El 14 de mayo es una jornada grabada con letras de oro en los calendarios de la realeza española. Y es que, tal día como hoy, en 1962, Juan Carlos I y la Reina Sofía pusieron el broche de oro a su historia de amor dándose el ‘sí, quiero’. Esto significa que se cumplen 63 años desde que tuvo lugar esa boda, que marcó un antes y un después dentro de la Familia Real española, y que nunca ha pasado desapercibida para los medios de comunicación internacionales, ni siquiera ahora.
Instantánea de la boda de Juan Carlos y Sofía el 14 de mayo de 1962 en el Palacio Real de Atenas.
Gtres
La prensa alemana sentencia el matrimonio real: "Caracterizado más por el deber que por el apego romántico"
Es por ello que, desde Alemania, ‘Bunte’ ha dedicado un artículo al Rey emérito y a su mujer. Según el medio citado, “lo que comenzó como un cuento de hadas, se ha convertido con el paso de las décadas en un matrimonio que parece estar caracterizado más por el deber real que por el apego romántico”. Algo que no resulta en absoluto extraño, sobre todo teniendo en cuenta los continuos escándalos que han salpicado a Juan Carlos I, que incluso se mudaba a Abu Dabi hace unos años para comenzar una nueva vida. Por su parte, y aunque lejos de divorciarse, doña Sofía ha seguido formando parte de la primera línea de la Corona desde Zarzuela, pues su actividad respecto a la institución sigue siendo bastante notoria.
Desde ‘Bunte’ han hecho especial hincapié en la gran distancia que existe entre Juan Carlos I y la Reina Sofía en el día de su aniversario, pues consideran que “el matrimonio solo existe en el papel desde hace años”. No obstante, consideran que su historia de amor empezó con muchas ganas e ilusión, aunque también han señalado que “muchas casas reales estaban bajo presión” cuando se unieron en matrimonio: “Sofía, profundamente religiosa y disciplinada, pronto fue percibida como una ‘roca en la resaca’; Juan Carlos, en cambio, como un carismático portador de esperanza para una España futura más democrática”, continúan.
El Rey Juan Carlos, en las regatas de Sanxenxo.
Gtres
Pero con el paso de los años, lo que prometía, acabó siendo “una asociación puramente práctica”. Esto se debe, según recalca el medio alemán, a “los rumores sobre las relaciones extramatrimoniales de Juan Carlos”, los cuales “circularon desde el principio, aunque luego se confirmaron con revelaciones que dañaron gravemente la imagen del exmonarca”. Entre tanto, y en una situación verdaderamente compleja, resaltan que “Sofía siempre mantuvo la compostura, y nunca habló públicamente de las humillaciones”.
Pese a la distancia, la relación entre Juan Carlos I y la Reina Sofía marcó un antes y un después
Pese a que los comentarios indican que ambos permanecen distanciados emocionalmente desde los años 70, muchos sitúan su separación física y definitiva en el 2014, cuando el Rey emérito abdicó la Corona en su hijo, Felipe VI. Ya sin cargo como soberano, y situado en el ojo del huracán por diversos escándalos, Juan Carlos I tomó la decisión de abandonar España para irse a vivir a Abu Dabi. Algo que no compartió doña Sofía, que reside dentro de nuestras fronteras y cumple sus funciones como representante de la monarquía española, además de ser uno de los pilares fundamentales de su hijo en el cargo: “Aunque están separados de facto desde hace años, nunca ha habido un divorcio oficial, probablemente por razones dinásticas y eclesiásticas”, indican.
A raíz de ese año, la actitud pública del Rey Juan Carlos ha dado un drástico giro de 180 grados. Son raras las ocasiones en las que el padre del Rey Felipe aparece en público, y cuando lo hace, es únicamente porque ha vuelto a España para disfrutar de las regatas de Sanxenxo en compañía de su círculo de amigos más íntimo. Mientras tanto, su esposa permanece focalizada en los actos de agenda en los que tiene que estar presente, que aunque no son muchos, confirman aún más si cabe su compromiso con la institución.
De cara a este 14 de mayo, y como era de esperar, Juan Carlos I y doña Sofía han permanecido separados. Y eso que, recientemente, el Rey emérito viajaba hasta Galicia para reunirse con sus seres queridos por el motivo citado anteriormente. No obstante, las visitas de este a Zarzuela son nulas, pues en una de las ocasiones que llegó al palacio, tuvo que pernoctar en un hotel. Un movimiento con el que el monarca español demostró que, pese a ser su padre, su prioridad es que la imagen de la Corona no quede empañada.
Sea como fuere, si algo está claro es que, pese a estar dinamitado, el matrimonio entre los que fueran Reyes de España resultó ser un hecho histórico. Esto se debe a la unión entre dos monarquías, la cual sentó las bases de una monarquía moderna tal y como la conocemos, en la que doña Sofía ha permanecido al pie del cañón pese a las adversidades.