Desde que su relación con Tamara Falcó estallase y sus planes de boda se fueran al traste, Íñigo Onieva no ha vuelto a sonreír. Al menos no lo ha hecho en público. Pero parece que el joven empresario poco a poco va encontrando la estabilidad perdida y ha recuperado la sonrisa, como así se muestra en las imágenes en vídeo que acompañan a estas líneas. Acostumbrado a verle cabizbajo, con las emocionas a flor de piel y aguantando el talante delante de las cámaras, Íñigo Onieva ha sorprendido ahora con una inesperada sonrisa de la que seguramente ni él mismo era consciente, pues se encontraba solo paseando con sus perros en las inmediaciones de su casa.

Vídeo: Gtres

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Tamara Falcó

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A finales del mes de septiembre la vida de Íñigo Onieva cambió de manera radical. No solo su vida presente, sino también su vida futura, la que estaba dando forma con Tamara Falcó. Tan solo unas horas después de anunciar con felicidad que le había entregado un anillo de pedida a la marquesa de Griñón, su felicidad se fue desvaneciendo con la certeza de que un vídeo suyo besando a otra joven en un festival de música en Nevada, el Burning man, iba a provocar una gran polémica. En un primer momento negó tajantemente que esa infidelidad fuese cierta, echó la culpa a la prensa de tratar arruinar su bonita historia de amor y defendió su inocencia asegurando que esas imágenes fueron captadas tres años atrás. No era cierto. Se le cayó el discurso horas más tarde y Tamara Falcó decidió romper su relación y cancelar el compromiso, además de devolverle el anillo de la discordia, que tanto ha dado que hablar.

Tras esto, Íñigo Onieva permaneció encerrado en la casa que compartía con Tamara Falcó esperando que el temporal pasase de largo, pero no fue así. Su novia, ahora exnovia, se paseó por actos sociales, photocalls, platós de televisión e incluso conferencias religiosas en las que habló del fin de su relación, entre otras cuestiones polémicas. Él guardó silencio, hasta que al final entendió que debía pronunciarse y dar la cara si quería recuperar su vida y comenzar a cimentar una nueva existencia.

Lo hizo arropado por su familia y desde entonces han sido muchas las veces que se le ha podido ver atendiendo compromisos profesionales, realizando quehaceres rutinarios o compartiendo ocio con sus seres queridos. Pero siempre con semblante serio y sin querer pronunciarse. Ahora parece que ha encontrado un nuevo motivo para sonreírle a la vida, de ser feliz, de tener optimismo al pensar en el futuro, aunque Tamara Falcó ya no forme parte de él. Así se desprende de las imágenes a las que ha tenido acceso SEMANA y que te mostramos en el vídeo más arriba. ¡Dale al play!