Natalia Sánchez, sobre su relación con Marc Clotet: "Nuestra vida es bastante nómada, pero me gustan los cambios"

Pasen los años que pasen, para muchos Natalia Sánchez (34) siempre será Teté, la niña de 'Los Serrano', un personaje y una serie a los que está muy agradecida porque le han llevado a ser la actriz y la mujer que es hoy en día. Como la niña de nueve años que era cuando comenzó, sigue jugando a ser actriz y su nueva aventura es dar vida a Begoña Montes en ‘Sueños de libertad’, la nueva serie de las sobremesas de Antena 3. Un proyecto que le ha hecho dejar Barcelona, la ciudad en la que residía junto a su pareja, el actor Marc Clotet, y sus dos pequeños, para trasladarse a Madrid.

 ¿Cómo llevas este cambio de Barcelona a Madrid?

Ha sido volver a casa, porque yo soy de Madrid. Aquí tengo a mi familia y a mis amigos de toda la vida. Me da pena la parte personal que he dejado en Barcelona, pero nuestra vida es así. En estos últimos años, hemos estado viviendo en Argentina, en México… Donde está el trabajo, allá vamos.  Mi marido y yo tenemos la suerte de compartir la misma profesión y nos entendemos bien. Nuestra vida es bastante nómada y a mí me gustan los cambios.

Lo bueno es que en Madrid cuentas con familia, que te puede echar una mano…

Sí, mis padres están aquí, aunque en Barcelona tenía a mis suegros, que también nos ayudan mucho con los niños.

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¿Y cómo lleva Marc, este traslado? Porque él sí es de Barcelona...

Genial, para él es su casa, adora Madrid, tiene muchísimo trabajo y está feliz aquí también. La decisión la tomamos entre los dos. Marc me dijo que si me hacía feliz, tenía que hacerlo.

Hay gente que te conoció en 'Los Serrano' y te ha redescubierto ahora con 'Sueños de libertad'...

Sí, desde que acabé 'Los Serrano' no he dejado de trabajar, pero hay gente que no me había visto en nada más. Otros sí... La popularidad de 'Los Serrano' fue una locura, pero con 'Sueños de libertad' he notado el cariño de la gente desde el primer día. Luego, tengo un montón de amigos, gente superjoven, que me dice que se ha enganchado a la serie. Creo que estamos marcando un cambio en las series diarias, ampliando el target.

¿Cómo definirías a tu personaje, Begoña Montes?

Una mujer luchadora, valiente, honesta, justa y empática que se ve inmersa en una relación tóxica, pero es fuerte y luchará por lograr sus sueños. Para mí es un honor darle vida y espero que pueda servir como espejo para aquellas mujeres que sufren maltrato. 

¿Qué es lo que más te está costando de este proyecto?

Quizá que vamos a una velocidad que tienes que estar muy permeable y no puedes anclarte en una emoción porque enseguida estás con otra. Es muy intenso.

¿Habéis hecho piña?

Mucha. Desde el día uno hicimos un grupo de WhatsApp. Con Dani Tatay y Alain Hernández tengo muy buena sintonía, pero el resto del equipo también es maravilloso. He tenido mucha suerte.

Tenéis un ritmo de trabajo trepidante. ¿Cómo lo llevas?

Es muy intenso, pero sarna con gusto no pica. Claro que es un sobreesfuerzo, pero también una suerte hacer esta serie y levantarte todos los días con algo que estudiar.

¿Cómo te organizas?

Hay que hacer encaje de bolillos para conciliar la vida personal con dos niños pequeños con la profesional.  Pero me levanto muy pronto, a las 5 de la mañana, y me pongo a estudiar hasta que me vienen a buscar para ir al plató. Allí suelo estar hasta las 17.30 h y, ya en casa, intento estar con los peques, a no ser que al día siguiente tenga un día complicado. El sábado también me levanto a las 5 para que, cuando se despierten los niños, tenga bastante avanzados los guiones y, si me falta algo, mi chico se queda con ellos. El resto intentamos estar juntos.

¿Pesa tomar el testigo a una serie tan mítica como ‘Amar es para siempre’?

No, es un honor y una responsabilidad, pero por fortuna estamos haciendo unas audiencias fantásticas.

Vuestra antecesora estuvo 18 años, ¿podrías igualarlo?

(Risas) No me lo planteo... De momento, piano piano y disfrutando del día a día.

¿Siempre tuviste claro lo de ser actriz? Porque sabes tocar muchos instrumentos...

Todo lo que tiene que ver con expresarse, música, interpretación, pintura... me ha gustado siempre. También es verdad que no me dio mucho tiempo a pensar. Me dedicaba a esto sin saberlo, porque, para mí, era un juego y lo sigue siendo. Afortunadamente no he parado y ojalá siga siendo así, abriendo el abanico, pero con la interpretación como profesión principal.

Lo de la interpretación lo llevas en la sangre…

Sí, mi madre, Charo Molina, es actriz y el que toca instrumentos en casa es mi padre, que se ha dedicado toda la vida a la publicidad, como mi tío y mi hermana. Por ello, el medio audiovisual siempre me ha sido muy cercano.