Es “el de las Campanadas” y “el de El Grand Prix”, la cara de las Navidades y del verano a nivel televisivo. Lo reconoce él mismo y sobra decir que no hay ni pizca de arrogancia en sus palabras porque es así: si hay un rostro que la gente quiere ver en la tele cada 31 de diciembre en la Puerta del Sol es el suyo, y si hay un presentador digno de presentar el programa más veraniego ese es él.
Así que así, con los conceptos claros, Ramón García se sienta a hablar con SEMANA de su presente y su futuro. Un presente que pasa por arrancar un verano más su aventura en El Grand Prix y un futuro en el que ya se vislumbra una retirada, aunque eso sí, a su manera y no a corto plazo. Ramón nos reconoce por primera vez que sí, que lo ha pensado, pero que le gustaría decidirlo a él. ¿Y cómo es su final soñado? Pues desde la Puerta del Sol y con su inseparable capa. Pero mientras llega el momento -aunque él advierte que hay Ramonchu para rato-, va a divertirse un verano más en El Grand Prix.
El programa cumple 30 años, ¿en qué has cambiado?
¡Coño, que tengo 63! Tenía 33 cuando empecé a hacer esto. Yo estoy igual mentalmente. Físicamente no, pero mentalmente, a la hora de hacer el programa, de venir, de divertirme, yo creo que estoy incluso mejor. Ayer terminamos de grabar a las 22:30 horas, hoy me he levantado a las 6:45 de la mañana, he llevado a mi hija al metro para que haga prácticas, me he venido aquí, me desmaquillo, me cambio, me voy a Toledo y me hago mi programa allí, y vuelta para casa. Es decir, que cuando te gusta algo, ese esfuerzo lo haces encantado de la vida.
Y este año presentas con Lalachús porque lo decidiste tú mismo.
Sí. La decisión de Lalachús es mía y lo quiero decir bien claro porque se ha dicho que era una cuestión política y no es así.
¿De dónde viene el rechazo a Lala?
¡Porque no la conocen! Yo no entro en redes sociales porque no me quiero amargar, pero a veces me lo cuentan. A Cristinini la pusieron a parir y la pobre venía aquí algunos días hecha una calamidad. La misma gente que la ponía a parir ahora pone a parir a Lala. ¿Qué le pasa a la gente? Es una vergüenza. Aquí hay una deriva política muy clara. Hay una crispación política en España que yo no recuerdo nada así. Todo se lleva a la política, como lo de Lala, y eso me cabrea mucho.
Tú, sin embargo, has salido ileso de eso.
Sí, pero yo, como vasco, hay quien dice que soy del PNV. Me han dicho también que soy de Bildu. Ahora voy para allá y me dicen que soy del PP o del PSOE. Y yo me descojono de todo. ¿Sabes qué hace de malo esto? Que sí es verdad que según quién gobierne ha colocado a ciertas personas por política, y el ladrón siempre cree que todos son de su condición, y no es así.
Ramón García: “Hay quien me ha etiquetado de todos los partidos, pero yo me descojono de todo”
¿Y en algún momento tú has sentido que por colocarte en determinado sitio te han perjudicado?
No. Nunca, yo nunca me posicionado políticamente y aunque me hayan podido poner etiquetas yo me desetiqueto rápidamente.
Pero en la etapa de Zapatero trabajaste menos. Se dijo que se quitó El Grand Prix porque era de derechas por tener una vaquilla.
No fue exactamente así. Se retira porque hay un movimiento animalista que va en contra de tener una vaquilla en la tele. Mayoritariamente, las asociaciones de ese tipo suelen ser de izquierdas, gobernaba la izquierda y se retira El Grand Prix. Y ha estado fuera muchísimos años. El año pasado se aprueba la ley animal y desde entonces no se pueden llevar animales a televisión. Ni vaquillas ni nada. La política va retocando cosas en la sociedad y la televisión también forma parte de eso.
¿La gente por la calle te pide vaquillas reales?
Mira, yo soy partidario de la vaquilla de verdad. ¿Y sabes por qué? Pues porque España es un país rural. Se equivoca la gente de Madrid que, desde un despacho, cree que Madrid es lo importante. O Barcelona o Bilbao. No, España sigue siendo de pueblos y en toda España sigue habiendo vaquillas. ¿Por qué lo seguimos teniendo en los pueblos y no lo podemos ver en la televisión?
Ramón García: “Me gustaría despedirme de las Campanadas a mi manera, cuando yo decida”
Ana triunfaba entonces en televisión presentando el programa '¿Qué apostamos?' junta a Ramón García.
Semana
Cambiando de tema, ¿te verías este año con Lala en las Campanadas?
Yo en las Campanadas me veo siempre. He estado 20 años haciéndolas. Y creo que las últimas todavía no las he dado. Algunas me gustaría dar porque me gustaría despedirme a mí. Porque ¿voy a estar toda la vida ahí subido? No. Yo conozco muy bien mis tiempos y algún año, sin que lo sepa nadie, si tengo la oportunidad de volver, diré allí que van ser las últimas Campanadas. Pero querría decidirlo yo.
Pero ese momento no lo ves cercano, ¿no?
No, mientras yo tenga salud y esté bien… Yo la verdad es que hablo del de las Campanadas como si fuera otro. A la gente le gusta ver en ciertas fechas lo de siempre. Y el de siempre soy yo. ¡Y lo digo como si yo fuese otro! A mí me gustaría ver a Ramón García ahí si yo fuese el espectador. ¿Por qué? Porque sabe hacerlo y abarco desde el abuelo hasta el niño. Porque los niños me han conocido ahora con El Grand Prix y el abuelo sigue siendo mi espectador. Entonces, ¿qué presentador en España tiene ese target? ¡No hay nadie!
Pero en lo personal han sido muchos años sin comer las uvas en familia. ¿Eso te ha pesado?
No, porque esta es mi vida, y mi familia lo sabe. Cuando yo me casé, mi mujer sabía que yo hacía eso en Nochevieja. Y cuando mis niñas nacieron entendían perfectamente que ese día su padre cogiese una capa y se fuese a la Puerta del Sol.
¿No los echabas de menos?
Siempre. Y cuando tenía padres, también a mis padres.
Queremos que vuelvas a las Campanadas, pero si van a ser las últimas…
Yo no digo que vayan a ser las últimas.
¡Ahora vamos a estar con miedo cada año!
Esperaos sentados todavía.