En la vida todo es ponerse y si no que se lo digan a Irene Junquera que, además de
colaborar en Radio Marca y arrasar en redes sociales, acaba de publicar su primer libro. Con esto último ha cumplido uno de sus grandes sueños y para celebrarlo nos ha invitado a su hogar a las afueras de Madrid.

La periodista deportiva nos ha hablado de la Irene más desconocida, aquella que con 8 años se enfrentó a una silla de ruedas, que siendo adolescente perdió a su padre, pero que nunca, nunca, dejó de luchar por sus sueños. Muchos de ellos los ha cumplido y otros, como dice ella, no se los ha propuesto.

Muchas gracias por recibirnos en tu casa. ¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?

Llevo exactamente seis años. Desde el 2017.

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¿Y qué hizo que te decantaras por esta casa?

Me encanta porque estoy muy cerca de Madrid, pero también tengo los beneficios
de vivir a las afueras en el campo. Me encanta pasear con mi perro y esta zona es ideal para eso. Cuando vine a comprarme la casa la anterior dueña tenía dos perritos y hubo mucha conexión entre nosotras y la energía de la casa me encantó.

Nada más entrar nos has recibido con un café. ¿Eres muy cocinillas?

Se me da bien y además me gusta mucho cocinar. Ahora tengo la maravilla de la Thermomix y no se me resiste ninguna receta.

Irene Junquera con su piano

Además de ser periodista y haber estudiado Arte
Dramático, Irene también tiene la carrera de piano.

Fotos Alberto Bernérdez

Tu salón está presidido por un piano.

Hice la carrera de piano y me encanta. Me gusta mucho tocarlo cuando nadie me ve.
Toco casi todos los días.

Esto último no me extraña teniendo en cuenta que con cinco años le decías a tu madre que te gustaría ganar un Oscar.

(Se ríe) Y todavía estoy a tiempo. Yo estudié Arte Dramático a la vez que periodismo
y siempre he tenido el sueño de ser actriz pero estudié Periodismo, que también
me apasiona. Al final es una forma de comunicar y la vida me ha llevado por aquí y estoy feliz entonces. Ya veremos lo que me depara el futuro, pero siempre he estado muy convencida de que podía conseguir lo que quisiera.

Una niña que ha cumplido sus sueños pero que tuvo una infancia difícil, ¿verdad?

Con ocho años tuve un accidente en una atracción en un parque de atracciones y me
di un golpe muy fuerte en la espalda. Se me fisuró una vértebra y se me desplazó. Eso
me condicionaba mucho mi vida. No me querían operar porque era muy pequeña y el
traumatólogo quería ver si se soldaba solo.

¿De qué manera condicionó esto a tu vida?

Por ejemplo, no podía correr como los demás niños. Cuando me iba de viaje con mis padres llegaba un momento en el que no podía seguir andando porque me dolía mucho. Fue entonces cuando yo misma le pedí al médico que me operase. Él me advirtió que me dolería mucho, pero me daba igual. Tuve que pasar tres meses tumbada, inmovilizada totalmente y no podía sentarme. Eso conllevó a que perdiera
totalmente la masa muscular pero me daba igual. De hecho, yo entré saltando en la
cama cuando llegó el día de la operación. Pero realmente fue muy duro.

Irene Junquera

Irene se ha sincerado con nosotros sobre los aspectos más duros de su vida. Nos presenta su libro "Todo el tiempo que nos queda"

Fotos Alberto Bernérdez

¿Qué fue lo peor que recuerdas de esa experiencia?

Yo no soy hiperactiva, diagnosticada me refiero, pero soy muy nerviosa. O sea que, mirando hacia atrás, no sé cómo pude estar quieta. Cuando me incorporé no tenía músculos, no me podía poner de pie, tuve que hacer dos años de rehabilitación, al principio iba en silla de ruedas, con muletas... Yo sé que en algún punto tuvo que ser traumático, pero yo lo recuerdo como algo positivo, porque a partir de ahí he podido hacer todo lo que he querido.

