Algunas noches, el pasado regresa sin avisar. Puede que te despiertes con un sobresalto tras haber soñado con alguien que creías olvidado —una amistad lejana, un amor de juventud o incluso un rostro casi borrado por el tiempo. Según la psicología, estos sueños no son simples caprichos del subconsciente: podrían estar revelando necesidades emocionales, asuntos no resueltos o facetas ocultas de tu propio presente. ¿Qué significa realmente que sueñes con alguien que no ves desde hace años?

Y los sueños… ¿sueños son?

Si soñamos con alguien que no forma parte de nuestra vida actual. ¿Puede nuestro subconsciente estar tratando de decirnos algo?

Hablamos con Olga Albaladejo Juarez, psicóloga integrativa y coach, que explica a SEMANA que “los sueños son un fenómeno complejo y aún no del todo comprendido, pero desde el enfoque de la psicología, pueden reflejar procesos internos, necesidades emocionales o aspectos de la memoria que no están del todo elaborados. Soñar con alguien del pasado podría señalar que estamos reviviendo —de forma simbólica— una emoción asociada a esa persona o etapa vital. A menudo, la figura que aparece actúa como ‘puente’ para representar un conflicto, un deseo o una parte de nosotros que necesita ser integrada”.

Según la experta, algunos modelos psicoanalíticos, como los de Freud o Jung, sugieren que el inconsciente se expresa en los sueños a través de símbolos y escenas. Pero incluso desde enfoques más actuales como la neurociencia afectiva, se reconoce que los sueños tienen una función reguladora de las emociones y de la memoria autobiográfica (Walker & van der Helm, 2009). Por tanto, ese reencuentro onírico puede estar ayudándonos a procesar una vivencia que, aunque ya no esté presente, sigue activa emocionalmente.

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Cuando el pasado vuelve

¿Este tipo de sueños suelen estar ligados a emociones sin resolver o a periodos significativos de nuestra vida? “En muchos casos, sí”, asegura Olga Albaladejo. “Diversos estudios en neuropsicología del sueño han mostrado que las fases REM —en las que suelen aparecer este tipo de sueños vívidos— están implicadas en la consolidación de recuerdos y en la integración emocional de experiencias. Por eso, cuando soñamos con alguien del pasado, no necesariamente estamos ‘recordando’ a esa persona en sí, sino algo que representa para nosotros”.

Según la psicóloga, puede ser una emoción que no fue del todo expresada, una decisión que no cerramos con claridad, o incluso una parte de nuestra identidad que construimos en esa etapa y que ahora estamos redescubriendo. Este tipo de sueños no siempre aparecen por azar: a veces actúan como indicadores de que algo necesita ser comprendido desde una nueva perspectiva.

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¿Qué pueden significar esos sueños?

¿Es diferente soñar con una expareja, un amigo, un familiar o incluso un compañero de colegio? ¿Qué puede significar cada uno?Sí, el significado del sueño suele estar vinculado al tipo de vínculo que tuvimos con esa persona y al contexto vital en que apareció”:

  • Una expareja podría simbolizar un duelo emocional no resuelto, pero también la necesidad de revisar nuestra manera de vincularnos hoy. En algunos casos, puede reflejar aprendizajes pendientes o emociones que aún nos afectan.
  • Un amigo del pasado puede remitir a etapas de mayor libertad o conexión emocional. Soñar con él o ella puede representar la nostalgia por una versión anterior de nosotros mismos, o la necesidad de recuperar cualidades como la espontaneidad o la confianza.
  • Un familiar, sobre todo si ha fallecido o con quien tuvimos una relación ambivalente, puede reflejar raíces, creencias heredadas o conflictos transgeneracionales. Jung hablaba del “arquetipo familiar” como símbolo de patrones que se repiten si no los hacemos conscientes.
  • Un compañero de colegio suele simbolizar etapas formativas, inseguridades o hitos que marcaron nuestra identidad. Puede estar asociado con la forma en que nos valorábamos en esa época, o con comparaciones que siguen activas en nuestro presente.

Aunque estos significados pueden variar según cada persona, lo relevante es que el contenido del sueño suele tener más que ver con nosotros que con la persona soñada.

Conocerse a través de los sueños

Los sueños pueden ser una herramienta de autoconocimiento muy poderosa y la experta lo ratifica. “La Terapia Gestalt, por ejemplo, propone trabajar con los elementos del sueño como partes del propio ‘yo'. También algunas corrientes del mindfulness y la terapia basada en la compasión consideran los sueños como una vía para detectar emociones desatendidas o necesidades que hemos pasado por alto”.

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Desde una mirada científica, expone Olga, la relación entre sueño y procesamiento emocional ha sido ampliamente documentada. Por eso, observar qué sentimos al despertar —más allá del argumento del sueño— puede ofrecernos claves muy valiosas. ¿Qué emoción dejó el sueño? ¿Qué etapa o conflicto puede estar activándose en este momento de mi vida? No se trata de interpretar los sueños al pie de la letra, sino de estar atentos a lo que evocan y a lo que podrían estar reflejando. Y, si lo deseamos, llevarlo al espacio terapéutico para seguir explorándolo con una guía profesional.

Aunque no todo lo que soñamos tiene una explicación clara ni una interpretación científica definitiva, lo cierto es que los sueños pueden ser una herramienta valiosa para comprender mejor nuestras emociones y vivencias. No se trata de obsesionarse con interpretarlos, sino de escucharlos con curiosidad y respeto.