Entre las celebridades más destacadas del panorama español, sin duda encontramos a Carmen Lomana. Su figura derrocha elegancia y glamour vaya donde vaya, siendo esperada en todo tipo deeventos de alta sociedad y alfombras rojas. Pero más allá de su vestuario impecable y sus declaraciones siempre picantes, hay algo que ha llamado la atención durante décadas: su rostro.
Inmutable al paso del tiempo, pero lejos de lucir artificial, es el ejemplo perfecto de cómo los retoques estéticos bien hechos pueden realzar la belleza sin borrar la identidad. Lejos de negar haber pasado por manos expertas, Lomana ha abordado el tema con la naturalidad y franqueza que la caracteriza. Su discurso aboga por la naturalidad dentro de los retoques, porque estos deben ser al servicio de la armonía y no del capricho.
“Con su apariencia actual, la señora Carmen Lomana nos transmite unaimagen muy cuidada. Indudablemente, es muy importante poner en valor que parte de una muy buena genética que ha sabido mantener y potenciar durante los años. Justo es ese “irse cuidando paulatinamente” lo que hace que, al llegar a su madurez, se vislumbre como un rostro y una apariencia cuidada y fantásticamente conservada”, explica la Dra. Esther Gil, especialista en medicina estética facial y medicina y cirugía capilar.
Ácido hialurónico: volumen natural donde más se necesita
Uno de los tratamientos más destacados en la medicina estética actual, es el uso de ácido hialurónico para mantener la firmeza en ciertas zonas del rostro. Este componente, que se encuentra naturalmente en la piel, se utiliza en medicina estética para hidratar en profundidad, rellenar surcos y restaurar volúmenes perdidos sin necesidad de cirugía.
“Es posible que, al inicio de sus cuidados, recurriese a los inyectables del momento (nos referimos a materiales de relleno con una larga durabilidad o definitiva, esto es, inyectables no reabsorbibles) y, con el tiempo, sin llegar aún al momento actual, otros inyectables, como el ácido hialurónico”, afirma la experta.
Carmen Lomana habría utilizado rellenos de ácido hialurónico para restaurar volúmenes perdidos.
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En su caso, se aplica con precisión en zonas estratégicas, como es el caso del surco nasogeniano, la zona de los pómulos y el mentón, permitiendo un efecto de “lifting suave” sin alterar la expresión natural del rostro. “El tercio medio e inferior se ha trabajado con soportes de ácidos hialurónicos para mantener la proyección del pómulo, lo que también se conoce como área del malar, y así, ir manteniendo la línea del reborde mandibular”, añade. El truco está en usar pequeñas cantidades y combinarlo con otras técnicas para un resultado más natural.
Estimulación de colágeno
Uno de los secretos mejor guardados de la socialité son las tecnologías de estimulación de colágeno, como la radiofrecuencia o el ultrasonido focalizado (como Ultherapy). Estas son técnicas no invasivas que penetran en las capas profundas de la piel, estimulando su regeneración y logrando un efecto tensor progresivo que mejora la firmeza facial sin necesidad de recuperación.
“También podría ser muy posible el recurso a tratamientos de inductores de colágeno, si bien aquí no podemos saber exactamente si ha recurrido a inductores de colágeno inyectables (tipo hidroxiapatita cálcica o ácido poliláctico) u otras técnicas de aparatología, como radiofrecuencia o ultrasonidos de alta definición. En cualquier caso, para mantener el tejido compactado es necesario estimular al fibroblasto para que fabrique colágeno, elastina y ácido hialurónico. Con ello, al margen de la posible cirugía, la calidad del “pellizco” de la piel es mejor”, declara la doctora.
Carmen Lomana se podría haber realizado técnicas para la estimulación del colágeno.
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Estos tratamientos se realizan cada cierto tiempo en centros especializados y son perfectos para quienes, como ella, buscan mantener su piel tonificada sin pasar por quirófano. Es su alternativa favorita al lifting tradicional: resultados visibles, duraderos y sin el riesgo de perder rasgos naturales.
