El conflicto entre Adara Molinero y su madre, Elena Rodríguez, ha saltado al escaparate mediático. Aunque parecían tener una relación idílica dada su cercanía, ambas se han sincerado y han hablado de sus diferencias en su pódcast, donde han dejado claro que atraviesan un momento de máxima tensión. A pesar de que se quieren mucho, como ellas mismas han reconocido, ahora mismo mantienen una distancia gélida marcada por reproches, silencios y heridas no cerradas. Por eso, de la mano de la psicóloga Lara Ferreiro, psicóloga y autora del libro: '¡Ni un capullo más!: El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta', analizamos la complejidad de esta relación en la que madre e hija parecen "más hermanas que otra cosa". 

"Elena tiene 51 años y Adara 32, apenas 19 años de diferencia, lo que hace que muchas veces más que madre e hija parezcan hermanas", apunta la experta. "Muchas veces en las relaciones entre madre e hija hay dependencias emocionales, relaciones de poder, ajustes de cuentas no resueltas. Esto puede convertirse en reproches, en lucha por la imagen...".

En el caso de Adara y Elena, Ferrer señala que “Adara ya se ha hecho madre, de hecho dice que ella va a ser solo madre, como diciendo que ya no va a ser hija, y tenga su propio criterio y choque en conflicto con su madre”. Apunta que “su madre quiere ejercer ese rol, y Adara siente que no la comprende, que al final la agobia, la asfixia, y entonces al final, de alguna forma se distancian, porque no están de acuerdo en la educación del hijo”.

Adara Molinero y su madre en su canal de Mtmad

Adara Molinero y su madre en su canal de Mtmad.

Telecinco

La psicóloga explica que "hay madres más controladoras, lo que se llaman madres helicóptero, que sobrevuelan alrededor de las hijas y que entonces no las dejan tomar sus propias decisiones". Según Ferreiro, Elena “podía ser un poco así, que es como una leona y protege, lo que ella considera que es proteger a su nieto y a su hija, pero Adara no está de acuerdo”.

Otro aspecto que puede influir en su relación es la diferencia generacional. La psicóloga apunta que "la madre está criada en otra generación, mucho más machista, no nació en la narrativa digital de las redes sociales. Adara ha sido modelo internacional, ha viajado por un montón de países de Asia, entonces claro, son muy diferentes".

Lara también señala que pueden estar experimentando “un desencanto materno-filial, cuando se te cae el mito de tu madre, porque al final son humanas”. Además, apunta que “puede haber un síndrome del desencanto mediático: reproches públicos, acusaciones en platós... Además, también tienen un pódcast con lo cual tienen que idear para así, de alguna forma, rentabilizar un pódcast. Tienes que decir cosas fuertes, si no, no vendería".

 

Sobre el tipo de dinámica que protagonizan madre e hija, la psicóloga afirma que “hay ciclos de ruptura-reconciliación, relaciones boomerang" y más cuando "tienen carácter ambas”. Este tipo de relaciones incluyen “reproches públicos, revelación de secretos familiares, en plató, prensa, disputas por cuestiones del tema del niño y de la vida amorosa de Adara, que la madre a veces no la aprueba tanto porque, por ejemplo, Adara ahora está soltera, pero ha tenido relaciones tóxicas con los hombres".

Desde una perspectiva mediática, Ferreiro recuerda que “el conflicto entre madre e hija es muy atractivo para la audiencia. Una madre abnegada, una hija rebelde, de una madre presuntamente posesiva y una familia desestructurada, pues claro, todo esto genera también mucho morbo en algunos telespectadores”.

La psicóloga contextualiza este tipo de conflictos en el panorama de otras figuras mediáticas: “Hemos visto, por ejemplo, Carmen Borrego con su hijo, Terelu Campos con Alejandra, Kiko Matamoros y Laura, Isabel Pantoja e Isa Pi. Es decir, muchas veces también incluso hay madres que tienen celos de sus hijas o miedo a la fama y las intentan proteger de una forma que las sobreprotegen”.

