No hay look de primavera-verano que se precie que no termine, como si fuera un sobre lacrado, con unas buenas gafas de sol. Y no hablamos solo de su función práctica —aunque también—, sino de esa capacidad mágica que tienen para levantar estilismos anodinos, añadir misterio o, directamente, desatar el efecto "wow". Con ellas podemos jugar a ser quien queramos: diva italiana, modelo de los 90, protagonista de una serie de HBO o simplemente una mujer con mucho criterio estético. Por eso, con la llegada del buen tiempo, las gafas vuelven a salir de sus estuches como insectos de colores que anuncian, más que la primavera, que la temporada de terraceo ha iniciado oficialmente.
Las gafas de sol, lo sabemos bien las que no nos perdemos un diseño nuevo, son mucho más que un accesorio. Son una declaración de intenciones. Esta temporada, las redondas pierden trono, las XXL se jubilan momentáneamente (con matices), y entran en escena siluetas más juguetonas, colores inesperados y contrastes muy conscientes. Porque en 2025, las gafas no solo nos protegen del sol: nos convierten en una versión más afilada de nosotras mismas. Y las madrileñas más estilosas, esas que deambulan por Conde de Xiquena o toman el vermú en Ayala, ya lo saben.
Longchamp LO758S 600 103 euros
Longchamp
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Primero fueron las redondas (sí, esas que evocaban a John Lennon o a las francesas de los 70) las que coparon nuestros feeds de Instagram. Pero como en todo, las formas se agotan. Y ahora, las que mandan son las ovaladas. Celine, Cartier, Bottega o Versace las han puesto de moda y el resto de firmas han caído en cascada. Nadie se libra de tener un modelo ovalado en su colección. La clave está en esa curva alargada que suaviza las facciones, estiliza el rostro y tiene un deje sesentero.
Las madrileñas más enteradas ya las llevan con camisas blancas abiertas, pantalones cargo y plataformas. Funcionan especialmente bien con peinados recogidos (un moño bajo o una coleta con raya al medio) y con pendientes contundentes. En el universo de las gafas, las ovaladas son las nuevas diplomáticas: sofisticadas sin pasarse, modernas sin esfuerzo.
Modelo Pompei de Foco 79,90 euros
Foco
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El ojo de gato nunca muere, solo muta. Y este año lo hace en tecnicolor. Atrás quedaron las cat eye negras, discretas y ladylike. En 2025 se llevan con monturas de colores vibrantes, estampados marmóreos, acabados de glitter o directamente con pedrería engarzada. La premisa es clara: más es más.
Llévalas con camisas masculinas XL, minifaldas de tablas y zapatos Mary Jane. O directamente con vestidos satinados y sandalias joya. Las ‘pijitas’ con alma camp (las que no temen a lo kitsch) ya las combinan con labios rojos y bolsos vintage.
Cannet Milky Yellow de Tiwi 78 euros
Tiwi
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De pronto, Anastacia vuelve a estar de moda. Y con ella, las gafas de sol sin montura, con cristales de colores (del azul al fucsia, pasando por el verde lima) y formas envolventes. Este revival dosmilero no es casualidad. Marcas como Gentle Monster, Oakley o Jimmy Choo han sacado modelos que parecen sacados de un videoclip de Britney Spears circa 2002.
Las gafas sin montura tienen una cualidad andrógina y futurista que combina de maravilla con prendas deportivas elevadas: monos ceñidos, chaquetas crop, zapatillas gruesas. También se cuelan en los looks de las insiders más gamberras, esas que mezclan vaqueros rotos con blusas de seda o faldas vaqueras con cinturones Y2K. Y sí, hay gafas sin montura y sin patillas, en versión “quevedo”.
Capri Honey brown de D.Franklin 59,99 euros
D.Franklin
Capri Honey brown de D.Franklin 59,99 euros
Aunque el monocromo tiene su encanto, las gafas de sol de esta temporada apuestan por el mestizaje cromático. Monturas en carey con detalles en rojo, patillas azul celeste con frontal blanco leche, lentes verdosas en marcos burdeos... La tendencia abraza el eclecticismo, ese que juega con los contrastes sin caer en el caos.
Este tipo de modelos son ideales para acompañar looks neutros (beige, gris, blanco) y dejar que las gafas hablen por sí solas. También funcionan a la perfección con conjuntos monocolor, creando un punto de fuga cromático que aporta interés sin desentonar.
Chroma N15 de Etnia Barcelona 279 euros
Etnia Barcelona
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Sabemos que unas buenas gafas de pasta negra tienen algo de eterno. Son como el trench beige o los vaqueros Levi’s 501. Pero esta temporada se reinventan con cristales teñidos en tonos cálidos: amarillo ámbar, naranja melocotón, incluso con destellos verdosos. El resultado es un híbrido entre lo intelectual y lo psicodélico, perfecto para quienes se mueven entre librerías de autor y sesiones de tardeo.
Este tipo de gafas se entienden bien con estilismos sofisticados que incorporen prendas clásicas con un twist: una americana oversized, una camisa Oxford con corbata fina, o unos shorts de pinzas con mocasines. ¿Un consejo? Añade un pañuelo de seda en la coleta y un pintalabios en tono ciruela. Intelectual, sí, pero con alma de musa berlinés-castiza.
Balenciaga BB0251S 001 444 euros
(Balenciaga)
Balenciaga BB0251S 001 444 euros
Y como colofón, la tendencia más radical de todas: las gafas tipo máscara. Balenciaga ha sido el principal instigador de esta corriente con modelos que cubren parte del rostro como si te hubieras escapado de una peli de superhéroes post-apocalíptica. Pero no está sola: Prada o Ekka han presentado versiones que también desafían los límites del accesorio. ¿Te atreves con ellas?