Le gusta escribir, pero sobre todo contar historias. Y a Carmela Díaz se le da de maravilla. Bajo el seudónimo de Kate Austen escribió para la revista SEMANA la saga Damas de Manhattan, convertida en todo un bestseller, y ahora está dispuesta a repetir el éxito con la trilogía Princesas de Hollywood, cuyo primer título, La noche que contamos girasoles, está ya a la venta.
¿Qué nos vamos a encontrar en estas novelas?
Debo decir que se pueden leer por separado, pero tienen un hilo conductor, el mundo del cine y alrededor de eso se van gestando las distintas historias de amor. La primera habla de las segundas oportunidades; la segunda es un canto a la familia, que nos traslada al Ceilán colonial y la Segunda Guerra Mundial y la tercera es la más femenina y tierna, una historia de mujeres por y para mujeres, que se reúnen alrededor de un libro para hablar. Que a mí me parece la forma más bonita de socializar.
¿Cómo surgió la trilogía?
He hablado con muchísimas lectoras y me he quedado con las cosas que le gustaron de la primera colección: historias de mujeres con edades diversas, amores imposibles o prohibidos, segundas oportunidades, una cuidada ambientación, glamour…
Carmela Díaz está muy ilusionada con el lanzamiento (Foto: Luis Miguel González)
Cuando hablas de edades diversas, ¿a qué te refieres?
Tramas con mujeres de 40 y de 50 años. Sus historias tienen muchísima más profundidad, más matices y más cosas que contar , desde la experiencia, que otras protagonistas de 20 o 25 años. Y las novelas también reflejan la evolución actual de las mujeres hoy en día. Porque con 40 y 50 años están fantásticas, no han estado mejor en su vida, es ahora cuando más plenas se encuentran, cuando saben lo que quiere y lo que no quieren. Tus protagonistas son mujeres fuertes, que se enfrentan a lo que se les ponga por delante, pero siempre con un punto optimista. Me gusta ser realista, y por eso mis personajes muchas veces sufren y lo pasa mal, y asumen retos, que es también una manera de que las lectoras se identifiquen con ellas. Pero también es verdad que me gusta terminar mis novelas con finales que dejen una sonrisa en la cara a las lectoras, buen sabor de boca y que después puedan recordar con cariño.
¿Dónde nace la inspiración a la hora de escribir?
No voy con la libreta a cuestas, pero estoy en permanente observación, del entorno, las personas que pasan, la comida… Y lo que me llama la atención lo guardo en la memoria y luego lo aplico cuando encaja en alguna historia. Pero además de la literatura, haces más cosas. Tengo una agencia de comunicación, colaboro con un montón de medios, hago también consultorías… tengo millones de cosas.
¿Cómo te organizas?
Cuando hago algo estoy absolutamente concentrada, no me despisto, no me evado. Optimizo el tiempo y moneo poco, me organizo, duermo ocho horas diarias... Todo lo que me ha pasado es el resultado de muchísimo trabajo, porque a mí nada me ha llegado regalado.
¿Te gustaría que tus novelas se llevasen a la pantalla?
La ilusión que me quedaría por cumplir es que alguna de las historias pudiese ser adaptada como serie de televisión, miniserie o película. Me encantaría, de verdad.
¿Nerviosa con el lanzamiento de las novelas?
No soy una persona especialmente nerviosa, pero quiero ver cómo las acogen las lectoras., porque una nunca está segura de que lo que escriba vaya a gustar.