Está a punto de celebrarse una fecha marcada con letras de oro en el calendario de los Borbones, y no es para menos. El próximo viernes, 13 de junio, la Infanta Cristina cumplirá 60 años. Y aunque es cierto que siempre ha intentado mantener un perfil bajo, en contadas ocasiones lo ha conseguido, pues su vida ha sido lo más parecido a una montaña rusa de emociones.
La Infanta Cristina prefiere prendas sencillas, cómodas y que se adapten a tu día a día.
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Sobre todo en los últimos años, a raíz de las imágenes publicadas de Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia paseando cuando aún estaba casado con la hija menor del Rey Juan Carlos. Algo que dinamitó por completo la paz de la hermana del Rey Felipe, a la que no le quedó más remedio que anunciar su divorcio y centrarse en sí misma y en su trabajo. Ahora, SEMANA se ha puesto en contacto con el experto en marca personal José Noblejas, para analizar cómo ha cambiado su imagen y cómo la percibe la sociedad española, pues se trata de una persona que ha causado “inquietud pública” a lo largo de los años.
José Noblejas, sobre el papel de la Infanta Cristina: "Lo tuvo todo y, por decisiones propias y ajenas, acabó ocupando un lugar secundario"
Como experto en marketing digital y marca personal, José Noblejas ha analizado para SEMANA la imagen de la Infanta Cristina: “Lejos de los focos y con un perfil cada vez más silencioso, Cristina de Borbón representa una figura compleja desde el punto de vista de la marca personal: alguien que lo tuvo todo y que, por decisiones propias y ajenas, acabó ocupando un lugar secundario en la historia reciente”. Unas palabras que dejan claro que, pese a que podría haber tenido un papel más notorio dentro de la Corona, algunos de sus movimientos hicieron que, en cierto modo, se viera obligada a alejarse de esta, al menos en términos institucionales.
La Infanta Cristina junto al que fuera su marido, Iñaki Urdangarin.
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José Noblejas hace especial hincapié en los cambios que ha experimentado la imagen de la Infanta: “Durante décadas, la Infanta Cristina encarnó el ideal de princesa moderna: formada, multilingüe, vinculada al deporte, con estudios superiores y una imagen personal sólida. No era una figura mediática en exceso, pero proyectaba solvencia”. Además, para muchos su actitud era más acorde a la de una royal que la de su hermana, doña Elena: “Frente al carácter más espontáneo de su hermana Elena, Cristina representaba una versión más contenida y académica, y eso reforzaba su valor simbólico dentro de la corona: una figura funcional, sin estridencias…”.
Pero esto dio un cambio radical cuando la Justicia se puso en su contra y en la de su exmarido, Iñaki Urdangarin: “Todo cambió con su implicación en el caso Nóos. Aunque fue absuelta, su imagen quedó irremediablemente tocada. La fotografía de una Infanta en el banquillo fue un antes y un después no solo para ella, sino para toda la institución. Pasó de ser un activo a un problema. Y a eso se le sumó el divorcio y la ‘pillada’ de su marido con otra en la playa”, ha continuado revelando el experto para SEMANA.
Como era de esperar, lo sucedido ha hecho mella en cómo aprecian otros a la Infanta Cristina desde fuera: “Supuso su descenso definitivo de la esfera pública y el exilio social, en un intento agónico por contener los daños colaterales (…) Cristina no ha hecho entrevistas, no ha ofrecido discursos ni ha protagonizado campañas de lavado de imagen”. Además, asegura que “su estrategia -o la de quienes la asesoran- ha sido clara”, y ha estado basada en la “desaparición, silencio, tiempo e iremos viendo”.
La gran diferencia entre la Infanta Elena y su hermana a ojos de la Corona
La primera línea de la Familia Real, con el Rey Felipe al mando, consciente de la erosión de la imagen de la Infanta Cristina, decidió ir alejándola poco a poco de la institución. Y aunque es cierto que también la Infanta Elena quedó fuera del núcleo duro de la Casa Real, “ha mantenido una presencia institucional intermitente, pero firme. Sigue representando a la Corona cuando se la requiere y ha consolidado una imagen de discreta colaboradora, sin escándalos y poco más”. Esto ha hecho que, a ojos de la monarquía, “mientras Cristina se ha diluido, Elena ha logrado preservar una identidad clara y funcional dentro del relato familiar, lo que le ha devuelto cierta simpatía pública incluso sin ser protagonista”.
Ante la pregunta sobre cómo percibe hoy la sociedad a la Infanta Cristina, José Noblejas lo tiene claro: “Con distancia emocional, no genera rechazo activo, pero tampoco ningún tipo de apego y como símbolo de una etapa oscura que no va a borrar el tiempo, por mucho que pase. En términos de marca personal, esto la sitúa en una categoría frágil: la del personaje que no ha tenido la oportunidad de volver a renacer”.
¿Cómo percibe la sociedad a la hija menor del Rey Juan Carlos? El experto en marca personal responde a SEMANA
No obstante, cabe destacar que la imagen de la hermana menor del Rey Felipe sí que podría sufrir “una recuperación simbólica”, aunque, según el experto, “requeriría una estrategia muy cuidada que no le van a permitir ejecutar. No se trataría de volver a la primera línea institucional, sino de encontrar una vía donde Cristina pudiera hablar en un contexto humano, no político, mostrar cierto crecimiento personal y reposicionarse desde lo privado con propósito, no con excusas”. Algo que, a ojos de Noblejas, es “difícil que lo veamos”: “El silencio es respetable, pero sin relato, no hay marca. Solo recuerdo y en el caso de Cristina no es un recuerdo agradable”.
En definitiva, tal y como revela José Noblejas para SEMANA, la Infanta Cristina “ha pasado de ser uno de los rostros mejor valorados de la monarquía a ocupar una posición ambigua”, por lo que “su cumpleaños llega como recordatorio de lo que fue y de lo que aún podría resignificar”. Mientras tanto, su hermana Elena, “con menos presencia, pero más coherencia, ha logrado mantener algo mucho más difícil que el protagonismo: la percepción de utilidad institucional”.