La mansión que Xabi Alonso y su esposa, Nagore Aranburu, poseen en San Sebastián se ha convertido desde hace más de un año en el centro de una polémica legal. Lo que comenzó como el proyecto de construir la casa familiar de sus sueños junto a sus tres hijos en uno de los enclaves más privilegiados del norte de España, en el monte Igeldo, se ha transformado en una batalla judicial que podría terminar en la demolición de la vivienda. Te contamos todos los detalles.
Una vivienda denunciada por asociaciones vecinales
El problema legal de la vivienda de Xabi Alonso y Nagore Aranburu en el monte Igeldo comenzó en 2018, cuando la pareja adquirió una parcela de más de 10.700 metros cuadrados en el paraje de Txalin, a través de su sociedad inmobiliaria 'Tavaro XXI S.L.', administrada por Nagore Aranburu. Con el respaldo de una licencia de obra otorgada por el Ayuntamiento de San Sebastián, iniciaron el proyecto de construcción de una vivienda unifamiliar con arquitectura moderna y una estética minimalista, cuyo principal objetivo del diseño fue integrarse con el paisaje natural del monte.
Las obras comenzaron a finales de 2020. La vivienda, de aproximadamente1.000 metros cuadrados, incluye sótano, piscina y vistas espectaculares a la bahía de La Concha. El diseño fue supervisado por el arquitecto municipal, que avaló el proyecto, considerando incluso que era más respetuoso con el entorno que el anterior diseño previsto para el terreno, vinculado a una expropiación de un antiguo caserío de Martutene.
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Sin embargo, el levantamiento del nuevo inmueble hizo saltar las alarmas de juntas vecinales y asociaciones ecologistas. En 2022, dos de estas asociaciones, Haritzalde y Ieltxo Kultur Elkartea, interpusieron una demanda al considerar que la construcción se estaba realizando en suelo rural no urbanizable, algo que, según denunciaban, violaba las normativas urbanísticas de protección del paisaje natural. Uno de sus principales argumentos que dieron fue que la nueva casa se ubicaba a ocho kilómetros del caserío original, lo que, a su juicio, constituía un abuso del permiso de reconstrucción.
El conflicto llegó a los tribunales, y en febrero de 2024, el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Donostia dio la razón a las asociaciones denunciantes. La sentencia consideró que la licencia de construcción era "nula y de imposible legalización", al no ajustarse a la tipología rural exigida en la zona. A pesar de los motivos de la defensa, que subrayó que el Ayuntamiento había aprobado el proyecto conforme a derecho, el fallo judicial puso en duda la legalidad de toda la construcción de la vivienda.
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Desde entonces, la mansión permanece en un limbo jurídico. Aunque el Ayuntamiento recurrió la sentencia y el caso sigue abierto, la vivienda no cuenta con garantías legales firmes. Además, a este problema se suma la caducidad de la autorización para el acceso por una vía pública junto a un depósito de agua municipal. El permiso expiró el 25 de marzo de 2025, y desde entonces, la mansión carece de un acceso legal a la red viaria, lo que complica aún más su situación administrativa, aparte de la legal.
La posible demolición de la vivienda
La posibilidad de que la vivienda sea demolida está sobre la mesa. Se estima que el coste del derribo podría alcanzar los dos millones de euros. Para el Ayuntamiento, que otorgó la licencia original, esta situación representa un problema político y técnico añadido. Si el fallo judicial se mantiene, podría abrirse un precedente para otros casos similares, donde licencias municipales hayan sido otorgadas en zonas protegidas sin un análisis previo más riguroso.
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Para Xabi Alonso y Nagore Aranburu, el proceso de construcción de esta vivienda ha sido más que frustrante. Ambos sostienen que actuaron en todo momento conforme a la ley, y que fue el propio Ayuntamiento quien avaló el proyecto desde el principio. En ningún momento, afirman, intentaron saltarse la normativa ni operar al margen de los procedimientos legales. Sin embargo, se ven ahora atrapados en un limbo jurídico que escapa de su control. Mientras se resuelve el futuro de su vivienda en San Sebastián, la pareja ha trasladado su residencia principal a Madrid. En un momento clave de su carrera, Xabi Alonso ha sido confirmado como nuevo entrenador del Real Madrid, un puesto que ocupará a partir del 1 de junio de 2025. Su mudanza a la capital responde no solo a razones profesionales, sino también a la necesidad de encontrar estabilidad familiar tras años de inestabilidad legal en el País Vasco.
La mansión de Igeldo, que debía convertirse en el hogar definitivo de la familia, es hoy una de las mayores polémicas legales en las que se encuentra el entrenador de fútbol. La historia, aún sin final, se encuentra a la espera de que se resuelva el último fallo con la apelación del Ayuntamiento, un proceso que podría durar unos meses. La resolución final dependerá ahora de los tribunales y de cómo interpreten las normas que regulan la construcción en suelo no urbanizable.