Minimizar, desviar, negar, justificar… suelen ser las estrategias que utilizan muchas personas ante un cumplido. ¿Por qué cuesta recibir halagos? ¿Se trata de un problema de autoestima? ¿Autoexigencia? Una experta arroja luz sobre este comportamiento que tiene un alto porcentaje de la población.

La incomodidad de los halagos

¿Por qué a algunas personas les incomoda recibir cumplidos? Hablamos con Olga Albaladejo Juarez, psicóloga integrativa y coach, que explica a SEMANA: “A muchas personas les cuesta recibir un cumplido porque, en lo profundo, sienten que no lo merecen o temen parecer arrogantes si lo aceptan sin justificación. Esta incomodidad suele tener raíces en una combinación de baja autoestima, educación basada en la 'falsa humildad’ y estilos comunicativos que valoran la modestia por encima del reconocimiento”.

La experta expone que es habitual escuchar frases como: “Qué bien te salió la presentación” “¿Ah, sí? ¡Pero si se me olvidó la mitad de lo que quería decir!” O también otras como:“Me encanta tu vestido” “¡Uf! Si es más viejo que la tana…” Estos comentarios no son solo una cuestión de personalidad, sino también de historia personal y cultural. “En muchas familias se nos ha enseñado a no destacar, a no ‘presumir’, y a restar importancia a lo que hacemos bien. El problema es que, al rechazar un halago, no solo estamos negando un gesto bonito: también estamos diciéndonos (y diciéndole al otro) que no lo merecemos”.

Desde la psicología, Olga analiza este comportamiento: cuando alguien tiene una autoestima baja o se autoexige en exceso, cualquier comentario positivo entra en conflicto con su autopercepción. Es como si el cumplido “no cuadrara” con la imagen que tiene de sí misma, y eso le produce incomodidad, desconfianza o incluso ansiedad.

elogios

Freepik

Recibir elogios

Muchas personas se sienten incómodas ante un cumplido. ¿Qué tipo de respuestas suelen dar las personas que no saben recibir elogios? Olga señala que las más comunes son:

  • Negaciones: “¡Qué va! No fue para tanto”.
  • Minimizaciones: “Bah, tuve suerte”.
  • Desvíos: “Gracias… pero lo tuyo sí que fue increíble”.
  • Justificaciones: “Bueno, es que practiqué mucho” (como si eso lo invalidara).

La psicóloga advierte que estas respuestas, aunque bienintencionadas, pueden tener efectos contraproducentes. En el fondo, estamos diciendo al otro que está equivocado, que su mirada positiva no es válida. Y a nosotros mismos nos estamos repitiendo el mensaje: “no merezco el reconocimiento”.

“Aceptar un cumplido no es un gesto de vanidad, sino de apertura y conexión. Como trabajamos en terapia, aprender a decir simplemente 'gracias' puede convertirse en un ejercicio muy poderoso de autoestima y autocuidado”, asegura Olga Albaladejo.

elogios

Freepik

Hombres, mujeres y viceversa

¿Hay diferencias entre cómo hombres y mujeres reciben los cumplidos? “Sí, aunque cada vez son más sutiles. Tradicionalmente, las mujeres han sido socializadas para mostrarse más modestas y evitar parecer “vanidosas”, mientras que a los hombres se les ha permitido mostrarse más seguros o indiferentes ante los elogios. Esto ha condicionado la forma en que cada uno los recibe”.

Además, hay una diferencia en el tipo de elogios que suele recibir cada uno: a ellas se las felicita más por su apariencia o por su entrega emocional; a ellos, por sus logros o habilidades. Esto también influye en cómo se procesan emocionalmente los cumplidos y en qué impacto tienen sobre su identidad.

Por fortuna, apunta la psicóloga, estas normas están cambiando. Hoy es más común ver mujeres que aceptan un halago sin justificarlo, y hombres que agradecen sin sentirse incómodos. Pero aún persisten ciertos sesgos: a muchas personas se les sigue activando un “alarma interna” que les impide aceptar el elogio con naturalidad, como si hacerlo les restara valor moral.

¿Qué pasa con los otros?

¿Qué impacto tiene en nuestras relaciones personales no saber aceptar un cumplido? “Una persona que no sabe aceptar un cumplido puede parecer fría, distante o incluso desagradecida, aunque no lo sea. También puede generar cierta incomodidad en quien lo da: si cada vez que te halago me rebates, puedo dejar de hacerlo para no sentirme rechazado”, afirma Olga.

cumplidos

Freepik

Además, la psicóloga aclara que cuando respondemos con frases negativas o devaluadoras, también enseñamos a los demás cómo tratarnos. Si constantemente minimizamos lo que hacemos bien, es probable que los demás empiecen a creer que en efecto “no es para tanto”.

En las relaciones de pareja, por ejemplo, argumenta la experta, aceptar un cumplido puede ser una forma poderosa de nutrir el vínculo. Y no saber hacerlo, puede bloquear la expresión del afecto. Algo tan sencillo como “me gusta cómo me miras” o “me encanta cómo me haces sentir” merece una acogida, no una negación.

Estrategias para aprender a recibir cumplidos sin sentirse incómodo

La psicóloga, Olga Albaladejo, nos da algunas de las claves que trabaja en consulta y que pueden practicarse en el día a día para comenzar a recibir con agrado los elogios hacia nuestra persona:

  1. Entrénate en decir “gracias” sin justificarte. Aceptar no es presumir. Es reconocer, y eso también es humildad.
  2. Observa tus respuestas automáticas. ¿Tiendes a negarlo, a desviar la atención, a hacer bromas? Detéctalas sin juicio.
  3. Cuestiona tus creencias irracionales. Si piensas “lo dice por compromiso” o “solo quiere algo a cambio”, pregúntate: ¿y si fuera sincero? ¿Y si realmente se lo cree?
  4. Practica la gratitud y el autorreconocimiento. Apunta los comentarios bonitos que recibas, aunque no te los creas al momento. Vuelve a ellos cuando puedas mirarlos sin tanta crítica interna.
  5. Recuerda que aceptar un elogio también valida al otro. Decir “gracias” es una forma de acoger lo que nos ofrecen, sin rebajarlo ni invalidarlo.

Aceptar un cumplido también es una forma de construir vínculos auténticos. Porque cuando alguien te dice algo bonito, y tú lo recibes sin negarlo, lo que se produce no es solo un intercambio, sino una afirmación mutua.