Silvia Fominaya se ha vuelto a convertir en noticia, y no precisamente por algo bueno. Este fin de semana el reportero Kike Calleja desvelaba en el programa presentado por María Patiño que la presentadora y actriz estaba ahogada por las deudas derivadas del bar que montó en A Coruña, ‘Por la jeta’. Una información que ella misma ha desmentido en exclusiva y de manera rotunda a SEMANA.Leer más: Silvia Fominaya disfruta de una nueva etapa tras su divorcio
No es verdad lo que se ha dicho
“Desmiento estar arruinada”, afirma Silvia Fominaya a este digital, asegurando que, de ser así, hubiera puesto a la venta algunas de las casas que tiene con hipoteca.
Con Sergi Arola está todo bien
Aunque Kike Calleja aseguró que Sergi Arola, quien le ayudó con el negocio, ya no le cogía el teléfono a la presentadora, ella lo ha negado. De hecho, asegura que aunque su relación no sea fluida -él tiene una nueva pareja- siguen hablado. “Fuimos buenos amigos y yo tengo respeto”, dice a este medio.
No es culpa de él
De hecho, la madrileña explica que ha hablado con él recientemente para pedirle perdón por haberse visto envuelto en esta situación. Como respuesta, el chef le dijo que estaba en “shock” y muy cabreado, “no entendía nada”.
Arola no debe dinero
“Realmente los que le deben dinero a él son los socios porque él hizo la carta, el nombre, la repercusión… Y eso se paga como concepto. Podría valer tranquilamente 100.000 euros. Él lo hizo con la condición de que se cuidara el local”.
Siguen en contacto
“No es verdad que Sergi no me responda al teléfono. Simplemente tiene muchos restaurantes y trabajo y cuando no me ha respondido, es cierto que a los días él me llama o me escribe. Él siempre me ha querido ayudar”, asegura Silvia Fominaya.
Las deudas existen
Y al igual que le quita responsabilidades al que fuera su novio, la colaboradora televisiva reconoce que tiene deudas. “Estoy tratando de hacerles frente. Serán como de unos 15.000 euros”, cuenta a SEMANA.
¿Una segunda parte?
Desde la marca de cervezas que surtía al local, y que se encargó del traspaso, ahora le piden que abra otro local. “Estamos hablándolo”, dice sobre este asunto, dejando la puerta abierta a volver al mundo de los negocios.
Dolida por todo lo que ha pasado
Silvia asegura a este medio que se siente “dolida” por la filtración de esta noticia. Según dice a SEMANA, la habría sacado a la luz la hermana del encargado del local.
En una palabra: decepcionada
“Éramos muy, muy amigas”, dice sobre esta mujer, en quien confiaba desde hacía años. Su relación era tan estrecha que era a ella a quien solía llamar para desahogarse y a quien le contó que Sergi solo le cogía el teléfono cuando podía y que tanto él como ella pagarían.
No hay vuelta atrás
“Estoy muy triste, pero esa traición no se puede perdonar. Tampoco me gusta que hablen mal de Sergi”.
Tenía acceso a todo
Silvia explica a SEMANA, un tanto indignada, que el encargado era “quien llevaba todas las cuentas del local, papeles… Incluso tenía todos los códigos de las cuentas bancarias para hacer transferencias. Por eso han dado la noticia saltándose todos los derechos a la intimidad”.
Ha tomado cartas en el asunto
La actriz no se piensa quedar con los brazos cruzados y ha decidido emprender acciones legales contra el encargado del local y a su hermana por “enseñar mensajes y hablar de mi vida y de los menores”.
Para los pequeños todo sigue igual
Por otro lado, Fominaya quiere dejar claro que “no es verdad que mis hijos hayan tenido que renunciar a una calidad de vida. Su padre les pasa la pensión todos los meses, pero sí que es cierto que yo me he tenido que apretar el cinturón”, asegura.
Quiere ser noticia, pero por otras cosas
A pesar del mal momento que está pasando, Silvia no pierde el sentido del humor. “Me hace gracia que siempre sea noticia, pero que no me llamen de ninguna serie. ¡A ver si hay suerte!”, cuenta entre risas.
Sergi Arola no quiere hablar
SEMANA también se ha intentado poner en contacto con el chef, que ha declinado hacer ninguna declaración.