Si atendemos a la definición de debacle, podemos ajustarla a la perfección la situación de María Teresa Campos. Según establece la RAE, una debacle es “un desastre que produce mucho desorden y desconcierto, especialmente como final de un proceso”. En la vida de la presentadora, este concepto se adapta a diversos ámbitos, pero en lo profesional es donde cobra más sentido, porque se encuentra ahora mismo sin saber muy bien cuál debe ser el siguiente paso que debe dar para que, de una vez por todas, se le escuche.
Su salud se ha visto resentida en los últimos meses y esto le ha pasado factura en su faceta profesional. Desde la cadena aseguraban en un principio que, tras sufrir el ictus isquémico, la presentadora debía guardar reposo y centrarse tan solo en recuperar la tranquilidad y estabilidad perdida, pero, pasado el tiempo, lo que se ha convertido en un retiro para recobrar la salud, es precisamente lo que se la está quitando. Ella no soporta más estar alejada de los focos, de un plató, de una tarea, de su público.
Se niega a plantearse la jubilación
Para María Teresa Campos, la jubilación no es una opción. La entiende como una retirada cobarde del deber personal de informar y entretener al público, y no tanto como un merecido premio a toda una vida destinada al servicio a los demás. “Nadie me habrá oído decir que me quiero jubilar”, aseguraba recientemente en directo con un programa de televisión, donde aseguraba además que, si debe dejar de aparecer frente a las cámaras, la decisión no es suya: “A las personas que tenemos trabajo mediático, nos retira el público, cuando no te quieren”.
No muerde la mano que le da de comer
María Teresa Campos es veterana en el sector y sabe bien que unas declaraciones en caliente pueden echar al traste con las negociaciones que mantiene con la cadena. Por eso, entiende que no debe echar piedras hacia esa dirección, porque rebotan y hacen daño: “Nunca yo le hablaré a ningún medio ni a nadie mal de la empresa donde trabajo y estoy contratada y cobro”, reconocía con acierto hace tan solo unos días.
En el paro desde marzo de 2017
Suena fuerte esta sentencia, pero lo cierto es que, desde que Telecinco decidiese echar el cierre a ‘¡Qué tiempo tan feliz!’, sus apariciones en programas de televisión han sido más colaboraciones que un puesto de trabajo. Incluso probó suerte como colaboradora de ‘Gran Hermano’, pero no aguantó este papel, al considerar que no era su lugar.
A la espera de un programa propio hecho a medida
María Teresa Campos desea regresar al calor de los focos, a sentir los nervios del directo y a ocupar su vida con preocupaciones que vayan más allá de lo mundano. Ha declarado que se ve “exactamente igual que hace un año” y que le “funciona lo que tiene que funcionar”. Con esta premisa, sigue reuniéndose con la cúpula de la cadena para definir su próximo trabajo, pero parece que no termina de llegar. Toñi Moreno ocupó su hueco en los fines de semana y no hay mucho más espacio para un programa del perfil de la veterana presentadora.
Lentas y eternas negociaciones
Ella entiende que las negociaciones son lentas en muchas ocasiones y así lo ha hecho público: “La cosa no está fácil y hay que pensar un programa adecuado y que sea del agrado de ambas partes”. Pero no llega y la desesperanza se apodera de ella. Es el peor retiro profesional que habría deseado: no por cuestiones de salud, no por ganas de descansar, sino porque no hay hueco para ella. Esto, obviamente, le duele.
Los débiles datos de Las Campos
Las Campos, el reality familiar, regresó con retraso y por la puerta de atrás. Fue el pasado martes 14 de agosto, noche previa al festivo y aún asó lideró la audiencia del martes cosechando un 10,8% de share, con 1.175.000 personas. A pesar de ser la opción predilecta por la audiencia, la sensación es que se ha desperdiciado una bala de Las Campos un día en el que la gente estaría más pendiente de su vida, que de la televisión. Es más, ha sido el peor dato obtenido por este espacio desde que se estrenó hace dos años. Más si se tiene en cuenta que el especial por la visita a Buenos Aires fue grabado en febrero. ¿Qué prisa había entonces?
Terelu, su otra gran preocupación
El renacer del cáncer de su hija Terelu ha sido un nuevo varapalo para ella. Está viviendo este revés con más preocupación de lo que tratan de ofrecer desde su familia, quienes miden con tiento la información que le llega para no causarle un dolor innecesario.
Carmen, la nueva estrella de la familia
Carmen Borrego ha heredado el hueco que su madre y su hermana han dejado en los platós de televisión, desde que su madre abandonó los platós y su hermana comenzó de nuevo el proceso de recuperación.
Bigote, un pilar fundamental en su vida