Esta mañana, los Príncipes de Gales han aterrizado en la base aérea de la Royal Air Force en Northolt para embarcarse en una visita de Estado a Francia. Un encuentro diplomático de alto nivel que ha reunido a Guillermo y Kate Middleton con el presidente Emmanuel Macron y su esposa, Brigitte. Pero más allá de las imágenes oficiales y los saludos institucionales, ha sido el estilismo de la princesa el que ha acaparado todas las miradas. Kate Middleton ha querido hacer un guiño de altura a la elegancia francesa enfundándose un conjunto firmado por Dior que no es solo moda: es historia viva del diseño.

No es casual que, en este viaje, la princesa haya optado por una reinterpretación contemporánea del célebre New Look de Christian Dior. Fue precisamente en 1947 cuando el modisto francés sacudió los cimientos del buen vestir femenino con su colección “Corolle”, que Harper’s Bazaar rebautizó como New Look. En un París de posguerra marcado por la austeridad, Dior propuso una silueta opulenta y ultrafemenina: cintura ceñida, busto moldeado y faldas con vuelo generoso. Aquella estructura devolvía a las mujeres un aura de sensualidad que era pura arquitectura y  que se alejaba radicalmente de la moda funcional impuesta durante los años 40.

Kate Middleton arrasa con su estilismo de Dior en su última visita de estado a Francia 

Kate Middleton arrasa con su estilismo de Dior en su última visita de estado a Francia 

(Gtres)

Dior y Kate Middleton se dan la mano en su última visita de estado a Francia

Kate Middleton ha sabido rescatar ese lenguaje visual desde la modernidad, la monocromía con la que tanto coquetea (y coqueteaba la Reina Isabel II) y el minimalismo. La que fuera otrora duquesa de Cambridge ha demostrado que tiene un dominio absoluto de lo que llaman la fashion diplomacy (moda diplomática). Su conjunto rosa empolvado, firmado por Dior y diseñado por Maria Grazia Chiuri (anterior directora creativa de la casa de moda antes de que apareciera en escena Jonathan Anderson) para la colección 2024, no solo homenajea el legado de la maison francesa, sino que lo actualizaba con inteligencia y sensibilidad.

La increíble reinterpretación de la chaqueta Bar de Dior en el último look de Kate Middleton en Francia

La increíble reinterpretación de la chaqueta Bar de Dior en el último look de Kate Middleton en Francia

(Gtres)

La chaqueta Bar: una reinterpretación impecable del icono

La pieza central del conjunto es la icónica Bar Jacket, aquí rebautizada como 30 Montaigne Rose Des Vents Bar Jacket. Una prenda que, desde su creación en 1947, ha sido considerada la piedra angular del armario Dior. En esta versión 2024, Chiuri mantenía la estructura original —pinzas marcadas, hombros suavemente estructurados, cintura de avispa y botonadura simple— pero suaviza el dramatismo del corte con una construcción más ligera y una paleta empolvada que roza el tono maquillaje. El resultado es una americana de líneas esculturales pero contenido emocional, sofisticada y rígida, pero parece dibujada en su propio cuerpo.

Kate la lleva con ese poise tan suyo: espalda recta, gesto suave, mirada decidida. La prenda se adapta a su silueta como un guante. Y aunque el volumen de la falda está bastante reducido en comparación con el patrón original de Dior, la esencia sigue ahí: feminidad, proporción sublime y presencia sin estridencias.

Si la chaqueta es estructura, la falda es etérea. Un contrapeso necesario para equilibrar el conjunto y añadirle una capa de ligereza casi poética. Se trata de una falda de tul de largo midi en capas superpuestas, tono sobre tono, con una discreta transparencia que evoca los tutús románticos de Degas sin caer en la literalidad, pues este diseño incluye una capa de rejilla tipo mesh en la capa exterior. El tejido fluye en movimiento, creando una silueta vaporosa que acompaña los pasos de la princesa con mucho arte. 

El largo es justo  y la caída genera esa sensación de volumen controlado que remite, una vez más, a los códigos de Dior.

Los zapatos nude de Kate Middleton en su encuentro con Emmanuel Makron 

Los zapatos nude de Kate Middleton en su encuentro con Emmanuel Makron 

(Gtres)

Los zapatos a tono de la Princesa de Gales en su encuentro con Emmanuel Makron 

En los pies, Kate optó por un salón nude de punta almendrada y tacón medio, en piel de acabado satinado. El tono, casi idéntico al del conjunto, alarga visualmente la pierna y se funde con el estilismo sin desviar la atención. Podría haber apostado por un modelo joya o un contraste cromático, pero su elección refuerza el mensaje: no hay necesidad de subrayar nada cuando el conjunto habla por sí solo.

Kate Middleton rescata las perlas de Isabel II para completar su look de Dior

Kate Middleton rescata las perlas de Isabel II para completar su look de Dior

(Gtres)

Las joyas de Kate Middleton heredadas de la Reina Isabel II: las perlas más versátiles

Sin embargo, toque más simbólico del look lo encontramos en el apartado de las joyas. Kate luce un collar y pendientes de perlas que pertenecieron a la Reina Isabel II, y cuya carga emocional trasciende cualquier análisis estético. Las perlas, ese clásico inamovible del joyero royal, cobran aquí una dimensión de legado y continuidad.

Dispuestas en varias vueltas alrededor del cuello y con pendientes de lágrima a juego, las perlas aportan brillo y luz a su rostro. Lejos de parecer formales o antiguos, en Kate funcionan como ancla de tradición en un estilismo monocromático. Un guiño a la anterior reina y otro a la moda francesa.

La royal completó su estilismo con un sombrero de ala ladeada en rafia trenzada, adornado con un lazo satinado del mismo tono rosa empolvado, en perfecta sincronía con el espíritu de su look de Dior. El tocado no es simplemente decorativo: equilibra la silueta, aporta altura visual y encuadra el rostro con una delicadeza impecable. Su colocación, ligeramente inclinada, aporta dinamismo sin rigidez. Un styling que recuerda a los retratos de las grandes damas parisinas de mediados de siglo, pero reinterpretado con la naturalidad británica que define a la princesa.

Lo que ha hecho Kate Middleton no es solo vestirse para una visita de Estado. Es construir un mensaje visual coherente, simbólico y profundamente elegante. Ha sabido elegir una firma emblemática del diseño francés —Dior— y rescatar una silueta histórica —el New Look— para rendir homenaje al país anfitrión, al legado de la costura y al papel de la mujer como figura pública. Su look es moda, pero también diplomacia, estética y narrativa.