La infanta Cristina ya ha dejado claro que no está dispuesta a que su marido, Iñaki Urdangarin, se sienta solo en la cárcel. La hija del Rey Juan Carlos ha vuelto a visitar a su esposo en la prisión de Brieva, Ávila, pero esta vez ha sido cazada por las cámaras a su salida del centro penitenciario. Una instantánea que se ha hecho mucho de rogar y que carece de calidad, pero que sirve como muestra de que el matrimonio sigue unido a pesar de que la adversidad les ha separado por las rejas.

[La frustrante nueva vida de la infanta Cristina]

La revista SEMANA informó en exclusiva el pasado fin de semana que la infanta Cristina había cogido un nuevo avión en Ginebra para volar hasta Madrid. Lo hacía con la firme intención de reencontrarse de nuevo con su marido, pero antes decidió hacer un alto en la capital y cenar con unos amigos en la terraza de un conocido local. Este medio tuvo acceso a una fotografía en exclusiva que demostraba que la exduquesa de Palma estaba de nuevo en suelo español y a la mañana siguiente volvió a iniciar un viaje, esta vez con destino a Ávila, donde se encuentra la prisión de mujeres en la que su esposo cumple condena de 5 años y 10 meses.

Imagen del coche en el que va la infanta Cristina

La infanta Cristina visitó a Urdangarin en prisión en compañía con su hijo Pablo, de 17 años. Lo hacían en la mañana del domingo y cumpliendo con todo el celo que sus anteriores visitas para no ser vistos por los medios que allí se congregan a la espera de una foto que evidencie sus visitas. Y así ha sido. Eso sí, las circunstancias no eran las más favorables para ver el rostro de la hermana del Rey Felipe, dado que el coche contaba con las lunas traseras tintadas y su rápida velocidad al pasar por el puesto de guardia de los cámaras impidió que se viese mejor a sus ocupantes. Aun así, ya hay foto del significativo momento.

La infanta Cristina en una imagen de archivo. (Gtres)