A sus 21 años, Javier Sagrera se ha convertido en una de las grandes promesas del automovilismo español. Hijo de la actriz y colaboradora de televisión Mónica Pont y del empresario Javier Sagrera, el joven piloto lleva más de una década inmerso en el mundo del motor y actualmente compite en el Mundial de Fórmula 3 con la mirada puesta en la Fórmula 1. Pero su historia no es solo la de una joven promesa del deporte, sino también la de un chico apasionado por la música, comprometido con su carrera y marcado recientemente por un traumático accidente: el atraco a punta de pistola que sufrió en México junto a su madre. Te contamos todos los detalles. 

Javier Sagrega y su gran afición por el motor desde su infancia

Desde muy pequeño, Javier Sagrera mostró una enorme afición por los coches. Según ha contado en más de una ocasión, su padre fue su gran referente: cuando él tenía solo unos años, su progenitor corría en rallies y despertó en su hijo la misma pasión por la velocidad. "Eres mi mayor inspiración y el mejor ejemplo a seguir", escribió el joven piloto en redes sociales en el último Día del Padre, dejando claro la estrecha relación que mantiene con él. A los 9 años, Javier Sagrega comenzó a competir en karts, y desde entonces no se ha bajado del circuito. Con disciplina, constancia y el apoyo incondicional de su familia, su evolución ha sido meteórica hasta llegar al Mundial de Fórmula 3.

El gran salto en su carrera llegó hace tres años, cuando se trasladó solo a Inglaterra para competir en la prestigiosa Fórmula 3 británica. A día de hoy, Javier Sagrera ha subido al podio en múltiples ocasiones y acaba de fichar por un equipo alemán vinculado a Mercedes-Benz, con el que ha ganado el campeonato europeo de F3. "Llevo desde los 9 añitos que empecé con los karts, que era mi pasión y mi sueño. Y, después de 11 años dedicándome a esto, puedo decir que cada vez estoy más cerca de mi sueño, que es llegar a la Fórmula 1", declaró recientemente en sus redes sociales.

Pero el camino no ha sido fácil. La exigencia física y mental del automovilismo le obliga a llevar un entrenamiento constante, con doble sesión diaria de gimnasio y una alimentación muy estricta que, en sus propias palabras, "es lo que más cuesta de todo". El piloto confesaba que lo que más le duele no es pasar hambre, sino tener que renunciar a planes con sus amigos y familia. "Si salimos a cenar, yo no puedo comer lo mismo que los demás, y eso te acaba limitando mucho", explicó también en una entrevista. A pesar de esos sacrificios, mantiene la motivación gracias a otra gran pasión: la música.

"Soy un amante de la música. Me la pongo hasta para ducharme, para todo… no sé vivir sin ella", aseguraba. Sus preferencias varían según su estado de ánimo: si necesita calmarse antes de una carrera, opta por piano o piezas instrumentales sin voz; si está bajo de energía, tira de rap o electrónica para activarse. Los auriculares forman parte de su equipación casi tanto como el casco, y asegura que la música es una herramienta emocional que le ayuda a rendir al máximo.

Un traumático episodio a punta de pistola en México

Sin embargo, no todo en su vida gira en torno a la pista. A finales de agosto de 2023, Javier y su madre vivieron uno de los episodios más traumáticos de sus vidas. Mientras se encontraban en el domicilio de Mónica Pont en Ciudad de México, fueron víctimas de un asalto a punta de pistola. Varios ladrones irrumpieron en la vivienda y sustrajeron dos relojes de lujo valorados en 20.000 euros cada uno. El portero del edificio, que intentó socorrerlos, resultó gravemente herido. A su llegada a España, Javier relató la terrible experiencia, visiblemente afectado. Su madre, por su parte, declaró que fue "la valentía del portero" lo que les salvó la vida

El suceso dejó huella en ambos, especialmente en Javier, que pese a su juventud ha tenido que madurar rápidamente y enfrentarse a situaciones que poco tienen que ver con la adrenalina de los circuitos. Cuenta con el apoyo total de su madre, que aunque vivió con angustia la decisión de su hijo de dedicarse de lleno al automovilismo, decidió confiar en él. "Cuando me contó lo que quería ser, se me congeló el corazón y me dije: tienes dos opciones, sufrir el resto de tu vida o disfrutar y apoyarlo", ha confesado Pont en varias entrevistas.

El joven catalán vive actualmente en Londres, desde donde entrena y compite con vistas a seguir ascendiendo en el escalafón de la Fórmula 3 hasta alcanzar su meta: convertirse en piloto oficial de Fórmula 1. Mientras tanto, sigue trabajando en sus otras pasiones, como la música, el diseño de coches y su presencia en redes sociales, donde cuenta con miles de seguidores que siguen sus pasos dentro y fuera de la pista.