O.J. Simpson, exjugador de fútbol americano, deporte en el que fue una gran estrella en los años noventa, ha fallecido este jueves 11 de abril a los 76 años en Las Vegas después de una larga batalla contra el cáncer. A pesar de que saltó a la fama en Estados Unidos por su carrera deportiva y tras una lesión por su faceta como actor de Hollywood, su nombre sonó por todas las partes del mundo tras el asesinato de su mujer, Nicole Brown, y de un amigo de ella, Ronald Goldman. Ambos fueron degollados y acuchillados de forma salvaje frente a la casa de la mujer en Los Ángeles, siendo Simpson el acusado de estos hechos. 

Un asesinato que hizo que la vida de O.J Simpson, de multimillonario y aclamado por las masas por su éxito deportivo y posteriormente como estrella de Hollywood, se viera truncada de manera definitiva. A pesar de que fue un ídolo de masas, pronto su nombre emanaba aversión y repugnancia. Cuando la investigación comenzó, todas las pistas iban a parar al mismo lugar: a O.J Simpson. En un primer intento pretendió huir de los agentes de seguridad. 

Precisamente, esa persecución se convirtió en la más mediática de los años noventa (e incluso nos atrevemos a decir que en toda la historia). Más de veinte coches policiales y varios helicópteros emprendieron su persecución captando imágenes de lo más impactante. Una secuencia que vieron cerca de 100 millones de estadounidenses en directo. 

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O.J Simpson, en una foto de archivo

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El juicio de O.J Simpson se emitió como si se tratase de un 'reality show'

El mundo del periodismo en directo y la televisión cambió con su nombre. Tras su detención y posterior encarcelamiento, llegó el momento del juicio. Como si se tratara de un reality show, el juicio, que duró 134 días, fue emitido a diario a través de las pequeñas pantallas. Todo el mundo estaba expectante a la decisión del juez del Tribunal Superior de Los Ángeles. Sin embargo, cerca de 100 millones de personas a nivel mundial estaban pendientes del veredicto final y quedaron impactados cuando este dictaminó que O.J. Simpson era "no culpable" de ambos asesinatos y quedaba en libertad.

Era tal el revuelo causado a consecuencia del caso contra Simpson que el presidente estadounidense de por aquel entonces, Bill Clinton, fue informado sobre medidas de seguridad por si se generaban disturbios a nivel nacional como consecuencia del veredicto del juez, siendo conscientes de que su libertad en prisión iba a levantar muchas ampollas y la gente se echaría a las calles.

El veredicto final y su puesta en libertad

Aquel 3 de octubre de 1995 se acababa para siempre su pesadilla, aunque su nombre siempre quedaría ligado al asesinato de la que fuera su mujer. Al que fuera uno de los jugadores de fútbol más aclamados de los noventa en Estados Unidos, no le costó nada barato conseguir que el juez dictaminase a su favor, pues se dijo que la defensa le costó entre 3  y 6 millones de euros. Pero, ¿qué precio tiene la libertad?

¿Cómo logro la libertad O.J. Simpson? Según las informaciones, el equipo defensor de Simpson, al que los reporteros apodaron como el 'Dream Team', argumentó que el detective del Departamento de Policía de Los Ángeles había colocado la evidencia contra el acusado en la escena del crimen. El argumento de la defensa colocaba a unos posibles sicarios como los artífices de la muerte de la mujer de Simpson y su amigo, quienes eran consumidores de cocaína.  

O.J. Simpson, en una foto de archivo

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Perdió un juicio civil y tuvo que pagar más de 30 millones de euros

A pesar de que consiguió la libertad, fueron algunos jurados los que a posteriori aseguraron que creían que probablemente Simpson sí que era el autor de los crímenes, pero que la Fiscalía no había sido capaz de probar el caso más allá de una duda razonable que los abogados de O.J Simpson supieron defender con uñas y dientes, logrando alzarse con la libertad. 

El caso no quedó ahí. Los familiares de los fallecidos emprendieron un juicio civil por el que el exfutbolista fue condenado por un jurado popular a pagar 33.5 millones de dólares en concepto de compensación y daños. La imagen de O.J. Simpson quedó resquebrajada y ya no quedaba nada de la fama que había conseguido gracias a mancharse los pantalones en el campo de juego.

Terminó en prisión, acusado de un grave secuestro

Su vida siguió por un camino fácil y se enfrentó a varios delitos menores a posteriori. Tras varios años en las sombras, fue acusado de secuestro, robo a mano armada y coacción en Las Vegas, por lo que fue condenado a 33 años de cárcel en 2008, y salió en libertad condicional en 2017. Los últimos meses de vida ha estado luchando contra un cáncer terminal que este 11 de abril ha terminado con su vida.