Una de las preocupaciones estéticas más comunes entre mujeres, independientemente de su edad, es sin duda la celulitis. Su presencia en zonas como muslos, glúteos, abdomen o brazos puede generar inseguridades, especialmente con la llegada del verano, ya que empezamos a vestir con prendas más cortas y los días de bikini se suceden a menudo.

Su origen puede deberse a múltiples factores, teniendo que diseñar una estrategia que ataque varios frentes para poder hacerla desaparecer. Aunque hoy en día existen tratamientos innovadores y productos cosméticos eficaces, hay que establecer una buena rutina de hábitos saludables para garantizar el éxito. No tenemos que verla como un defecto, ya que al final es parte de nuestra naturaleza, sino un posible aspecto a mejorar (sin obsesiones).

Celulitis: una preocupación estética universal

“La celulitis, también conocida como “piel de naranja”, es una alteración del tejido subcutáneo caracterizada por la acumulación irregular de grasa, acompañada de retención de líquidos y fibrosis. Afecta principalmente a mujeres debido a diferencias estructurales del tejido conectivo y la distribución hormonal”, explica la doctora Carmen Górriz.

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La celulitis es un aspecto que afecta a más del 85% de las mujeres. 

@eugenia_osborne

Esta afecta a más del 85 % de las mujeres, independientemente de su peso o complexión y se debe a una combinación de factores. “Factores como la mala alimentación, el sedentarismo y el exceso de grasa corporal, las emociones negativas también pueden influir, ya que el cuerpo puede interpretar el estrés o las emociones intensas como una amenaza, lo que activa mecanismos de defensa que incluyen el aumento de la grasa corporal”, añade la experta.

El tratamiento más eficaz: enfoque combinado

“En términos realistas, no existe un tratamiento que elimine completamente la celulitis, ya que esta responde a múltiples factores hormonales, estructurales, metabólicos y emocionales. Sin embargo, sí es posible mejorar visiblemente su apariencia y reducir su progresión mediante un enfoque integral: alimentación, ejercicio, control del estrés y terapias médicas o estéticas. El objetivo debe centrarse en adoptar hábitos sostenibles y no en resultados inmediatos”, afirma la doctora.

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El enfoque en el tratamiento de la celulitis tiene que ser integral. 

@sandragago_

Lo primero que debemos hacer es entender que ningún tratamiento aislado es suficiente: aplicar solo una crema o someterse a una sesión puntual de aparatología no logrará cambios duraderos. Hay que tener un estilo de vida activo, realizando ejercicio de forma regular, con una alimentación equilibrada y tratamientos específicos que trabajen sobre el tejido afectado. La constancia es lo que determina el éxito, ya que es algo que no desaparece de un día para otro.

¿Qué tratamientos son los más afectivos?

La tecnología aplicada a la estética ha evolucionado enormemente en los últimos años, encontrando un amplio abanico de opciones para escoger. “La evidencia actual apoya el uso de tecnologías combinadas y abordajes personalizados”, declara. Ella misma nos ha dejado los más populares y efectivos, que sí o sí deberíamos de tener en el radar:

  • Radiofrecuencia (RF): “estimula la producción de colágeno y mejora la firmeza de la piel.”
  • Ondas acústicas (AWT): “rompen los tabiques fibrosos y mejoran la circulación local.”
  • Mesoterapia: “microinyecciones con activos lipolíticos y drenantes.”
  • Drenaje linfático manual o mecánico: “útil especialmente en la celulitis edematosa.”

En cuanto a la cosmética, también es recomendable tener productos específicos para tratar esta problemática (todo suma). “Las cremas anticelulíticas pueden mejorar la textura de la piel y reducir temporalmente el aspecto de la celulitis, pero su efecto es limitado y requiere aplicación constante. Los ingredientes más estudiados incluyen la cafeína, retinol, extracto de centella asiática y L-carnitina, que pueden favorecer la lipólisis superficial y la firmeza de la piel”, comenta la doctora.

La forma en la que las aplicamos es importante, realizando un masaje ascendente, al menos una vez al día. Esto favorece la penetración de los activos y activa la circulación, especialmente después de la ducha, ya que los poros están más abiertos. Lo podemos combinar con herramientas como ventosas de silicona o rodillos anticelulíticos, para intensificar los resultados.

Estilo de vida: el factor más olvidado

No hay crema ni tecnología capaz de competir con unos hábitos de vida saludables. La alimentación rica en vegetales, proteínas magras, frutas, grasas saludables y mucha agua es fundamental para reducir la inflamación y favorecer el drenaje de toxinas. Es preferible evitar el consumo excesivo de sal, azúcar y alcohol, ya que esto puede favorecer su aparición.

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Debes que tener una vida saludable, con buena alimentación y ejercicio regular. 

@chenoa

En cuanto a la actividad física, tal y como te hemos comentado, es esencial realizarla de forma regular, especialmente actividades que combinen cardio con tonificación muscular. Estas ayudan a mejorar la circulación, reducir grasa localizada y fortalecer los tejidos, teniendo como ejemplo nadar, montar en bici o incluso caminar largas distancias por la ciudad.

Mitos comunes que hay que desmentir

Como en cualquier aspecto de belleza, con el paso de los años han ido surgiendo mitos en torno a la celulitis, que hay que desmentir. En este aspecto, la doctora nos aclara cuáles son y la verdad detrás de ellos. “La celulitis solo afecta a personas con sobrepeso. Falso. Las mujeres delgadas también pueden tener celulitis debido a la estructura del tejido conjuntivo y a factores hormonales”, confirma. Otro es la idea de que solo se puede eliminar con ejercicio. “El ejercicio ayuda, pero no elimina por sí solo la celulitis, especialmente si no se ajusta la alimentación ni se controla el estrés”, continúa.

Y, aunque cause muchas inseguridades a nivel estético, también puede derivar en problemas más graves. “La celulitis puede estar vinculada a alteraciones vasculares, inflamación crónica baja y desequilibrios hormonales o emocionales”, sentencia. No hay que buscar resultados rápidos o compararse con cuerpos ideales poco realistas, ya que cada cuerpo es único y diferente. Es importante medir el progreso no solo por lo que vemos en el espejo, sino por cómo sentimos la piel: más lisa, firme y tonificada.