El padre de la reina Isabel II, el rey Jorge VI, fue infiel a su esposa, tal y como se refleja en una carta que su hermano le mandó para ayudarle a encontrarse a solas con su amante mientras él distraía al marido de esta jugando al golf

En la corte británica siempre ha pululado la sombra de la infidelidad y la deslealtad, aunque cuando decimos esto la mente nos lleva irremediablemente a lo sucedido entre el príncipe Carlos y la princesa Diana de Gales, así como los sonados escarceos del duque de Edimburgo que ponían en jaque su matrimonio con la reina Isabel II. Sin embargo, no son ellos los únicos que han sido acusados de traicionar a su pareja, porque en la historia de la realeza en Inglaterra esta acusación lleva décadas presente hasta que ahora se acaba de confirmar una nueva deslealtad matrimonial tras la revelación de una carta privada que ha dejado pocas dudas al respecto. Y el traidor no ha sido otro que el propio rey Jorge VI, padre de la actual soberana, que vivió una apasionada historia de amor a espaldas de su esposa que había logrado quedar oculta de la opinión pública hasta ahora, que se ha abierto una carta que ha supuesto un escándalo familiar y mediático.

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En el ADN de las familias reales del viejo continente parece que la infidelidad queda codificada y es que son pocos los que se han librado de este tipo de polémicas. Ahora, la infidelidad del padre de la reina Isabel II de Inglaterra ha quedado confirmada por culpa de una carta escrita por puño y letra por el hermano del Rey Jorge VI, Eduardo VIII, que escribió una misiva en junio de 1919 y que demostraba no solo ser conocedor de esta historia de amor extramatrimonial, sino también ser su cómplice para que estos encuentros no llegasen a oídos de ajenos, diesen el salto a la prensa y la opinión pública y se generase una polémica en la corte palaciega.

Al parecer, tal y como reflejada en la carta escrita por Eduardo VIII a su hermano, no solo no condenaba que fuese desleal a su esposa, sino que además le ayudaba a que se encontrase con su amante, quien también era una mujer casada y bien posicionada en la sociedad de la época. En la misiva el tío de la reina Isabel II relataba su plan para distraer a Lord Loughborough, marido de Lady Sheila Loughborough, para que su hermano, el Rey Jorge VI, pudiese encontrarse a solas con ella y satisfacer sus pasiones más bajas sin miedo a ser sorprendidos por nadie. “Después del té me las arreglaré para atraer a Loughie -como se referían en la carta a Lord Loughborough- con el pretexto de querer jugar unos cuantos hoyos de golf en el campo local y así darle a Sheilie la oportunidad de estar a solas con Bertie -en referencia al rey Jorge por su nombre antes de acceder al trono, Albert Frederick Arthur George-; dijeron que estaban cansados y los dejamos…”, escribía Eduardo para aliarse con su hermano y así facilitarle los encuentros privados con su amante casada, mientras su esposo se sentía especialmente atendido por la familia real británica por invitarle a jugar al golf.

Rey Jorge VI de Inglaterra
Foto: Gtres

Pero lo que ha llamado la atención de los expertos historiadores que han tenido acceso a la carta en cuestión no solo es que el rey Jorge VI era infiel a su esposa con una señora de reputación intachable en la corte, sino también el estrecho vínculo entre los hermanos por aquel entonces. Aunque la historia ha dejado claro el enfrentamiento entre los hermanos años más tarde, en junio de 1919 en la que está fechada la misiva se ve una gran complicidad entre los hermanos, como así ha expresado Simon Luterbacher, especialista de Forum Auctions, al diario ‘Mail Online’: “Existió la solidaridad entre hermanos cuando intentaron que Jorge se quedara a solas con Lady Loughborough. Fue algo intrigante por su parte y es inusual encontrar una carta que entre en detalles tan personales. Los hermanos, claramente, tenían un fuerte vínculo en ese momento”.

Años más tarde su vínculo estrecho se convirtió en guerra pública. El rey Jorge VI decidió seguir los designios de su corazón y abdicó del trono británico para vivir su vida con amor y sin restricciones. El trono pasó a Eduardo VIII y tuvo que cargar con el peso de la corona en años convulsos, condenando a Jorge por considerarle egoísta, cobarde e irresponsable. La corte le dio la espalda, aunque él vivió feliz con el amor de su vida, sin importarle lo que pensaba su propia familia, sus amigos palaciegos o el pueblo al que juró defender y proteger. Ahora, la carta que confirma que fue desleal y que su hermano le apoyaba en sus fechorías amorosas saldrá a la venta el próximo 10 de febrero por un valor de 3.000 euros. Un pedazo de historia al alcance de cualquier bolsillo que lo desee.