En el mundo de la realeza europea, hay algunas figuras que destacan por encima de otras, acaparando la atención a nivel internacional. Una de las que lleva décadas en el punto de mira ha sido la princesa Charlene de Mónaco, antigua nadadora olímpica y esposa del príncipe Alberto II.

Su imagen sofisticada y elegante va más allá de los vestidos de gala y las grandes joyas, sino que su transformación física ha sido objeto de estudio por parte de los expertos.

En la actualidad presume de un rostro más esculpido, su piel visiblemente tersa y su expresión suavizada. Esto ha hecho que nos preguntemos cuáles han sido los trucos a los que ha recurrido y por ello hemos hablado con la Dra. Beatriz Beltrán, especialista en medicina interna, medicina estética y nutrición, y fundadora de la Clínica Dra. Beatriz Beltrán en Paseo de Gracia en Barcelona, quien nos ha dado su opinión en este asunto.

Rellenos y toxina botulínica

Uno de los cambios más evidentes en el rostro de la royal ha sido la mejora de los volúmenes faciales. Esto podría deberse al uso del ácido hialurónico, cada vez más habitual en las clínicas estéticas, ideal para restaurar zonas como pómulos, mentón y sienes. Estos rellenos no solo otorgan estructura, sino que contribuyen a una expresión más juvenil y descansada.

“Aumento significativo en labios y pómulos con rellenos de ácido hialurónico para otorgar un aspecto más redondeado al rostro. Aunque el ácido hialurónico es un producto natural, presente en el organismo, no está exento de polémica por la huella estética. Es un activo maravilloso si se utiliza correctamente y en los puntos adecuados. El problema ha sido el abuso y su utilización descontrolada por parte de algunos médicos”, comenta la Dra. Beatriz Beltrán.

Charlene de Mónaco

Charlene de Mónaco ha utilizado el ácido hialurónico para rellenar los volúmenes perdidos.

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Del mismo modo, la toxina botulínica ha podido tener un rol esencial en la suavización de líneas de expresión. Destaca especialmente su frente, que a día de hoy luce lisa y relajada. En dosis pequeñas es uno de los mejores aliados que hay, evitando la rigidez y permitiendo el movimiento natural del rostro.

“Notamos una reducción de la gestualidad facial, posiblemente debido al uso excesivo de bótox. Para que quede bien es fundamental contar con un buen diagnóstico y ponerse en manos de médicos expertos que determinen la dosis exacta a administrar y cómo hacerlo. Si se hace bien, el resultado es espectacular”, explica la experta.

Textura facial mejorada

Uno de los detalles que más ha llamado la atención en la evolución estética de Charlene de Mónaco es la textura de su piel. A sus 47 años presume de un cutis uniforme, luminoso y libre de imperfecciones, que no solo responden a una buena rutina de skincare, sino también a otros tratamientos de última generación. “Vemos una piel tersa y sin arrugas visibles, posiblemente se realiza tratamientos con láser de pico segundos  para mejorar textura y manchas”, afirma la doctora.

“También puede haber recurrido a microneedling, que consiste en crear con las agujas crean unos microcanales que permiten que los activos penetren de forma eficaz para renovar el colágeno y la elastina, liberar los factores tróficos y proteger frente a radicales libres. El tratamiento ayuda a lograr un tono más homogéneo y una piel más sana porque trabaja en profundidad las manchas, la flacidez, las arrugas, la falta de luminosidad y marcas de acné”, añade.

Charlene de Mónaco

La royal recurre a tratamientos faciales con los que mejorar la textura y conseguir una piel tersa. 

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Otras técnicas como el láser fraccionado o la radiofrecuencia podrían estar detrás de ese efecto “buena cara” que siempre tiene. En cuanto a la mejora de la textura fácil, esta también se ve favorecida por tratamientos como los peelings médicos suaves o la mesoterapia facial, que permiten mantener el rostro hidratado y luminoso. La constancia de en este tipo de tratamientos es cada vez más recomendable, para lograr un efecto natural y saludable en la piel.

Óvalo facial terso: redefinir sin endurecer

Uno de los signos más reveladores del paso del tiempo es la pérdida de firmeza en el contorno del rostro, algo que Charlene ha sabido combatir de forma magistral. Puede presumir de un óvalo fácil definido y sin flacidez aparente, lo que apunta al uso de técnicas como la radiofrecuencia multipolar, el ultrasonido focalizado (HIFU) o incluso hilos tensores reabsorbibles.

Destaca el óvalo facial terso, lo que sugiere que utiliza técnicas para estimular colágeno y reafirmar el óvalo facial.  Las más efectivas son el Láser tensor con tecnología Fotona que combina láser de neodimio y erbio para tensar las arrugas, elevar el óvalo facial y aportar firmeza. Se aplica por rostro, ángulo mandibular y a nivel intraoral para esculpir y estirar la piel con un efecto lifting muy atractivo”, declara la especialista.

Charlene de Mónaco

Charlene de Mónaco presume de un óvalo facial terso y voluminoso.

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“También EM Face Submentum que es una paratología que combina la tecnología HIFES, para estimular músculo con electroestimulación, y radiofrecuencia que trabaja la flacidez. y, como no, la radiofrecuencia monopolar capacitativa Thermage FLX, que es una buena inversión para envejecer bien a largo plazo porque retrae y tensa la malla de colágeno con un doble efecto”, continúa. Esto no solo mejora el perfil, sino que crea un efecto lifting inmediato, dando como resultado una imagen descansada, rejuvenecida y absolutamente armónica.

La apariencia de Charlene de Mónaco es una forma de entender la belleza y la estética que debería de estar más presente entre las figuras públicas. No hay que buscar la perfección exagerada ni las tendencias populares, sino lo que nos queda mejor a cada una en función de nuestras necesidades.

Lejos de las transformaciones llamativas o los retoques visibles, su evolución estética ha sido orquestada con discreción, sensibilidad y coherencia.