El verano supone una dura prueba para el cabello y en tu mano está que llegue a septiembre en las mejores condiciones posibles.

Tan importante es cuidar y proteger tu piel en verano como tu pelo. Seguramente ya tengas preparado tu protector solar para rostro y cuerpo ahora que llega la época de piscinas y playa... Pero, ¿qué pasa con tu cabello? ¿Has pensando en algún producto específico para mantenerlo sano y fuerte frente al calor, el sol o el agua? A pesar de que estamos muy acostumbrados a proteger la piel durante los meses de sol y las temperaturas extremas, nos seguimos olvidando de nuestro cabello. Después, cuando llega septiembre nos echamos las manos a la cabeza (nunca mejor dicho), ya que esto termina pasando factura y el pelo se ha vuelto más áspero, sin brillo, encrespado... Un desastre. Por ello, Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez, nos revela unos sencillos gestos que conseguirán evitar el desastre capilar y que después de verano tengas un pelo perfecto.

Doble escudo

Esto implica implica el uso de protectores solares que salvaguarden el cabello del sol y otras agresiones, pero también de gorras, sombreros o pañuelos que supongan un escudo físico a tantos y tan continuos enemigos. Hay que tener en cuenta que cada agente externo afecta al cabello de una determinada manera: la radiación UV altera los pigmentos de color del pelo, reseca mucho y fragiliza la queratina además de robar a las melenas todo su brillo. El viento enreda el cabello, lo ensucia más y provoca que al desenredarlo la fibra sufra y se vaya debilitando. La arena irrita mucho el cuero cabelludo y provoca sensibilidad. El cloro modifica el color y seca el pelo atacando a las grasas naturales protectoras del cabello. La sal marina, por su parte, cristaliza sobre la fibra capilar y abre las puntas. El calor también inflama e irrita el cuero cabelludo y resta nutrición.

Al salir del agua ¡Cuidado con los peines!

Justo después del baño el cabello es especialmente frágil, por eso, antes de desenredarlo, es necesario aplicar un acondicionador sin aclarado o el mismo protector solar capilar, para ayudar al desenredado mientras se nutre el cabello. Hay que hacerlo siempre con un peine de púas anchas y evitando tirones que puedan romper la fibra.

Lavar el pelo todos los días. Ahora sí es obligatorio

Olvida todas esas recomendaciones de que lavar el cabello a diario es malo. Tanto si lo has sumergido en el agua del mar como en el de la piscina, es imprescindible lavar bien el pelo para eliminar restos de salitre o de cloro. ¿El mejor aliado? Un champú purifican pero suave y de uso frecuente y acompañarlo siempre de un acondicionador, con o sin aclarado o de un aceite o sérum, según los gustos. En el verano hay que prestar especial atención al lavado de pelo.

La importancia de la mascarilla

Mínimo dos veces por semana hay que aplicar una mascarilla capilar que repare e hidrate en profundidad el cabello, pero el truco está en hacerlo en seco. No importa tanto el tiempo de exposición –bastaría dejarla 10-15 minutos-, como hacerlo en seco antes de lavar el cabello, porque el agua impide que el producto penetre en la fibra capilar y no sirve para nada. Después de aplicar la mascarilla, lavar el cabello de forma habitual.

¿Cabello coloreado? Extrema las precauciones

Los cabellos teñidos o con mechas sufren especialmente en verano: son más porosos y por lo tanto más sensibles a las agresiones externas. Los rubios claros se oxidan mucho y los rojos son los más sensibles a la pérdida de tono. Por eso el uso de champú, acondicionador o mascarilla, así como de aceites y sérums se hace imprescindible.

Si eres rubia, baja la intensidad

Es recomendable que antes de los días de sol y playa, en la última visita al peluquero, se apueste por un rubio algo más oscuro porque la exposición solar, el cloro y el salitre ya aclaran de por sí el cabello. Con especial atención a los rubios dorados y miel que son los que más aclaran y tornan hacia tonos indeseados. Los rubios beige y platino se sobreviven mejor porque el verano los potencia.

Pigmentos, ahora obligados

Los champús, acondicionadores o mascarillas con pigmentos ahora, sí o sí, serán tus aliados imprescindibles si tienes el cabello coloreado o con mechas. Utilizados siguiendo los consejos de cada fabricante, su acción es fundamental para mantener la intensidad del color y el brillo a salvo de las continuas agresiones que el verano supone para tu pelo y para neutralizar los tonos indeseados.

Sé fiel

Y di no a ir a un salón de belleza diferente durante las vacaciones. Los mayores desastres de color ocurren cuando buscas una peluquería para un retoque de emergencia en tu destino de veraneo... Es entonces cuando la catástrofe está casi asegurada. Si es imprescindible, pide a tu estilista de confianza la fórmula que utiliza en sus trabajos de color y el margen de error disminuirá.