El proceso de divorcio de Phil Collins se complica por momentos. Una ruptura matrimonial nunca es sencilla, más si hay en juego un ingente patrimonio inmobiliario, unas cuentas corrientes bien saneadas y la custodia de su descendencia. La mujer del afamado cantante de rock británico, Orianne Cevey, decidió abandonar a su marido, anunciando su deseo de divorciarse a través de un frío mensaje de texto. Fue en julio del pasado año 2020 y tan solo un mes más tarde ella contraía matrimonio de nuevo con el guitarrista Thomas Bates, por lo que muchos ya asumieron que mantenía supuestamente una doble vida a espaldas de su esposo. Pero el asunto ha llegado a un punto tan escabroso que incluso Phil Collins se ve en la obligación de tener que explicarle a un juez su rutina de higiene diaria, después de que su esposo le haya acusado de negarse a ducharse durante todo el año 2019, así como su reticencia a lavarse los dientes por las noches antes de entrar a la cama conyugal.

Este proceso judicial lo inició el propio Phil Collins, cuando su mujer, tras su ruptura y tras contraer matrimonio con otro artista tan solo un mes después, ocupó una de sus viviendas de Florida. La esposa decidió instalarse con su nuevo marido en una de las mansiones de su exmarido, concretamente aquella que tiene un valor de mercado de 40 millones de euros. Una ‘okupación’ ilegal que, según ella, no es tal, porque asegura que el cantante le prometió que la mitad de esa casa iba a ser suya en 2015, aunque esta promesa nunca haya sido plasmada en ningún documento. Ella mantiene que decoró junto a su exmarido esa vivienda y que también se hizo cargo de parte de las costas de la remodelación. Ante este conflicto por quién se queda con la mansión, Orianne Cevey juró acabar con la imagen pública de su marido y parece que sus planes pasan por poner el foco en la presunta falta de higiene que hacía la convivencia insoportable y que finalmente culminó en ruptura matrimonial.

Phil Collins y Orianne Cevey
Foto: Gtres

Orianne Cevey asegura que Phil Collins se volvió un ermitaño en los últimos meses de convivencia: “El hedor de Phillips se volvió tan penetrante y se convirtió en un ermitaño, negándose a interactuar personalmente con cualquier persona”, asegura. Quizá lo más grave de esta situación que narra la esposa del cantante de rock es su reticencia a mantener una vida aparentemente higiénica, subrayando que él no quería ducharse a lo largo del 2019, así como a lavarse los dientes, lo que se convirtió en una situación presumiblemente desagradable. Una temporada dura para él, que incluso habría estado abusando del consumo de analgésicos, siempre en la versión de su propia exmujer.

Estos asuntos de higiene personal deberán ser tratados delante del juez y es que están en pleno proceso de dilucidar qué parte de la mansión que Orianne Cevey ha ocupado le pertenece o si, como dice Phil Collins, está allí alojada como ‘okupa’. Él ha optado por no hacer declaraciones públicas sobre las duras y desagradables acusaciones de su mujer, aunque desde su equipo de abogados ya se han pronunciado. Califican las palabras como “escabrosas, poco éticas y, en su mayor parte, patentemente falsos o groseramente exagerados”. Pero, quizá lo más importante, Los abogados consideran que todo esto es “totalmente irrelevantes” en la guerra legal que tienen abierta por la propiedad de la mansión de Florida de 40 millones de euros por la que se sientan ante un juez.