Se cumple un año de la 'boda-gitana' de Rocío Carrasco y Fidel Albiac. Un acontecimiento previo pago que par algunos fue como pisar un callo con un tacón de aguja. 12 meses y 12 causas después, el gran misterio de la Humanidad sigue siendo: ¿cuál es el secreto del marido de la hija de la intérprete de 'Como las alas al viento?
Fidel Albiac es, sin duda, el hombre hecho a media para Rocío Carrasco. Su pareja parece a prueba de bombas familiares.
Ya sé que Rocío Carrasco no es Angelina Jolie, pero Fidel Albiac tampoco Brad Pitt. De hecho, si hiciéramos un 'galanómetro', es mucho más guapo, de aquí a la Lima de Vargas Llosa, Antonio David que el yerno del recordado Pedro Carrasco.Lo sé, la belleza no lo es todo, pero aquí yo solo ejerzo de notario de comentarios que me llegan, que no van a ningún lado, pero que son el pulso de lo que está en la calle. ¿Cuál es el secreto de la estabilidad del matrimonio de Rocío y Fidel? Seguramente que se quieren, se entienden donde tienen que entenderse (ustedes también me entienden) y tienen una visión similar de la vida. No hay otra manera.
Rocío Carrasco está viviendo su 'annus horribilis', pero ya está más que acostumbrada a los conflictos familiares, así que igual le está afectando mucho menos de lo que creemos. Ella, de momento, no suelta prenda, y lo hará donde debe hacerlo: en los tribunales.
Dice más de uno de quién se rodea que lo que hace. Por lo que habría que preguntarse cuáles son los valores de Fidel Albiac y cómo ve que su mujer no se hable con sus hijos ni con el 90% de su familia (igual el porcentaje es más alto), si la anima a que intente recuperar a David y Ro (qué tiempos cuando llamábamos así a su hija, ya que el apelativo 'Rociíto' ya estaba pillado) o qué música le gusta, qué tipo de cine. Qué se yo...
Fidel Albiac es un hombre en la sombra, que acompaña a Rocío a los pocos actos públicos a los que acude y no posa con ella en los photocalls.
No sabemos nada de Fidel, ni siquiera si tiene una voz melodiosa, ni si lee a Saramago o a Faulkner, si le gusta el fútbol, si prefiere el día o la noche, si sigue a dieta. Whatever. Lo que sea. Rocío Carrasco ha tenido mucha suerte con la discreción de su marido, porque el silencio es algo de agradecer cuando tienes a toda una batería de individuos hablando de ti non-stop por los siglos de los siglos. Es como un run-run insidioso que puede volver loca hasta a Malena Gracia, a quien le bastaba un beso para llegar a ese estado.¿Subirá el pan el día de Fidel se decida a hablar? Al paso que va la burra, podemos esperar sentados... También os lo digo: igual no tiene mucho que contar y su vida es más aburrida que una película iraní de los años 90.Ya digo, grandes misterios de la Humanidad.