Si la microbiota del intestino es fundamental para tener una salud envidiable, el microbioma no se queda atrás pues es el mejor escudo protector que puede tener la piel para mantener alejadas enfermedades, afecciones y agresiones externas. Una experta en cuidado de la piel nos habla de la importancia del microbioma y cómo podemos cuidarlo de manera efectiva.

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¿Qué es el microbioma de la piel?

Seguramente ya tengas claro que cuidar de la microbiota intestinal es vital para mejorar la salud global ya que ha quedado demostrado científicamente que el intestino es nuestro segundo cerebro, pero ¿qué pasa con el microbioma de la piel? ¿De verdad es tan importante?

Belén Acero, especialista en dermofarmacia y nutrición, y titular de la Farmacia Avenida de América, explica que “el microbioma de la piel realmente se compone de todos los microorganismos que viven en la epidermis. Se trata de miles de millones de bacterias y hongos que se encuentran en la superficie y en el interior de nuestra piel. Al contrario de lo que se podría pensar, son nuestros aliados. De hecho, estos microorganismos actúan como un escudo contra alérgenos, contaminación, irritaciones y otras sustancias nocivas para la piel. Además, también ayudan a mantener su pH. En definitiva, podríamos decir que son bacterias buenas que protegen la piel de las bacterias malas, que provocan infecciones, irritaciones o sequedad”.

Según la experta, el microbioma actuaría de la misma manera en la que lo haría la microbiota. Bacterias “buenas” que protegen de las dañinas y que evitan enfermedades y efectos nocivos. En vez de estar colonizando nuestro intestino, estas bacterias beneficiosas se instalan en la piel y son las responsables de que mantenga en un buen estado de salud.

¿Por qué se altera el microbioma?

Al igual que pasa en nuestro intestino, cada microbioma de la piel es distinto, cuenta con diferentes cepas de bacterias. ¿También cambia por zonas dentro de nuestro propio cuerpo? La farmacéutica aclara que “cada microbioma es único, por eso hay diferentes tipos de piel. Algunas de sus composiciones son comunes en todas las personas, pero otras están definidas por factores exclusivos de nosotros que se forma desde que nacemos y evolucionan según la edad, el sexo, la dieta, el estilo de vida o el cuidado de la piel de cada uno. Por último, también varía según las distintas zonas del cuerpo”.

Si este microbioma se desequilibrara podría acarrear problemas como infecciones, alteraciones cutáneas, irritaciones… efectos indeseados que afectan visiblemente al estado de la piel. Para que esto no ocurra es importante conocer las posibles causas que pueden dañar el microbioma.

“Los factores ambientales como los rayos UVA, UVB o la luz azul de las pantallas, la contaminación o el estrés, el cambio de pH de la piel, fruto de la edad, o el paso del tiempo, pueden alterar el equilibrio del microbioma cutáneo. Además, una rutina facial agresiva o el abuso de productos astringentes, con acción exfoliante, que irrite la piel puede ser también un factor que altere el microbioma de la piel. Algunos fármacos o una alimentación rica en grasas saturadas y azúcares también podrían provocar un desequilibrio, además del alcohol y el tabaco. Un microbioma deteriorado puede llegar a favorecer la aparición de problemas en la piel, como eczemas, rosácea, acné y otros” afirma Belén Acero.

Cómo cuidar el microbioma de la piel
La luz azul de los dispositivos es un factor que puede alterar el equilibrio del microbioma. (Pexels)

Así puedes cuidar tu microbioma cutáneo

Para evitar problemas en la piel lo ideal es cuidar correctamente el microbioma cutáneo, pero ¿cómo podemos hacerlo? La experta en dermocosmética nos da una serie de pautas clave:

Llevar una dieta sana y equilibrada: Cuidar la microbiota intestinal va a ayudar a nutrir y a equilibrar la flora cutánea. Consume alimentos ricos en fibra como las espinacas, espárragos, zanahorias crudas o brócoli. Y aumenta el consumo de cereales integrales, avena, fruta, grasas saludables y proteína de calidad. ¡No olvides hidratar tu organismo bebiendo suficiente agua!

Hacer ejercicio físico: Un estudio del Colegio Americano de Medicina Deportiva concluyó que el entrenamiento físico induce cambios compositivos y funcionales en la microbiota intestinal humana que son independientes de la dieta y dependen de la realización de ejercicio. Por lo que hacer ejercicio va a mantener tu microbiota en mejores condiciones y, por tanto, tu microbioma también estará más saludable.

Limpia tu piel de forma adecuada: Utiliza un limpiador suave que no reseque la piel para no dañar la barrera lipídica. De esta manera tus bacterias “buenas” no correrán ningún riesgo y podrán seguir cuidando de tu piel.

Presta atención a los ingredientes cosméticos: Apuesta por ingredientes hidratantes y antioxidantes. Si abusas de los ácidos y los retinoides puede que estos provoquen sequedad, irritación y alteración en la barrera cutánea. Las ceramidas y el ácido hialurónico, por el contrario, son ingredientes muy respetuosos y beneficiosos para la piel.

Di sí a los probióticos y prebióticos: Estos ingredientes alimentan los probióticos presentes en la piel equilibrando el microbioma y actuando sobre las bacterias “buenas” de la epidermis. Apúntate a los alimentos prebióticos y probióticos y a los suplementos nutricionales que los contienen para que tu piel esté cada día más sana.