También debió ser duro para tu familia. ¿ Cómo lo vivieron?

Sufrieron mucho ¿Pero sabes que me pasa? Y esto no es demagogia ni nada, pero hay
gente que tiene problemas muy graves y enfermedades incurables. Yo soy una afortunada.

Me imagino que ahora se sentirán orgullosos de cómo has salido adelante personal y profesionalmente.

Yo perdí a mi padre con solo 17 años. Mi madre tiene ahora a su marido, que es como un padre para mí. Mi madre está súper orgullosa de mí, está muy contenta. Yo creo que los padres lo que quieren es vernos feliz. Daría igual que fuera oficinista o que me dedicara a cualquier otra profesión.

¿Tienes presente a tu padre?

Sí, un montón. Además, a mi padre (al igual que a mí) le gustaba mucho el fútbol y yo me acuerdo que me iba hasta del cole a veces para ir a ver los entrenamientos del Madrid, que en una época entrenaban cerca de casa, y me acuerdo que un día mi padre me dijo: “deja ya el fútbol que no te va a dar de comer” y mírame ahora (se ríe).

¿Te costó mucho superar su perdida?

Fue muy duro porque fue a causa del cáncer y es una enfermedad horrible. Entonces
digamos que todo lo que es el proceso de la enfermedad fue horrible porque ves a una persona a la que amas, apagarse. Nosotros supimos desde el principio cual sería el desenlace. Perder a un padre con 17 años es complicado. Es complicado porque pierdes una figura que creo que es importante en nuestra vida y le echo de menos.

¿Cómo recuerdas cuando empezaste en los medios de comunicación?

Yo prefiero pedir perdón que permiso. Para mí la clave y lo que me guía en la vida es pensar que nada es imposible, pero nada es nada. Estábamos bromeando antes con lo del Oscar y yo realmente digo bueno, porque no me lo he propuesto (se ríe).

Irene Junquera en su cocina

Nuestra protagonista, que nos recibió con un café,
nos confesó ser toda una manitas en la cocina.

Fotos Alberto Bernérdez

¿Qué balance haces de tu carrera en los medios de comunicación?

He pasado por todas las cosas. He tenido momentos superbuenos, momentos supermalos, he tenido momentos de tener muchísimo trabajo y momentos de no tener nada. Cuando esto último ha pasado pensaba: ‘bueno, tengo mis redes sociales que, por suerte, me siguen muchas personas’. La gente no se imagina que detrás de salir en televisión hay mucho sacrificio, muchos viajes con amigas que te pierdes, muchas relaciones que tienes que dejar atrás y, ojo, no importa, porque siempre he tenido claro que quiero trabajar.

Tienes un libro que acaba de salir del horno.

Es algo que siempre tenía claro que quería hacer y Planeta se puso en contacto conmigo y me dijeron que les gustaría que escribiese una historia de ficción. En ese momento se me abrió el cielo porque era justamente lo que quería.

¿Qué se va a encontrar el lector en Todo el tiempo que nos queda?

Se va a encontrar una historia de lucha de una mujer. Es un trayecto vital de toda su
vida, desde que es una niña de 12 años hasta que ya es mujer y tiene una hija. Transcurre en los años 60 y tiene que luchar en una época muy complicada por sus sueños. Es una historia de superación, de liberación y de no perder de vista lo que quieres en la vida a pesar de las circunstancias.

Aparte de esta nueva aventura literaria, ¿en qué más te podemos ver?

Colaboro en Radio Marca y luego estoy en ‘El Desmarque’, que es un debate también deportivo. Trabajo muchísimo con mis redes sociales, trabajo mucho con marcas, que es algo que también me encanta hacer y al final en todo lo que me llaman. El otro día estuve en Ya es mediodía hablando del caso de Dani Alves. Estoy abierta a todo porque me gusta hacer muchas cosas.

¿Eres feliz?

¿Quién es feliz del todo? Pero, en el cómputo global, sí soy feliz.