El boxeado estadounidense Myke Tyson, que fuera estrella de los rings en los años 80 y 90, ha recordado en la televisión americana una curiosa anécdota que lo vincula con el actor más deseado de Hollywood.

Han pasado más de 30 años desde que el expúgil pilló a su exmujer, Robin Givens, con Brad Pitt. Un episodio que quedó para siempre grabado en su memoria y por el que no le guarda rencor al ex de Angelina Jolie. Todo sucedió cuando Tyson estaba en pleno proceso de divorcio de la actriz, conocida por su papel por su papel como Darlene Merriman en la serie de ABC 'Los primeros de la clase'.

Tyson y Givens, un matrimonio fugaz

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Robin Givens y Mike Tyson se conocieron en 1987. Se casaron un año después, en 1988. En poco más de 12 meses surgían los problemas en la pareja. La actriz lo acusó de maltrato y en 1989 ponían fin a su fugaz y violento matrimonio. Ese año, Tyson era una estrella internacional del deporte y Brad Pitt aún se abría paso en la Meca del cine. Givens buscó el refugio de un jovencísimo Pitt, con quien tuvo un breve idilio, mientras tramitaba su divorcio con el exboxeador.

La ex de Tyson tuvo un breve idilio con Brad Pitt

Brad Pitt Robin Givens

En una entrevista en la pequeña pantalla, Tyson ha narrado que durante ese periodo de separación seguía teniendo encuentros sexuales con Givens. "Tenía que ir a la oficina de mi abogado, pero quise pasar por la casa de Robin por un ‘rapidito’. Qué puedo decir. Yo era joven y la extrañaba”, ha explicado en el popular 'talk show' 'The Real'. Fue así como yendo a la vivienda de su aún esposa la encontró del brazo de Pitt. La coincidencia casi acaba en bronca, pero por suerte no le entraron ganas de asestar un puñetazo al actor. Según el relato de Tyson, en su cara a cara Brad Pitt éste le pidió que no le pegara. "Brad debía estar borracho o algo, me imploraba que no le pegara y me decía que solo estaban repasando un guión”, ha señalado.

"Yo estaba en un coma emocional. Habían tomado mi corazón y lo aplastaron, todo eso me dejó completamente abrumado. No tenía energías para pelear ni nada", ha detallado Tyson. Entonces, Pitt le pareció bastante "soso". Incluso le pareció "un buen tipo".

Después de tres décadas, el excampeón del mundo de los pesos pesados ha dejado claro que no siente ningún tipo de resentimiento hacia el intérprete de Oklahoma:. "No estoy enfadado con Brad de ninguna manera. Claramente no le guardo rencor porque, si así fuese, ya no estaría vivo”, bromeaba.

Una vida marcada por el éxito sobre el ring y numerosos escándalos

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A sus 53 años, Myke Tyson ha tenido una vida de cine. A principios de los ochenta, con tan solo 20 años, ganó el título de la WBC ante Trevor Berbick. Es el boxeador más joven de la historia en conseguir un título mundial de los pesos pesados, que ganó en dos ocasiones. Pero tras la gloria que vivía sobre los más prestigiosos cuadriláteros del mundo siempre se vio ensombrecida por los escándalos.

Su carácter violento y el consumo de drogas formaron un cóctel explosivo que lo hizo ocupar numerosos titulares. En 1992 fue encarcelado por la violación de Desiree Washington, una modelo de 18 años. Le cayó una condena de 10 años: 6 en prisión y 4 de libertad condicional. Logró salir de la cárcel por buena conducta apenas tres años después, en marzo de 1995, año en que regresó al ring. Volvió a ganar el título mundial en 1996, pero lo perdió ante Evander Holyfield pocos meses después.

En 1997, durante un combate contra Holyfield, Tyson mordió la oreja de su contrincante. De inmediato arrancó dos centímetros de cartílago, por lo que se detuvo la pelea y, poco después, tuvo que hacer frente a la suspensión de un año y una multa de cerca de tres millones de dólares.

"Fueron las drogas. Solo pensaba en las drogas. Yo creía que era Dios, me sentía como Dios, pero lo hecho, hecho está. Yo no pensaba en el boxeo cuando lo mordí. No me preocupaba el boxeo. Está mal lo que hice, muy mal. Me volví loco", confesaría años más tarde. También ha declarado que su estancia en prisión lo ayudó a reconducir su vida. La falta de libertad lo acercó a la fe y lo alejó de las drogas.