Que Eurovisión es mucho más que un festival de canciones es algo que ya no necesita explicación. Con sus excesos escénicos, sus coreografías inverosímiles y su desfile de propuestas estéticas tan dispares como inclasificables, el certamen se ha convertido en una suerte de pasarela de vanguardias. Aunque la alta costura nunca ha sido la protagonista natural de esta cita europea, lo cierto es que algunas divas (antes de Melody) lograron convertir el escenario de Eurovisión en un verdadero catwalk. A veces desde el disfraz, a veces desde el diseño, muchas de ellas desafiaron las reglas de la faceta más clásica de la televisión con una solvencia inesperada. Este sábado, durante la gran final de Eurovisión 2025 en Basilea, Melody representará a España con dos estilismos que prometen dar que hablar, pero hoy dirigimos la mirada hacia el archivo: hacia aquellas artistas que rompieron moldes, reescribieron el código de vestimenta eurovisivo y pusieron la primera piedra de lo que hoy podría considerarse un "fashion show" paralelo.
Massiel y su vestido de Courrèges en Eurovision 1968
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Massiel y el mini vestido de Courrèges: un golpe de modernidad en el 68
Corría 1968 y España llegaba a Londres con una canción pegadiza, "La, la, la", y una artista de voz grave, actitud firme y poco gusto por lo impostado. Massiel ganó aquel año, pero también pasó a la historia por su look: un vestido cortito, blanco, de manga sisa, con flores estampadas, cuello Peter Pan y bajo con volantes blancos firmado por André Courrèges, uno de los grandes inventores de la 'mini falda'. Aquel diseño, que parecía sacado directamente de las calles de Saint-Germain-des-Prés, fue una declaración de intenciones: la España de aquel entonces también podía vestirse de modernidad. Frente a los looks 'aburridos' de otras participantes, Massiel llevaba una prenda que desafiaba las convenciones. El futuro había aterrizado.
El mono de Salomé en Eurovisión
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Salomé y los flecos imposibles de Pertegaz: el glam mediterráneo
Solo un año después, en 1969, otra española conquistaba Eurovisión (esta vez ex aequo): Salomé. Lo hizo desde Madrid, con un vestido azul celeste que ya es historia del diseño patrio. Creado por Manuel Pertegaz, el traje pesaba más de 14 kilos debido a los miles de cuentas de porcelana y canutillos que formaban esos icónicos flecos que se movían con gracia en cada uno de sus golpes de cadera. Lo que en manos de otra habría sido un disfraz festivo, en Salomé fue puro carácter. El diseñador, uno de los grandes de la alta costura española, logró crear un vestido con alma arquitectónica y espíritu mediterráneo. Aquellos flecos eran casi una extensión del complicado fraseo de Salomé.
El vestido de Jean Paul Gaultier de Dana International
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Dana International en Gaultier: la revolución tiene nombre propio
En 1998, Eurovisión vivía su primera gran revolución con la victoria de Dana International, artista trans israelí que hizo historia no solo por su canción "Diva", sino también por su estilismo. La cantante lució un diseño de Jean Paul Gaultier: un vestido de pedrería súper ajustado que, en un principio, también contaba con un chaleco de plumas multicolores, de largo midi, que desafiaba las normas del clásico evening gown eurovisivo. No era un vestido fácil, ni literal, ni predecible. Al diseñador francés le costó caro, pues llegó a recibir amenazas por vestir a la artista. Pero Dana sabía que su presencia tenía que ser recordada. Gaultier, siempre defensor de lo queer y lo libre, fue el cómplice perfecto para crear un look que hablaba de empoderamiento, identidad y belleza no normativa. Aquel estilismo no solo ganó el concurso: marcó un antes y un después. Y 20 años después, alguien supo recoger las miguitas de pan de la artista.
Conchita Wurst y el homenaje sutil a Dana
Años después, en 2014, otra victoria simbólica: la de Conchita Wurst, con "Rise Like a Phoenix". En el escenario, una figura escultural con barba y vestido dorado de sirena. La prenda, nuevamente, llevaba la firma de Jean Paul Gaultier. El diseñador francés volvió a hacer historia al vestir a una artista que cuestionaba los límites del género con elegancia y fuerza. El vestido abrazaba el cuerpo de Conchita como una armadura sensual. La silueta de sirena, tan clásica, adquiría aquí un carácter casi mítico. Fue, en cierto modo, un homenaje velado a Dana International, como si Gaultier hubiera querido cerrar un círculo: de la transgresión a la consagración y le dio suerte. ¿Quieres ganar Eurovisión? Ya sabes a quién tienes que llamar para asegurarte la victoria.
Chanel interpretando 'SloMo'
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Chanel Terrero: del drag a la alta costura
Si hay una artista que ha devuelto la sofisticación coreografiada a Eurovisión en los últimos años, esa es Chanel Terrero. Durante el Benidorm Fest de 2022, la cantante desplegó un arsenal de sensualidad milimétrica con los diseños creados por Carmen Farala, ganadora de la primera edición de "Drag Race España". Farala, con ojo clínico para el show, supo cómo hacer que sus diseños encajaran con el look que Chanel buscaba. La moda drag entraba por la puerta grande al preselección española. Chanel no solo bailaba: vestía como si su cuerpo fuera un instrumento.
Para Eurovisión, Chanel cambió de registro sin renunciar a la potencia. Palomo Spain fue el encargado de vestirla en la final. El resultado: un diseño negro con pedrería, inspirado en el traje de luces, pero reinterpretado con cintura encorsetada, pasamanería y mangas joya. La fusión entre la iconografía española y el drama escénico alcanzaba aquí un nuevo nivel. Alejandro Gómez Palomo, conocido por borrar las líneas entre géneros y por su visión maximalista, concibió un vestuario que era pura tensión escénica: una torera que no pide permiso, sino paso.
Eurovisión ha sido, es y será un laboratorio de estilos. Un espacio donde lo convencional se tambalea y en el que, a veces, los vestidos cuentan más que las canciones. Este sábado, todos los ojos estarán sobre Melody, pero el verdadero legado se esconde en las costuras de esas otras divas (valientes y poderosas) que, mucho antes, convirtieron Eurovisión en un manifiesto de libertad, poder y belleza.