba frecuentar círculos políticos, llegando a ser amiga de Adolfo Suárez y musa de la campaña electoral del partido UCD. No obstante, no fue hasta 2008, que confesó la relación que mantuvo con el exministro Joaquín Garrigues Walker, uno de los principales fundadores de Unión de Centro Democrático y, según ella, el amor de su vida. La tragedia los separó para siempre cuando él muere a causa del cáncer.
Ángel Cristo: un matrimonio inesperado y lleno de dolor
Se enamoró de él por lo atento y cariñoso que era. Parecía dispuesto a hacerla feliz, así que tras un brevísimo noviazgo, se casó con Ángel Cristo, el valiente domador que se atrevía a meter la cabeza en las fauces de un león, y a casarse con la más deseada. Pronto dejó de lado su carrera para ayudar a su marido en un negocio que hacía aguas, apareciendo en números circenses a rebosar de curiosos que jaleaban a la vedette.
Tuvieron dos hijos (Ángel y Sofía), y parecían la familia perfecta, hasta que 8 años más tarde se separaron con denuncia de malos tratos incluida. Las adicciones del empresario salieron a la luz, del mismo modo que lo hicieron los golpes que le propinaba a su mujer.
Más tarde contó que fue un breve romance que tuvo con el periodista Pedro Ruiz lo que la animó a dejar a su marido, aunque todo se quedó en alguna portada de revista y un recuerdo más para contarle a la audiencia.
Los desengaños amorosos de Bárbara Rey
Fue por entonces cuando retomó su relación con Juan Carlos I, pero cuentan que la aparición de otra mujer hizo que Bárbara pusiera fin a esta historia. Llegó Frank Francés, un jugador de pádel con demasiadas ganas de protagonismo; Simon, el empresario británico que en 2011 le devolvió la ilusión, pero que también la estaba utilizando para promocionar sus negocios y, por último, Bigote Arrocet, el ex de María Teresa Campos con quien solo duró unas pocas semanas.
La noche de amor con Chelo García Cortés también cuenta en su lista de romances, aunque fue más anecdótica que otra cosa. Un masaje de pies con final feliz que le dejó claro que las mujeres no eran lo suyo.
El amor va y viene. En el caso de Bárbara, la familia también. Tanto es así que actualmente se encuentra en plena guerra personal (y mediática) que le ha llevado a la búsqueda de ayuda profesional.