La exposición mediática que supone formar parte de la familia real británica es algo con lo que la princesa Eugenia de York ha lidiado toda su vida. La pequeña de las dos hijas que tuvieron durante su matrimonio el príncipe Andrés de Inglaterra y Sarah Ferguson es la menos conocida de las dos. O, como mínimo, la que más ha tratado de mantenerse al margen del escrutinio público. Esto obviando la polémica que rodea a su padre, hermano de Carlos III, desde que salió a la luz su relación con el pederasta Jefrey Eppstein y el caso de abuso sexual en el que estuvo involucrado.
Escándalos mayúsculos del duque de York al margen, si es que acaso se pueden obviar, su hija la princesa Eugenia ha roto su silencio para referirse a uno de los pasajes más duros de su vida que tiene que ver con la enfermedad que le fue diagnosticada cuando apenas tenía 12 años, en el año 2000, hace 25. Un difícil episodio que le imposibilitó en su momento para llevar una vida normal.
La enfermedad que padece la princesa Eugenia que le fue diagnosticada en la adolescencia
El testimonio de Eugenia de York sobre su enfermedad deja una realidad incuestionable. Y es que, da igual lo aristócrata que seas, lo idílica que parezca tu vida desde fuera, que nadie está exento de sufrir un bajón en la salud. Muy preocupante en el caso de la prima de Guillermo de Inglaterra. A sus 35 años, la princesa Eugenia sufrió un revés recién cumplidos los 12 años cuando le diagnosticaron escoliosis siendo todavía una niña.
Se trata de una desviación lateral de la columna vertebral que, la mayoría de las veces, se diagnostica durante la adolescencia y que, aunque en la mayoría de casos no es grave, puede desencadenar en problemas serios de movilidad e incapacitar al sujeto que la padece con el paso de los años, a medida que se crece.
La situación de la hija del príncipe Andrés de Inglaterra y Sarah Ferguson se encuentra en este último grupo de personas. Esto es, su desviación era lo suficientemente pronunciada como para que los médicos le aconsejaran que pasara por el quirófano. Una operación que, como ella ha señalado en una reciente entrevista, le causó un "gran sufrimiento" cuando era pequeña.
Las graves secuelas de la complicada operación a la que tuvo que someterse la prima de Guillermo de Inglaterra
La intervención quirúrgica a la que tuvo que someterse la princesa Eugenia de Inglaterra la postró en una cama durante días. Diez, exactamente, y la dejó sin poder asistir al colegio durante cuatro meses, que se dice pronto, pero para una niña de 12 años es una eternidad. Tuvo que estar seis días en silla de ruedas y, durante su convalecencia, debió apoyarse en sus seres queridos para prácticamente hacerlo todo. Así se lo ha contado a 'The Telegraph' en la que, probablemente, sea su testimonio más íntimo y contundente sobre su enfermedad y esta época, que la hermana de la princesa Beatriz recuerda como una de las más dolorosas y ciertamente traumáticas de su vida.
El paso de Eugenia de York por la mesa del quirófano duró ocho horas, lo que evidencia lo complicado de la intervención por la que tuvo que pasar. Como ha desvelado, consistió en insertar en su espalda varillas de titanio a ambos lados de la columna y tornillos por encima del cuello para corregir la curvatura congénita de su columna. Tras esto, pasó tres días en la unidad de cuidados intensivos (UCI), seguidos de varias semanas más en planta. Todo este tiempo acostada, sin poder moverse.
Sarah Ferguson junto a su hijas, Beatriz y Eugenia de York
Foto: Gtres
"Estaba muy avergonzada": Eugenia de York se confiesa sobre su complicada operación
"No podía levantarme de la cama y no podía hacer nada por mí misma", ha confesado Eugenia de York al citado medio, en un pronunciamiento inédito en el que no ha dudado en abrirse en canal sobre su escoliosis. La hija de Sarah Ferguson y Andrés de Inglaterra no utiliza en ningún momento la palabra trauma, pero sí deja caer que el bajón anímico que sufrió después de su larga operación se acerca bastante a esa experiencia subjetiva. "Estaba muy avergonzada por todo el asunto. No sé por qué ni de dónde vino eso", recuerda.
"La incapacidad que conlleva una lesión de la médula espinal es muy difícil de afrontar", sostiene la princesa Eugenia en su demoledora entrevista. De su convalecencia en el hospital, la sobrina del rey Carlos III no guarda tampoco un grato recuerdo. "Tenía una habitación en una esquina del hospital con dos ventanas que daban a un aparcamiento. Era demasiado pequeña para darme cuenta de que no podía salir; solo me importaba dónde estaban mis padres y mi hermana. Pero sí recuerdo ver a alguien saludando a mi increíble enfermera pelirroja por la ventana y tener la sensación de que no podía alcanzarlos", sentencia.