No tienen sabor, no huelen a nada y no aparecen en la etiqueta de ingredientes. Pero están ahí. En el arroz que calientas en el microondas, en la botella de agua que llevas al gimnasio, en esa ensalada que parecía tan saludable. Hablamos de los nanoplásticos, partículas diminutas —más pequeñas que una célula— que se están colando en nuestra dieta diaria sin que apenas nos demos cuenta.

A vueltas con los nanoplásticos

Los nanoplásticos son fragmentos de plástico de menos de 1 micra (milésima de milímetro). Para ponerlo en perspectiva: un cabello humano tiene unas 70 micras de grosor. Estas partículas pueden generarse por la degradación de plásticos más grandes (como bolsas, envases o textiles sintéticos) o fabricarse directamente a escala nanométrica para usos industriales o cosméticos.

A diferencia de los microplásticos, que ya han sido ampliamente estudiados, los nanoplásticos son tan pequeños que pueden atravesar barreras biológicascomo la pared intestinal, la placenta o incluso la barrera hematoencefálica que protege el cerebro. Y eso, como imaginarás, plantea muchas preguntas sobre su efecto en nuestro organismo.

¿Qué efectos tienen en nuestra salud? Aunque la investigación aún está en curso, los estudios más recientes ya han encendido las alarmas:

  • Inflamación crónica: los nanoplásticos pueden activar respuestas inmunológicas que provocan inflamación persistente en tejidos como el intestino.
  • Alteración del microbioma: afectan a las bacterias intestinales beneficiosas, lo que puede tener consecuencias en la digestión, el sistema inmune e incluso el estado de ánimo.
  • Disruptores endocrinos: muchos nanoplásticos transportan sustancias químicas como ftalatos o bisfenol A, que interfieren con el sistema hormonal.
  • Acumulación en órganos vitales: se han encontrado en hígado, riñones, pulmones, placenta y cerebro. Algunos estudios incluso los han relacionado con marcadores de enfermedades neurodegenerativas, aunque aún no se ha establecido una relación causal directa.
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Los vasitos de arroz para microondas

Hoy en día hay muchos alimentos envasados en plástico. Las prisas y nuestro ritmo de vida agiliza que la cocina se aligere y podamos comer de forma más rápida. Pero ¿a qué precio?

¿Qué ocurre con los famosos vasitos de arroz para microondas? Isabel Viña, médico experta en suplementación, metabolismo y hormonas, explica: “No voy a entrar a valorar si es un alimento conveniente o no, porque ese es otro tema. Si hablamos estrictamente de si son saludables los vasitos de arroz del microondas os digo que si bien es cierto que el arroz que contienen los vasitos de arroz es una magnífica fuente de carbohidratos almidonados, tanto más interesante a nivel metabólico, si además optamos por su versión integral, basmati o vaporizado, El problema con los vasitos de arroz reside en el recipiente en el que suele estar que son envases de plástico”.

Aunque hay ensaladas que vienen en envases de plástico y botellas de plástico de agua y otras bebidas, el problema de los vasitos de arroz es precisamente que se calientan en el microondas. “Cuando calentamos cualquier alimento en un envase de plástico en el microondas se incrementa notablemente la transferencia, desde el envase al alimento, de nanoplásticos. Tanto más es esta transferencia cuanto más tiempo esté el alimento calentándose, cuanta más temperatura y más graso y más ácido sea el alimento”, advierte la experta.

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Riesgos y solución

Ingerir de manera continuada nanoplásticos tiene sus riesgos. “¿Qué es lo que pasa cuando de manera crónico ingerimos nanoplásticos? Que tienden a acumularse en órganos tan importantes como el cerebro, el hígado, los riñones e incluso en las arterias. De hecho, parece que en las arterias la acumulación de nanoplásticos favorece que las placas de arterioesclerosis se desestabilicen, es decir, se vuelvan inestables, haya mayor riesgo de que se rompan, con todo lo que ello conlleva ya que pueden aparecer isquemias, infartos etc.”, aclara la Dra. Viña.

Son muy socorridos y muchas personas los tienen en casa. ¿Qué podemos hacer para evitar esta transferencia tan notable de nanoplásticos si consumimos un vasito de arroz? “La mejor solución sería que si tú, por X y Z, tienes que consumir o quieres consumir los vasitos de arroz, que los abras y los viertas en un recipiente que no sea de plástico, puede ser vidrio, cerámica, silicona grado platino, y, por tanto, así reducirías la ingestión de nanoplásticos. Por una vez no va a pasar nada pero es dañino a largo plazo”.

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No se trata de vivir con miedo, sino de tomar decisiones más conscientes. Estas son algunas estrategias realistas para reducir tu exposición a nanoplásticos:

  • Evita calentar comida en plásticos, incluso si son “libres de BPA”.
  • Usa recipientes de vidrio, acero inoxidable o cerámica para almacenar y calentar alimentos.
  • Reduce el consumo de alimentos ultraprocesados y envasados.
  • Filtra el agua del grifo si es posible, y evita el agua embotellada de un solo uso.
  • Compra a granel y lleva tus propios envases reutilizables.
  • Ventila y limpia tu casa con frecuencia para reducir el polvo plástico en el ambiente.