El paulatino regreso de Kate Middleton a su agenda de compromiso ya es un hecho. Cada vez es más frecuente ver a la Princesa de Gales en algún acto. Si hace unos días aparecía junto al príncipe Guillermo en una fiesta en el jardín del Palacio de Buckingham en nombre del Rey Carlos III, este jueves se ha desplazado hasta Glasgow. Allí, los príncipes de Gales ha bautizado oficialmente el buque de guerra de la Marina Real HMS Glasgow. Para ello, ha elegido un look de inspiración naval que encaja perfectamente con el acto que iba a presidir. A su llegada, fueron recibidos por oficiales de la marina real a su llegada al astillero y pudimos ver el impecable look de la Princesa. 

Durante esta ceremonia, que ha tenido lugar este jueves, la princesa de Gales ha sido la encargada de bautizar de forma oficial la nao. Y es que ella se convirtió en patrocinadora del buque en 2021. Lo ha hecho de forma tradicional: estrellando una botella de whisky escocés local contra el casco de la embarcación. Pero tranquilos, no ha sido con su propia mano, poniendo en peligro la misma. Kate Middleton se ha encargado de pulsar el botín que activó un brazo que sostenía el whisky de malta y que tras pulsar se estrelló contra la embarcación gris. Hay que señalar que esta la primera de las ocho fragatas antisubmarinas Tipo 26 que se construirían en Glasgow.

Kate Middleton, en su último acto.

Kate Middleton, en su último acto.

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Los príncipes de Gales han viajado hasta Escocia para una ceremonia relacionada con la Marina 

Decenas de empleados de la BAE Systems, sus familias y altos oficiales de la Marina Real no se han perdido esta ceremonia de "bautizo" de la embarcación. Todos ellos rompieron a aplaudir cuando la princesa de Gales rompió la botella de whisky, que se trata de uno de los más exclusivos de la zona, elaborado por la destilería Clydeside. De hecho, dentro del compromiso con esta ceremonia, se va a poner a la venta el whisky que la Princesa de Gales ha estallado contra la embarcación. Lo ganado por cada botella vendida se donará a la organización benéfica elegida por HMS Glasgow, Place2Be, que apoya la salud mental de los niños en el área de Glasgow, y en la que Kate apoya como patrocinadora. "Es maravilloso verla, es fantástica", dijo Kate Middleton al ver el barco por primera vez. Y añadió: "Tengo el placer de bautizar este barco como HMS Glasgow. Que Dios lo bendiga a él y a todos los que navegan en él", ha explicado la princesa de Gales. 

Los príncipes de Gales no se han querido perder tal ceremonia y han permitido a la mismísima Kate Middleton bautizar de esta forma tan original la embarcación. Un momento muy divertido para la Princesa que, tal y como se puede ver en las imágenes, aparece riéndose y con un aspecto muy jovial. Tras el "bautizo" de la embarcación, la pareja real se subió a bordo del barco y se reunió con representantes de BAE Systems y de la Marina Real, con los que charlaron con los aspectos relacionados con el barco.

Los príncipes de Gales, en su último acto juntos.

Los príncipes de Gales, en su último acto juntos.

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El look de Kate Middleton, al detalle

Para la ocasión, la Princesa de Gales ha elegido un estilismo que no podía encajar más con el tipo de compromiso que iba a hacer frente. Al verla llegar al astillero ha sorprendido con un vestido azul marino con una raya blanca en el centro y los bolsillos firmado por Suzannah London. Un diseño que destacaba por ser ajustado, de estilo marinero, mangas largas y una silueta que marcaba la cintura. Este vestido midi con ribetes en contraste tiene un precio de aproximadamente 2.400 euros. Lo ha combinado con el sombrero Philip Treacy OC 915 de su colección SS22 que usó ese año para el desfile Trooping the Colour.

Complementó su impecable estilismo con un par de zapatos de gamuza de Gianvito Rossi, que guarda en su vestidor desde hace un tiempo. Como joyas, eligió los pendientes de diamantes y zafiros de la Princesa Diana y un broche de cardo de plata, que es un guiño a Escocia. Y es que esta pieza fue elaborada especialmente por James Porter & Son, empresa fundada en 1858, con sede en la histórica Argyll Arcade de Glasgow, y que es una de las joyerías más antiguas de Escocia. Simon Porter reveló que les habían pedido que diseñaran un broche basado en el escudo del HMS Glasgow. "Fue un absoluto honor verla llevarlo puesto", dijo. "Sobre un fondo azul marino liso realmente resaltaba", añadió.