Mark Hamilton ha sido una de las personas más perjudicadas por la relación de su todavía esposa, María Lapiedra, con Gustavo González. Junto con la mujer del paparazzi, Mark se perfilaba como una de las grandes víctimas de toda esta historia.
Pero sus intervenciones en televisión han ido cambiando la percepción que el espectador podía tener en un principio sobre él. A lo largo de las semanas y según han ido aumentando su apariciones en un plató, muchos han comenzado a pensar que Mark podría ser un oportunista que estaría aprovechando el momento para ganar dinero vendiendo su pena. De hecho, hay quienes están convencidos de que todo lo que está ocurriendo está pactado entre los tres protagonistas, Mark, Gustavo y María.
Por si esto no fuera poco, algunos episodios narrados por Gustavo González y María Lapiedra sobre el fuerte carácter que Mark podría haber mostrado en algún momento con su mujer, han empeorado su imagen de cara al público.
Mark Hamilton, consciente de todo esto y sabiendo que su papel como padre también podría ser cuestionado, está centrando todos sus esfuerzos en dejar claro que con sus hijas, como dijo en su momento Francisco Rivera, no parte peras.
El marido de María Lapiedra se está refugiando en ellas más que nunca y no ha dudado en mostrar en Redes Sociales dónde es verdaderamente feliz: junto a sus niñas. Como todo un padrazo, Mark se muestra en diferentes momentos con sus pequeñas, jugando, disfrutando de un día de campo o paseando. "La razón de mi vida", ha escrito junto a alguna de estas enternecedoras estampas.
Su familia idílica se ha roto
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Así de compenetrados se mostraban en vernao de 2017 Marh Hamilton y María Lapiedra. Mark no se imaginaba lo que ocurriría en su matrimonio pocos meses después.
Los platós que han distorsionado su imagen
Desde que saltara el escándalo de María Lapiedra y Gustavo González, tanto ellos como Mark han realizado numerosas intervenciones televisivas. Mark ha perdido los papeles en muchas de ellas y algunos espectadores han creído que podría estar vendiendo su pena a cambio de dinero. Además, la sombra de un carácter violento ha sobrevolado sobre su cabeza, algo que ha preocupado, sobre todo teniendo dos hijas.
Refugiado en ellas
En su peor momento vital, Mark está aprovechando cada minuto de su tiempo libre para disfrutar de sus hijas. En ellas se está refugiando y son las que le hacen verdaderamente feliz.
“La razón de mi vida”
Mark no permite que nadie insinúe que no es un buen padre. Para él sus hijas son su "razón de vivir".
Volcado con sus niñas
Lo cierto es que Mark se muestra como todo un padrazo. En este momento tan difícil para él y su aún mujer, María Lapiedra, ambos coinciden en que el bienestar de las pequeñas es ahora lo más importante.