A Chelo García Cortés le han gastado una broma en 'Sálvame' que le ha provocado un ataque de nervios. El programa comenzaba con un cobrador del frac reclamando a la periodista una deuda con el restaurante La Muralla, próximo a la sede de Mediaset. En este local suelen comer muchos trabajadores de la cadena en sus ratos libres. Y, al parecer, en la última visita al bar la colaboradora dejó unos cuantos euros a deber...

"Yo no debo ese dinero"

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Lo que le reclamaba el cobrador del frac a Chelo era una cantidad insignificante: tan solo 2,50 euros. Al principio, la gallega no daba mayor importancia a las peticiones del personaje ataviado de negro, dispuesto a sacarle esta cantidad antes de que terminara el programa. “¡Váyase a su casa y déjeme en paz!”, le pedía. El programa transcurría, pero el cobrador no se separaba de ella. Cada vez que tenía oportunidad le recordaba que se había ido del restaurante sin abonar todo lo que había consumido. "Doña Consuelo, tiene una deuda", "mi cliente quiere cobrar" o "nos veremos en los tribunales" eran algunas de las frases con las que se dirigía a ella.

Chelo explicaba así lo sucedido. "Hace mucho tiempo que voy a comer allí. Fui a comer con Antonio David Flores. Tienen un menú. Nunca me tomo dos platos. Me tomo un escalope y me ponen un poquito de ensalada campera. Y me tomo un vino y un café. Antonio David pidió una cerveza. Le dijeron que la copa no estaba en el menú". O sea, que los 2,50 euros de la discordia correspondían a la cerveza que se había tomado el malagueño.

"Yo no debo ese dinero", recordaba la colaboradora. "Pagué con mi cheque de comida y me marché". Sus argumentos no encajaban con los del cobrador del frac, que seguía pegado a ella como si fuese su mismísima sombra. La insistencia del programa ante esta cuestión acabaron agobiando a Chelo, quien estalló en llanto, harta de la situación.

"Me siento avergonzada"

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"No me merezco el sofocón que me estoy llevando esta tarde. Me siento avergonzada. Me parece un bochorno cundo encima no lo debo", se lamentaba, rota en llanto. Llevo toda la tarde con este tema. ¡Ya está bien, ya no puedo más! No me merezco el bochorno de esta tarde. Os dejo cinco euros, pero no voy a La Muralla. ¿Queríais verme hecha polvo, llorando? ¡Pues ya lo estoy!", se quejaba.

Sus compañeros trataron de tranquilizarla, pero sus nervios iban cada vez a más. "¡Dejadme en paz, que ya no puedo más! Por favor. ¡Ya está bien!", exclamaba, sin poder calmarse. "Llevo desde la una del mediodía con esta historia. No soy un muñeco. ¿Sabes lo que es que todo un programa te estén poniendo como morosa? Me duele que piensen que me voy de un sitio sin pagar. ¿Tú te crees que por dos euros voy a quedar mal con unos señores que están trabajando? Se me está acusando de deber dos euros y medio", insistía.

"En la vida me han puesto un cobrador del frac"

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María Patiño la ha visto tan fuera de control que ha intentado apaciguar el ambiente. "Es una deuda de dos euros medio. Tranquilízate, corazón". le decía. "A mí en mi vida me han puesto un cobrador del frac", se lamentaba Chelo. Incluso Antonio David le enviaba un mensaje para consolarla. Mila Ximénez, que estaba viendo el programa desde casa, le ha mandado un cariñoso mensaje que sí ha sido capaz de aliviar su tensión. "Mila, gracias por el mensaje que me has mandado", contaba mirando a cámara, sin poder reprimir el llanto.

Antes de que el programa llegara al fin de su emisión, Kiko Hernández y el resto de colaboradores se han acercado a La Muralla para abonar la supuesta deuda de Chelo. Porque ésta se negaba a ir al establecimiento. Entonces, Serafín, el dueño, ha negado la existencia de deuda alguna. La diferencia entre el cheque con el que pagó Chelo y el total de la cuenta fue abonado por Antonio David Flores. Quedaba así zanjada la polémica, pero no el sofocón que se había llevado la colaboradora.

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