El psicólogo Jordan B. Peterson propone una serie de reglas, a modo de manual, que sirven de guía hacia la felicidad. Quédate con el mensaje inspirador de su exitoso libro para alcanzar la vida que imaginas.

Todo el mundo sueña con llevar una vida feliz, más plena y que mire con ilusión al futuro. Pero muchas veces el camino se tuerce y el ritmo de vida, los problemas y las responsabilidades impiden que tengamos esa visión idílica del propósito de nuestra existencia, nos sentimos perdidos y no encontramos respuestas. La ansiedad y el estrés hacen su aparición y la calidad de vida y el bienestar merman. Tener un punto de partida, en forma de manual, puede ser una forma de aprender a llenar el vacío y a dibujar el camino hacia una vida más feliz.

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Las 12 reglas para vivir

El psicólogo clínico y profesor de psicología canadiense Jordan B. Peterson, desarrolla en su libro “12 reglas para vivir, un antídoto para el caos” (Ed. Planeta), 12 conceptos que nos ayudan a vivir mejor en un mundo en constante evolución que nos insta a adaptarnos de forma incesante. El libro nos recuerda la importancia de revisar nuestros valores, reforzándolos o transformándolos siempre que sea necesario. No todo el mundo ni en todos los momentos de tu va a necesitar las 12 reglas, tal vez haya momentos en las que conviene recordarlas todas y haya ocasiones en las que simplemente necesitemos de unas pocas para volver a nuestro centro.

1. Camina derecho y con los hombros hacia atrás

El autor explica en este capítulo el poder que tiene la actitud y el lenguaje corporal sobre nuestra forma de relacionarnos con los demás y con cómo los demás nos perciben y nos tratan. 

Nuestra sociedad se basa en una estructura jerárquica que nos influyen directamente a la hora de relacionarnos. Es una dinámica en la que nuestra actitud y postura corporal juegan un papel importantísimo. Los procesos neuroquímicos que afectan al sistema nervioso, como la producción de serotonina (la hormona de la felicidad), gobiernan los comportamientos que determinan estas estructuras de dominancia. Una persona con niveles altos de serotonina proyectará más seguridad y confianza en sus movimientos y su postura que una persona con niveles bajos.

El experto afirma que cuando una persona tiene la autoestima baja e inseguridades, camina con la mirada hacia el suelo y con los hombros encorvados. Lo recomendable es comenzar a hacer cambios posturales caminando erguido para ganar en seguridad y aumentar el bienestar. Esta actitud influye en la bioquímica del cerebro que comenzará a segregar endorfinas haciendo que nos sintamos mejor y tengamos una vida más feliz y provechosa.

2. Trátate a ti mismo como cuidarías a alguien de quien eres responsable

Durante nuestra vida hay muchas veces que nos descuidamos y no nos tratamos con el amor, comprensión y afecto que nos merecemos creando así pequeños infiernos personales que pueden sumergirnos en la oscuridad y aumentar el desasosiego y el malestar emocional.

Muchas personas cuidan de los demás, de sus amigos, su familia, sus mascotas… mucho más de lo que se cuidan a ellas mismas. Ven a los demás como merecedores de amor, pero sin embargo no ven eso en ellas y se consideran indignas de ese cuidado. Peterson señala que esta percepción no es correcta porque el ser humano juega una papel relevante en el destino de nuestro planeta, solo podemos tratar bien a los demás si nos tratamos bien a nosotros. El deber moral de cuidar nuestro planeta para que se enfrente a un mejor futuro es parte de esa obligación de cuidarnos que todos deberíamos adoptar para ser más felices.

3. Relaciónate con personas que quieran lo mejor para ti

¿Qué tipo de personas son tus amigos? El autor explica en su libro que. Para vivir mejor, debemos centrarnos en rodearnos que puedan influir de manera positiva en nuestras vidas. Aunque seamos responsables de nuestras decisiones, si nuestro círculo social es tóxico seguramente termine afectándonos negativamente. Construye relaciones sociales saludables y no te empeñes en “salvar” a nadie que no quiera ser salvado. No todas las amistades tienen que durar toda la vida, algunas cumplen su ciclo y debemos dejarlas partir agradeciendo el aprendizaje que nos han ofrecido.

Mantén a esos amigos que comparten tu felicidad y te apoyan en momentos de tristeza. Que se alegren y te impulsen para conseguir tus logros y que te hagan ver las cosas cómo son cuando te desvíes del camino. Pregúntate: ¿este tipo de persona podría ser una buena influencia en mi vida? ¿Es el tipo de amigo o amiga que merezco? ¿Quiere lo mejor para mí? Ser selectivo a la hora de elegir tus amistades no es un acto de egoísmo sino de responsabilidad, y un paso más hacia una mejor y más feliz vida.

