La mascarilla es ya para todos una segunda piel. Bueno, ojalá lo fuera, porque aunque es necesaria, hay que reconocer que produce ciertas incomodidades y puede acentuar posibles defectos estéticos. Nos habíamos fijado en que toma protagonismo el tercio superior del rostro, pero ¿te has dado cuenta de que resalta las orejas por culpa de las gomas?

Si en la etapa pre-pandemia estabas pensando en corregir algún defecto en ellas porque sobresalen o su lóbulo está descolgado por abusar de los pendientes o por el paso de los años, las doctoras Conchita Pinilla y Mar Lázaro te explican las técnicas más eficaces para conseguirlo.

¿Cómo son unas orejas perfectas?

El 5% de la población tiene orejas grandes o de soplillo según recoge la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE).

“El tamaño del pabellón auricular (oreja) representa aproximadamente 1/3 de la

longitud de la cara, y está orientado de forma más o menos paralela en su eje mayor al eje de la nariz. La distancia máxima entre el Hélix (reborde prominente de la oreja) y el cráneo debe oscilar entre 18 y 20 mm para ser armónico”, explica la doctora Pinilla, que añade que una de las preocupaciones estéticas más frecuentes es la separación excesiva de las orejas del cráneo, lo que popularmente se llama “orejas de soplillo”.


¿Cómo podemos corregir unas orejas de soplillo?

La técnica a utilizar depende de si el pabellón auricular está separado en su tercio

superior, medio o inferior (o en combinación).

1. Otoplastia: Es la técnica quirúrgica que corrige la excesiva separación de la oreja

respecto al cráneo, y da una apariencia normal a las curvaturas de su estructura.

La técnica: Es sencilla, puede realizarse con anestesia local y requiere un análisis

pormenorizado de la estructura del pabellón auricular. Es capaz de corregir

completamente la separación de la oreja del cráneo y armonizarla; además, en

ocasiones la deformidad es mínima y solo necesita una cirugía leve. La intervención

dura unos 20 minutos por oreja. Precio: Desde 2100€.

2. Earfold, la “grapa” sin bisturí: Hay ocasiones en las que no es necesario recurrir a la

cirugía convencional y basta con optar por un dispositivo quirúrgico con forma de grapa

llamado Earfold. Previamente y gracias a unos simuladores el paciente puede ver cómo

sería el resultado final para valorar si coincide con sus expectativas.

La técnica se considera cirugía menor. Earfold está compuesto de una aleación de

metal de níquel y titanio recubierta de oro que consigue realzar el pliegue del hélix y

aproximar el pabellón auricular en casos seleccionados (sobre todo en los de

separación del tercio superior).

Earfold se coloca bajo anestesia local con una mínima inyección. El procedimiento dura unos 20 minutos, se realiza de forma ambulatoria, elimina los posibles riesgos quirúrgicos y solo requiere 2 o 3 puntos. Desde 1000€.

¿Y qué hacemos cuando el lóbulo se descuelga?

1. Lóbulo rasgado: Con la edad, y si además hemos abusado del uso de pendientes

largos, el lóbulo progresivamente se va descolgando.

Existen diferentes procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos para mejorar su

apariencia y rejuvenecer el lóbulo, reduciendo su tamaño. Uno muy demandado es el

cierre de los lóbulos rasgados por el uso reiterado de pendientes. Además, la utilización de piercings y dilataciones complica el procedimiento, pero casi siempre es posible reconstruir el lóbulo y darle una forma bonita con una técnica sencilla y anestesia local. 500 € aproximadamente.

2. Rejuvenecimiento del lóbulo: También se puede aportar a esta zona una apariencia

más juvenil y rellenarla mediante infiltraciones de ácido hialurónico reticulado, o bien

hidratarlo con ácido hialurónico mínimamente reticulado o infiltración de grasa propia.

La carboxiterapia mejora la calidad de la piel de la zona.

Precio: Desde 350€; la infiltración de ácido hialurónico; desde 600€; la de grasa propia; la sesión de carboxiterapia desde 60€ .

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