Adara Molinero y Elena Rodríguez

Mtmad

Respecto a Adara, la experta recuerda que ha compartido diversas ocasiones los episodios que marcaron su infancia, incluyendo experiencias de malos tratos por parte de una pareja de su madre. Un hecho que, quizá, "también puede tenerla presuntamente contenida porque no la sobreprotegió o no la protegió en ese momento”, explica. Esto puede estar influyendo en la percepción que tiene de su madre: “Probablemente, ambas tengan heridas del pasado atrapadas. Esta exposición mediática hace que salgan todas estas tensiones”.

Lara Ferreiro enfatiza que Adara ha llegado a decir que “lo que viví con mi madre me destrozó en la infancia. Entonces toda esa rabia contenida, esa explosión que tiene Adara muchas veces, puede ser hacia su madre de 'no me protegiste'”.

Además, señala que “ambas son muy exclusivas, son dos leonas, entonces siempre han discutido mucho, pero se quieren muchísimo también. Es verdad que ahora está en el peor momento y Adara, a día de hoy, también, como su imagen no está en el mejor momento, está yendo al psicólogo, pasando por problemas de salud mental, soltera...".

Lara insiste en que “la intervención de Elena se puede ver como sobreprotección y Adara lo ha percibido como una invasión. Este tipo de dinámicas son muy comunes entre madre-hija con límites un poco difusos y roles muy poco definidos".

Sobre los últimos episodios emocionales de Adara, la experta afirma que “Adara dice que se rompe, que llora muchas noches por el dolor que lleva dentro, una confesión desgarradora, que ha pegado un puñetazo a la mesa y que ya su corazón no aguanta más dolor. Esto podría indicar que tenga, a lo mejor, un estado de ánimo muy bajo, pero hay que tener cuidado porque Adara con el tiempo, si esto se intensifica, puede llevarle a una depresión mayor, una depresión reactiva”.

Adara Molinero

Mtmad

Cómo ha influido su relación con Hugo Sierra en su relación materno-filial

Respecto a la relación con Hugo Sierra, Ferreiro apunta que "ha sido conflictiva respecto a lo de la crianza de su hijo también. Incluso ella ha compartido en redes sociales que él solo lo ve periódicamente, que no sé si es algo que puede llevarla a sufrir el síndrome de la mala madre, que todo el peso recae en ella y que él pasa o que ha elegido una mala pareja para que fuera el padre de su hijo, se le puede romper el corazón".

La experta resume que a Adara “se le junta entre que está soltera, que está con pareja, el tema con su madre, que su madre invada su maternidad con su hijo, el tema del padre con su hijo, con los hombres, todos los temas del pasado... Es que tiene un cóctel muy potente”.

Sobre el futuro de la relación entre Adara y Elena, Ferreiro opina que su vínculo es casi indestructible: “Ellas se quieren mucho, no es una Pantoja ni una Isa Pi, pero obviamente si siguen así, con el tiempo pueden acabar... Pero ahora mismo tienen una guerra fría, entonces tienen que saber poner límites, tienen que también esa dependencia emocional mutua, pues tendrán que ver hasta cuándo, tienen que tener expectativas razonables, luego también trabajar la presión pública y mediática, y luego todo el tema del pasado, todo ese vínculo materno-filial".

Lara concluye que en su caso “tiene riesgos: la exposición mediática en las redes, a día de hoy dan la imagen de familia rota, recuerdos del pasado no resueltos, las ideas de infancia de Adara, momentos de fragilidad emocional que Adara está teniendo estallidos, y luego el factor de terceros".

Pero para una reconciliación duradera, ambas han de asumir que tienen que hacer un trabajo individual y familiar, "que se quieren muchísimo y que tienen que estar la una para la otra, pero que tienen que tener a lo mejor una ruptura afectiva en un momento dado, para luego colocar la relación y poner unos límites sanos. Quizá Adara reflexiona y se da cuenta de que a lo mejor su madre tenía razón, y es que cuando eres madre también te reconcilias con tu propia madre”, zanja.