El rey Juan Carlos afronta una semana clave. El próximo 16 de mayo se celebrará el acto de conciliación con Miguel Ángel Revilla por difamarle en su derecho al honor. Este movimiento del padre de Felipe VI ha sorprendido a muchos, también ha sido muy cuestionado. Analizamos junto a Ana Jiménez, experta en marca personal de alto nivel, cómo puede afectar este asunto a la imagen del emérito.

Fue el pasado 1 de abril cuando conocimos que don Juan Carlos emprendía acciones legales contra el ex presidente de Cantabria por vertir "expresiones injuriosas y difamantes que lesionan su derecho al honor". La experta incide en que este asunto "lejos de zanjar polémicas, agita aún más las aguas ya turbulentas que rodean la figura del monarca".

El Rey Juan Carlos, en las regatas de Sanxenxo.

El Rey Juan Carlos, en las regatas de Sanxenxo.

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Ana Jiménez explica que para comprender el calado del enfrentamiento, debemos analizar la marca personal de un hombre que, en su día, "fue símbolo de la transición y hoy se enfrenta a una persistente sombra de escándalos". Recuerda que el legado histórico del emérito -aquel que lo encumbró como artífice de la democracia- "se ha visto progresivamente empañado por investigaciones financieras y un estilo de vida que no siempre ha conectado con la sensibilidad de la ciudadanía".

El pulso entre el rey Juan Carlos y Miguel Ángel Revilla: "Un nuevo capítulo en esta compleja narrativa"

La experta subraya que cualquier ciudadano tiene derecho a defender su honor, pero que cuando el demandante es una figura de la trascendencia del rey emérito, "el eco mediático y la interpretación pública adquieren una dimensión mucho mayor". Añade que para muchos, "esta acción puede leerse como un intento de reafirmar una autoridad que se siente cuestionada". En definitiva, "un golpe sobre la mesa para silenciar voces críticas".

No olvida Ana Jiménez que en un momento en el que la transparencia y la rendición de cuentas son valores al alza, "esta estrategia podría generar el efecto contrario, alimentando la percepción de una desconexión con la realidad y una dificultad para aceptar el escrutinio público". Además, insiste en que la credibilidad es un pilar fundamental de cualquier marca personal y la del "rey Juan Carlos ha sufrido un desgaste considerable en los últimos años". 

Juan Carlos I en su última reaparición

Juan Carlos I en su última reaparición. GTRES

Por tanto, la experta en marca personal se pregunta si este es el camino para recuperar la imagen perdida. "Algunos argumentarán que es un acto de defensa necesario. Otros, sin embargo, verán en él una reacción que podría interpretarse como una falta de autocrítica y una dificultad para asumir las consecuencias de sus actos pasados".

Si vamos a términos de estrategia de marca personal, Ana Jiménez insiste en que cada acción tiene un coste y un beneficio. "En este caso, el beneficio potencial de una victoria judicial podría ser la reivindicación de su honor. Sin embargo, el coste reputacional de enzarzarse en un litigio público con un político popular como Revilla podría ser mucho más elevado".

Un enfrentamiento que reaviva debates incómodos para el rey Juan Carlos

El padre de Felipe VI se encuentra, de nuevo, en una primera línea informativa cuando las aguas estaban calmadas. La experta recuerda que todo esto se produce mientras su entorno preferiría mantenerle en un segundo plano.

El Rey Juan Carlos saludando

El Rey Juan Carlos saludando.

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El enfrentamiento vuelve a salpicar a la institución monárquica, que busca una nueva imagen de modernidad bajo el reinado de Felipe VI. "La marca personal del rey emérito se encuentra en un momento muy delicado. La denuncia a Revilla, lejos de mejorar su imagen, corre el riesgo de exacerbar las percepciones negativas ya existentes", advierte la profesional.

Ana Jiménez señala que su estrategia de comunicación parece centrarse en la defensa legal, pero recalca que esto "no siempre se traduce en una mejora de la reputación pública". Explica que para reconstruir su marca (si es que ese es su objetivo), se necesitaría un enfoque mucho más centrado en la transparencia, el reconocimiento de errores pasados y una actitud más abierta a la crítica. "Este episodio añade una nueva capa de complejidad a una imagen ya muy deteriorada".

Los puntos débiles del rey Juan Carlos en este momento

La experta completa su valoración con un análisis exhaustivo de marca en el que indica los puntos débiles del emérito. El primero se centra en una credibilidad muy dañada tras los escándalos financieros y personales a los que se ha enfrentado en los últimos años. "La denuncia a Revilla se suma a esta lista, generando dudas sobre su transparencia y su capacidad para aceptar críticas", apostilla. 

Don Juan Carlos en el Bribón

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Una segunda debilidad estaría en la percepción de impunidad. "Para muchos, la decisión de denunciar a un personaje público por sus opiniones puede interpretarse como un intento de ejercer poder e influencia, reforzando la percepción de que se siente por encima de la crítica", asegura. 

Otro punto destacado es la desconexión con la sensibilidad actual. "En una sociedad cada vez más exigente, con la rendición de cuentas y la ejemplaridad, este tipo de acciones pueden verse como una falta de sintonía con los valores contemporáneos". Ana Jiménez no elude que esto tiene un importante impacto sobre la corona. "Las polémicas en torno a su persona pueden generar un ruido que afecta a la imagen de la institución en general", asevera.

Por último, la experta en marca personal advierte sobre un importante detalle. "El rey emérito ha perdido el control sobre la narrativa de su propia historia".  Ana Jiménez apunta a que cada movimiento del emérito es interpretado a través del prisma de los escándalos pasados y esto dificulta la construcción de una imagen positiva.