Helena Resano no solo ha tenido que informar rigurosamente sobre las últimas informaciones sobre el avance del coronavirus en nuestro país, sino que lo ha hecho con pleno conocimiento de causa, al saber los estragos que causa, por ejemplo, en su propia familia. La presentadora de los informativos de La Sexta tuvo que abandonar su puesto de trabajo para confinarse en casa, después de que diese positivo en coronavirus. No solo ella, sino también sus seres queridos que conviven en su núcleo familiar se vieron contagiados por Covid-19, pero la que se llevó la peor parte no fue la presentadora, sino su hija de 18 años, por la que temieron incluso que pudiesen perderla: “Pensábamos que no remontaba”, explica.

La presentadora del servicio de informativos de La Sexta ha querido narrar su drama personal con el coronavirus en una entrevista concedida a su compañera de cadena, Mamen Mendizábal. Lo hacía desde casa, respetando aún la cuarentena para evitar contribuir a la propagación del virus. A pesar de narrar un auténtico calvario personal y de que la vida de sus seres queridos estuviese en juego por culpa de la enfermedad, la periodista ha hecho alarde de una entereza admirable, como así han destacado infinidad de mensajes que han copado las redes sociales este jueves, cuando decidió contar su historia en primera persona.

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Helena Resano conectó desde su casa en directo con el programa ‘Más vale tarde’ para explicar la complicada situación por la que ha atravesado en las últimas semanas: “Ha habido tres días que fueron muy preocupantes”, asegura la periodista, que logró mantenerse firme, pese a narrar cómo su hija Emma sufrió las peores consecuencias del contagio por coronavirus, pese a tener 18 años y no entrar tener patologías de riesgo: “Emma estuvo francamente mal, con fiebre muy alta, apenas se podía mover, lo teníamos que hacer entre mi marido y yo, bañarla, se dormía todo el rato, tenía muchos dolores y no remontaba”, explicaba con detalle la presentadora, más calmada tras comprobar que su hija logró sobreponerse de la enfermedad, no sin antes vivir un infierno.“Al tercer día le empezó a bajar la fiebre y a recuperar fuerzas. Con 18 años estuvo muy mal. Era una niña sana, sin patología ni nada”, explicaba Helena Resano a su compañera, dejando claro que cualquier persona puede verse afectado por el coronavirus, sin atender a su edad o problemática de salud previa. Aunque su hija Emma estuvo muy mal al principio, lo que más le ayudó a calmar sus evidentes nervios en plena crisis familiar por culpa del Covid-19 fue contar con la inestimable ayuda de su hermano: “Afortunadamente tengo un hermano médico y amigos que iban guiándonos, pero hubo un momento que pensábamos que no iba a remontar”, confiesa con dureza, aunque más duro es verse en esa complicada tesitura como madre, al no saber qué hacer por ayudar a tu hija en medio de una pandemia.

El comienzo del drama de Helena Resano

Tal y como ha detallado la propia Helena Resano en su conexión en directo con Mamen Mendizábal en ‘Más vale tarde’, “todo comenzó cuando mi hija presentó síntomas parecidos a un catarro o unas anginas. Acudimos al ambulatorio y nos riñen por ir con esos síntomas, pero inmediatamente le hacen una PCR, cuyos resultados no nos llegan hasta pasados cinco días. Nadie se pone en contacto con nosotros. No sabemos nada, no hay un rastreador y, por supuesto, tampoco se pone en marcha el rastero de las otras dos personas que viven en este núcleo familiar”, denuncia la presentadora, que se sintió desamparada por los responsables sanitarios ante una situación complicada pero que, por fortuna, tuvo un final feliz, no gracias a su ayuda. Poco a poco, su hija logró reponerse de la enfermedad, recuperó fuerzas y consiguió vencer al coronavirus.

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Eso sí, mientras su familia ha logrado liberarse del yugo del coronavirus, dando negativo en las pruebas PCR que se le han realizado con regularidad para saber si aún son potencialmente contagiosos, Helena Resano no ha tenido tanta suerte. La presentadora aún permanece confinada en su propia casa, dado que continúa dando positivo en Covid-19, lo que le obliga a permanecer lejos de su trabajo y de sus seres queridos. Lo que haga falta para contribuir a ganarle la batalla al coronavirus.