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Te has aficionado al café.

Me encanta el café de siempre pero después de amamantar a mis dos últimos hijos, ya era una necesidad tomarlo.

A quién tengo enfrente, ¿a Inmaculada o a Irma?
Yo seré María Inmaculada Soriano Bolívar toda la vida. Irma no es un nombre artístico. Siempre me llamaba así un tío mío que murió.

Para muchos también serás Señorita Soriano, como te llamaba Jesús Hermida.
Es una suerte. Ojalá siempre me puedan ver como Señorita Soriano. No viviré el suficiente tiempo para agradecerle a Jesús Hermida cuánto me enseñó y lo generoso que fue conmigo. Otros no te dejan aprender, pero con él hasta servir el café, era una suerte. Empecé haciendo 40 Principales en Jaén. Un día me llamaron de la tele para el informativo regional. Yo fui a hacer una entrevista a la cantante Nana Mouskouri y apareció Jesús con otra gente que iba al estudio. Me preguntó si yo también iba a hacer un casting, le dije que no pero me dieron un numerito y así empecé.

Hermida tenía fama de ser muy duro y estricto, ¿llegaste a pasarlo mal?
Era muy duro. Yo he llegado a llorar de la impotencia por no entenderlo. Me sentía frustrada y me iba a casa muy mal porque tenía 20 años y sentía que era la oportunidad de mi vida. Yo no venía de trabajar con él en Antena 3 Radio como Nieves Herrero o Consuelo Berlanga. Ellas, con una mirada, sabían lo que quería y a mí me dirigía indicaciones que no entendía. Al princio fue muy difícil porque no conseguía entenderlo.

Nieves Herrero, Mariló Montero, Teresa Campos y otras muchas fuisteis Chicas Hermida. ¿Había rivalidad entre vosotras?
Él sabía cómo picarnos más o menos. Pero nunca sentí que fuéramos rivales. Él lo hacía muy bien: muchísimas veces nos íbamos a comer todos juntos, preparábamos especiales con figuras internacionales y toda esa ilusión nos unía. Nieves y yo nos quedamos embarazadas a la vez y fuimos las primeras en aparecer así en la televisión de este país.

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Ahora podemos verte presentando Cine Western en 13TV. ¿Cuál estu secreto para no parar de trabajar?
No hay teles grandes ni pequeñas, es trabajo. He estado en las grandes, con programas grandes y en las teles más pequeñas con otro tipo de programa. Pero tener ese trabajo es un tesoro. He tenido mucha suerte, etapas con mucho trabajo donde sentí cada día de mi vida el respeto como profesional.

Estoy pensando en uno, pero dime cuál ha sido el momento más duro que has vivido en televisión.
Seguro que coincide porque sólo existe ese, el más difícil, el más duro, el más amargo. Veinte años se cumplen ahora del asesinato de Ana Orantes, la mujer a la que su exmarido quemó viva. Ella con su valentía y fuerza hizo que pudiera modificar el Código Penal. Yo le hice la entrevista, fue la primera vez que en un juicio aceptaban una entrevista como prueba. En aquel momento fue una revolución. El Ministro del Interior llegó a decir que era un caso aislado pero no es cierto. Yo le di dos besos cuando llegó, estuvimos hablando pero casi no tuve ni que hacerle preguntas. Ana Orantes consiguió una segunda oportunidad para muchas mujeres e hijos. Pero todavía hay mucho machismo, la sociedad lo es.

Tienes cuatro hijos y con mucha diferencia de edades, ¿también hay mucha diferencia en ser madre más joven y más tarde?
La mujer es la misma pero cambia porque tus circunstancias cambian. Con la mayor, Triana, yo me iba de casa a trabajar y la dejaba dormida. Al volver a casa, después de tantas horas, volvía a estar dormida. Nos veíamos mucho menos. Los pequeños me han visto mucho más. En lo que se gana es en experiencia pero los miedos siguen siendo los mismos. Los pequeños no me dejan dormir y los mayores me quitan el sueño.