Toxina botulínica: el arte de suavizar sin congelar
Otro tratamiento que forma parte de la rutina de cuidado de Carmen Lomana es la toxina botulínica (popularmente conocida como bótox). Aunque es uno de los tratamientos más habituales en este campo, es cierto que hay que saber aplicarlo con moderación para evitar ese rostro congelado.
El botox ha sido otro de los grandes aliados de Carmen Lomana en sus retoques.
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Su uso se concentra en zonas muy concretas como el entrecejo, la frente y las patas de gallo, con el único objetivo de relajar los músculos y suavizar las arrugas sin anular la expresión. "El bótox bien puesto es maravilloso", ha dicho en más de una ocasión. En su caso está claro que se ha puesto en manos de buenos profesionales, presumiendo de una piel tersa y radiante a sus 76 años.
Peelings médicos y láser: renovar la piel sin agredirla
“En mi opinión, durante los años, una buena parte de los tratamientos que se ha podido realizar han estado focalizados entratar y mantener la calidad de la piel. Podemos apreciar que tiene una piel con tendencia a grasa que, en determinados momentos, puede ser algo difícil de cuidar. Con esta premisa, casi con seguridad, se ha realizado cuidados estéticos para mantener este tipo de piel en buen estado”, confirma la experta.
Carmen Lomana se ha cuidado la calidad de la piel con tratamientos láser y cosmética de calidad.
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“¿Otros posibles tratamientos de mantenimiento? Técnicas despigmentantes, como el IPL u otros láseres, para mantener la calidad de la piel y potenciar su homogeneidad cromática (disminución o eliminación de manchas); así como otros tratamientos hidratantes y complejos polivitamínicos, como polinucleótidos, por ejemplo, que sabemos que dan una buena nutrición y, digámoslo así, una buena “alimentación” a nuestro tejido”, continua.
Estos tratamientos ayudan a reducir manchas solares, cerrar poros y estimular la regeneración celular, dejando el rostro más luminoso y joven. Combinados con cosmética de alta gama —ella es fan declarada de marcas como La Prairie, Sisley y Biologique Recherche—, estos procedimientos ayudan a mantener una piel impecable y con “efecto buena cara” constante, incluso sin maquillaje.
Blefaroplastia y retoques quirúrgicos: el bisturí con estrategia
Aunque Carmen Lomana sea una gran defensora de los tratamientos no invasivos, es cierto que también ha apostado por el bisturí en alguna ocasión. “Otra percepción que nos da a los especialistas es la corrección de la flacidez que se aprecia en algunas imágenes mediante, la que me atrevería a decir, ha sido una doble cirugía, ambas perfectamente realizadas y con muy buen criterio”, explica.
Por un lado, podríamos mencionar la blefaroplastia, una cirugía menor que consiste en retirar el exceso de piel y grasa del párpado superior e inferior, aportando una mirada más descansada, luminosa y juvenil. Por otro, una cirugía facial que podría haber mejorado sutilmente su piel y contornos faciales, especialmente en la zona de la mandíbula, cuello y mejillas.
Según los expertos, Carmen Lomana podría haberse realizado una blefaroplastia y un lifting facial.
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“Nos podríamos referir, según mi criterio, a una cirugía de párpados (blefaroplastia); y, por otra parte, una cirugía facial, sobre todo del tercio inferior de la cara y de lo que representaría la zona del cuello, lo que conocemos como una ritidectomía cervicofacial. Si no, sería imposible mantener esa alta definición en la zona”, sentencia la doctora.
En resumen, lo que sacamos en claro es que Carmen Lomana no busca transformar, sino preservar. Su enfoque combina tratamientos de última generación con un estilo de vida equilibrado, siempre defendiendo una belleza que sea acorde a la identidad de cada persona y el paso del tiempo. “Prefiero verme bien para mi edad que mal intentando parecer más joven”, ha declarado. Y es que ella es el mejor ejemplo de que esto se puede conseguir.