Tener amigos que se alegren por ti es un paso hacia la felicidad.
Rodéate de gente que se alegre por las cosas buenas que te ocurran y te apoye en los malos momentos. (Pexels)

4. Compárate con quien eras ayer y con nadie más

Controla esa voz interior que te dice que no eres suficiente o que no vales lo mismo que otra persona. Una herramienta que da el psicólogo es fijarse metas realistas que puedan ser alcanzadas y que generen satisfacción evitando obsesiones. Querer abarcar demasiado, ser el o la mejor en algo, destacar en el trabajo, la relación de pareja, los hijos… solo produce frustración, enfado y ansiedad. Da pequeños pasos, disfruta del camino y celebra esos pequeños logros porque son fuente de felicidad y de una mejor gestión emocional. Una vida más feliz y plena depende de ese trabajo interno.

5. Ayuda a tus hijos a gestionar sus emociones de manera sana

Los padres, y futuros padres, deben ser un referente para sus hijos. Cuando se recompensa a un hijo de manera sistemática ante un comportamiento que se quiere evitar como, por ejemplo, darle una chuche o ponerle un vídeo para calmar una rabieta. El mal comportamiento al ser recompensado tiende a repetirse. Según el autor, hay que premiar únicamente las buenas acciones y los logros, y acompañar, de la mejor manera posible, el camino emocional del niño. Si los padres descuidan sus responsabilidades, los niños al llegar a la edad adulta tendrán problemas para integrarse en la sociedad.

6. Pon tu casa en orden

Aquí podíamos hablar de la paradoja de Stockdale. El autor en esta regla se refiere a que miremos nuestra vida antes de criticar fuera. ¿Cómo es tu relación con tu familia? ¿Y con tu trabajo? ¿Cómo está tu casa? ¿Y tus relaciones sociales? Hay muchas realidades y contextos que no podemos abordar ni cambiar pero sí que podemos ser dueños de nuestra propia percepción de nuestro entorno. Fíjate en tus problemas antes de que te desborden los problemas del mundo.

7. Persigue aquello que merece la pena

Aunque la vida puede ser dura, lo único que nos puede garantizar una mejor calidad de vida, según Peterson, es hacer sacrificios. Solo sacrificando algo que queremos en el presente podremos lograr algo que buscamos y anhelamos en el futuro. Si quieres tener un cuerpo más sano, por ejemplo, deberás llevar una dieta saludable y hacer ejercicios. A veces tenemos que sacrificar un poco de felicidad en el presente para lograr una felicidad mayor en el futuro.

8. Di la verdad

O por lo menos no mientas. Los efectos de la mentira, más allá de las repercusiones morales, tiene consecuencias en la salud del que miente. La mentira no siempre es malintencionada pero siempre termina afectando al emisor.

También nos mentimos a nosotros mismos imaginándonos un futuro utópico e idealizado. Las mentiras crean mundos artificiales que en cualquier momento se derrumba alterando algunas estructuras de la vida. El autor recomienda pararse a pensar y no edulcorar las ideas de futuro.

9. Acepta que las personas con las que hablas pueden enseñarte algo

Escuchar es un deber que tenemos con nuestro interlocutor. Requiere que seas capaz de poner en práctica tus propios conocimientos para no distorsionar lo que te está diciendo el otro. Se evitan muchos conflictos y se enriquecen las relaciones cuando existe una escucha activa por parte del otro.

Un consejo que da el psicólogo es hacer un resumen de lo que el otro ha dicho en su discurso. De esta manera, al dar el visto bueno a esa síntesis, se evitan problemas de interpretación que pueden llevar a dar consejos equivocados y a malos entendidos. Según el experto debemos dejar de lado nuestros egos y asumir que la persona que nos habla sabe algo que nosotros no sabemos.

10. Sé breve cuando hables

Exprésate de forma clara y precisa. La vida ya es bastante complicada como para darle vueltas a todo con falta de síntesis y de precisión. Simplificar las cosas hace que nos enfrentemos de una mejor forma ante los problemas. Asume la realidad de las cosas para acelerar la búsqueda soluciones.

11. No sobreprotejas

Caer y levantarse es el camino para conseguir metas. La constancia y la tenacidad son herramientas que consiguen que alcancemos logros que nos hemos marcado. La sobreprotección lo que hace es que no dejes a una persona equivocarse y aprender. La vida presenta muchos desafíos y el fracaso es una motivación para mejorar. 

Las personas débiles que han sido sobreprotegidas buscan formas de culpar a los demás, se victimizan y aparece el resentimiento y la ira que puede desembocar en relaciones destructivas. Es muy difícil que puedan vivir una vida feliz, plena y satisfactoria como adultos. Permite explorar y cometer errores a tus hijos para que puedan encarar con valentía los embates de la vida y convertirse en personas que aporten un bien a la sociedad.

12. Acaricia a un gato

En esta regla el autor habla de la vulnerabilidad del ser humano y de que no estamos exentos de sufrimiento en esta vida. Con acariciar a un gato, Peterson se refiere a que prestemos atención a las pequeñas cosas de la vida que nos dan placer como tomar una taza de café, oler una flor, ver una puesta de sol, acariciar a un perro o a un gato… son gestos que nos aportan bienestar y nos cargan de energía. Algo que es muy necesario para mantenernos centrados y hacer nuestra vida más feliz.

¿Te unes al reto de las 12 reglas para vivir mejor?