Te has casado dos veces en tu vida. ¿Has sufrido o has disfrutado más en el amor? Como dice Falete: «amar duele, pero vivir sin amor no se puede».
Yo por amor he disfrutado y disfruto mucho, pero he sufrido también. Una ruptura es una marca, un fracaso personal y más cuando tienes hijos. Yo siempre he querido estar bien con mi ex pero no por los niños, por nosotros, por lo que hemos vivido y compartido. Pero luego, cada uno lo contempla y lo vive como puede o como quiere. Yo, por mi parte, nunca he cerrado la puerta.

A muchos les sorprendió que concursaras en GH VIP ¿Cómo valoras la experiencia?
Era una maravillosa oportunidad profesional. He podido llegar a otras generaciones que no me conocían y ahora me han visto cada día. Ha sido una experiencia que muy pocas personas tienen al año. Es un trabajo profesional brutal. Cuando volví a mi casa era un trimestre que me había perdido en la vida de mis hijos. Al poco tiempo, le daban las vacaciones y yo sentía que me faltaba vida, que me habían quitado un trozo porque allí el tiempo no se corresponde con el real.

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Tuviste en tu marido a un gran defensor. Tanto que le pusieron una condena por dar una bofetada a Aida Nízar.
Me ha hecho muchísimo daño porque ha hecho sufrir a mi familia: a mi madre, a mis hermanos, a mis hijos que tres de ellos son menores, a mi marido. Yo no estuve ese día en plató, pero sí conozco a esta señorita y sí conozco a mi marido.

Pues háblame de tu marido, ¿qué te enamoró de Mariano?
Mariano es agua clara, no tiene una doblez. Lo ves venir. Es todo generosidad, tiene muchísima paciencia, es un padre que juega tanto con ellos, nunca tiene pereza y tira de mí. Conocí a Mariano y descubrí que había llegado a mi vida la claridad. Mariano trabajaba en Valladolid y un compañero mío cámara del programa que yo presentaba se fue un mes a grabar un documental a Nueva York. Y vino Mariano. El compañero se quedó más tiempo y a Mariano le renovaron. Era un magazine donde me permitían ser yo misma, yo lo tenía enfrente porque era mi cámara de primer plano y yo veía que le hacía gracia. Lo busqué y encontré algo que agradeceré siempre.

¿Qué significado tiene para ti la familia?
La vida. Tengo a Triana que es mi vida, Antonio que es mi tesoro, a Carmen que es mi cielo y al pequeño que es el mundo. Creo que tendría que volver a vivir para hacer el resto de cosas porque esta vida me ocupa la maternidad.

¿Eres mejor madre o hija?
Lo tendrían que decir ellos. Yo no sé cómo es eso de ser buena madre. Tengo el ejemplo de mi madre que es muy generosa. Vive para sus hijos.

¿Cómo eras de pequeña?
Una niña feliz. Recuerdo Andújar, las golondrinas, esos veranos con mi tía María. Cuando íbamos a Málaga, que ha estado muy presente en mi vida siempre. Mi abuela me regaló los primeros palillos de plástico negro porque soy muy flamenca, me apasiona la biznaga. De hecho, cuando me casé por segunda vez, Petro Valverde me hizo un traje que era una biznaga lleno de jazmines. Y también recuerdo a un padre maravilloso, guapo, alto y moreno con el que me iba a jugar al baloncesto por la mañana. Recuerdo una infancia en la que me han dado muchos besos, mucho cariño.

¿A quién echas de menos?, ¿qué recuerdos tienes de pequeña?
A mi abuela, que era la madre de mi padre y a él. A ellos dos los siento como una misma persona, juntos. A mi abuelo también le echo mucho de menos porque era huérfano de guerra y no llegó a conocer a su padre. Esa carencia le hacía ser amigo de sus amigos entregándose totalmente. Yo cada día los busco, cuando no sabes cuándo hacer las cosas bien.

Un sueño por cumplir
Lo próximo que esté por llegar. Yo no pido trabajo, yo ofrezco mi trabajo. Estoy feliz en 13TV. Y mi sueño personal es que el día de mañana yo me pueda sentar con mis cuatro hijos y que me digan que son felices. Esa será la medalla, la razón de mi paso por esta vida.

Terminado este café han quedado unos posos. Si alguien los supiera leer, ¿qué te gustaría preguntarle?
Prefiero que me pasen las cosas e intentar resolverlas. Si pregunto algo y la respuesta me asusta, ya no duermo. Prefiero dormir para tener fuerzas para el día siguiente.