Esty Quesada, conocida más por su nombre como youtuber, ‘Soy una pringada’, ha confesado uno de los capítulos más oscuros de su vida, marcados por los abusos sexuales. Una agresión llevada a cabo por su propia abuela durante más de 10 años cuando era tan solo una niña y que le ha condicionado en su vida, a pesar de que ha tratado de dar la espalda a lo sucedido y autoconvencerse de que nada sucedió. La joven influencer ha reconocido en una entrevista concedida al diario ‘El Mundo’ que no se atrevió a dar la voz de alarma por miedo a que en su familia nadie la creyese, lo que acrecentaba aún más el sufrimiento con el que ha crecido.

Soy una Pringada Esperanza Aguirre

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“Fue de pequeña durante más de 10 años. Yo no me acordaba de esto, porque tenía recuerdos bloqueados. Cuando te hacen eso de niña no se lo puedes contar a tu familia porque piensas que no te van a creer y que te vas a quedar sin apoyo. Por supervivencia tu propio cerebro te lo oculta”, desvela Esty Quesada, que además ha narrado cómo ha logrado desbloquear estos episodios tan traumáticos en su memoria.‘Soy una pringada’ lleva unos años confiando en psicólogos y en la terapia para encontrar equilibrio emocional y apoyo mental, tan necesario en los tiempos que corren. Así fue como ha ido mejorando en su estado interno y todo ha ido saliendo “poco a poco”, lo que incluso la sorprendió a ella misma en un principio: “No entiendes nada. A mí me salió en terapia porque tenía unos sueños muy raros. Me venían flashbacks de cosas y yo pensaba: ‘Pero, ¿esto qué es? Me estoy volviendo loca. Tengo esquizofrenia’. Y es que los recuerdos bloqueados durante 23 años habían salido a la luz. Y es muy duro porque tienes que volver a bajar a los infiernos, pero la verdad te hará libre”, ha detallado con valentía.

Una valentía de la que siempre ha hecho bandera a pesar de que se escude en un personaje. Es más, la valentía la empujó a convertirse en youtuber como alternativa directa al suicidio y es que grabar vídeos para internet directamente le salvaron la vida. Así lo cuenta ella: “Me quería suicidar y pensé ‘¿qué puedo hacer para quitarme la idea suicida de la cabeza durante 20 minutos al día?’. Yo consumía mucho YouTube y empecé a grabar vídeos hasta ahora. No pretendía nada”, aunque su peculiar forma de hablar con su público, de maquillarse y de crear polémica le han ayudado a encumbrarse como una de las youtuber más reconocidas de nuestro país.