Hugh Hefner era conocido por ser el cabecilla de Playboy. Editor, empresario y redactor jefe, a lo largo de su vida se convirtió en un icono carismático y defensor de la liberación y revolución sexual. Tras haber fundado la revista en los años 50 y haber abierto numerosos clubs en los años 60, Hefner se convirtió en un magnate que veía cómo su negocio no paraba de expandirse.

Aunque Hefner era un gran defensor de las libertades individuales y un activista de los derechos humanos, en sus fiestas se sucedían hechos que nada tienen que ver con el bien de la sociedad. Y, aunque el empresario aparentemente no tuviera anda que ver, sí que estaba estrechamente vinculado con estos problemas.

Muchas chicas llegaban a la Mansión Playboy en busca de una carrera como modelos, además de que querían conseguir fama y dinero. Sin embargo, algunas de ellas no pasaban el filtro de Hefner, por lo que eran descartadas y enviadas a unas mini mansiones que habían fundado amigos íntimos del magnate. En estas residencias, las chicas sufrían engaños, chantajes y amenazas, según asegura Jennifer Saginor, la hija del médico personal de Hugh Hefner.

Hefner, por su parte, casi nunca acudió a las fiestas que se organizaban en estas mansiones, pues sabía que algo turbio se cocía allí. Saginor, a través de una entrevista con Daily Mail, asegura que las jóvenes modelos eran obligadas a prostituirse después de recibir amenazas y chantajes y después de drogarlas. Los clientes de las chicas, que solían ser hombres muy importantes del mundo del entretenimiento, la política y los deportes, recompensaban a los proxenetas con dinero y favores.

Estas mini mansiones, para atraer a más chicas, se describían como "agencias de modelos". De este modo, la mayoría de las chicas no sabían que iban a ser prostituidas en cuanto cruzaran las puertas de aquellas casas.

Nuevos detalles sobre lo que ocurría en las mini mansiones Playboy: drogas, amenazas y abusos sexuales
Crystal Harris y Hugh Hefner / Gtres

Para retener a las chicas en las casas, los proxenetas las incitaban a inyectarse drogas fuertes. Pero había algunas que se negaban. A estas las drogaban ellos mismos sin su consentimiento, con las drogas que se usan para violar a las mujeres, que las dejan fuera de sí mismas, sumisas y sin defensa propia alguna. Así, acababan acostándose con varios hombres en una misma fiesta.

Las amenazas eran constantes: las chicas no podían abandonar la casa en ningún momento. A las que querían salir de allí pero querían seguir trabajando como modelos, se las incluía en una "lista negra" que les impediría alcanzar sus objetivos. Por otro lado, a las que querían salir de la casa y también renunciaban a sus sueños de ser modelos, se las chantajeaba con que se le informaría a sus familias de que habían trabajado como prostitutas. Algo que, si no está bien visto a día de hoy, mucho menos lo estaba en aquellos años.

La mayoría de las víctimas de estos abusos eran chicas que llegaban con poco dinero a Beverly Hills, ciudad en la que estaban localizadas la mayoría de estas mini mansiones, y querían hacer lo que fuera por ganarse la vida con lo que realmente querían: ser modelos. Quienes lograron salir de allí y se han atrevido a hablar aseguran que había habitaciones llamadas 'Suites Presidenciales', donde todo se mantenía en muchísimo más secreto y donde, además, han llegado a ver a algunos ex presidentes de los Estados Unidos.

Destapando las noches de la Mansión Playboy

El canal A&E ha estrenado un documental llamado Secrets of Playboy, donde algunos miembros del círculo de Hugh Hefner han revelado detalles de lo que ocurría entre las paredes de aquella mansión. Y es así como, poco a poco, se está manchando el nombre del magnate.

Nuevos detalles sobre lo que ocurría en las mini mansiones Playboy: drogas, amenazas y abusos sexuales
Mansión Playboy / Gtres

Medio siglo más tarde de los acontecimientos, ha salido a la luz que Hefner tenía un arsenal de cintas sexuales escondidas, que grabó en su Mansión Playboy sin el permiso de sus parejas. Sondra Theodore, que fue novia del empresario, era una de las pocas personas que sabía lo de las grabaciones. La modelo recuerda que cuando invitaban a más chicas a la habitación, escondían la cámara y nunca le daban al botón de detener la grabación. Esto suponía una violación de la intimidad de las chicas en toda regla.

También tenía grabaciones de sus amigos manteniendo relaciones sexuales con sus chicas, cuando los invitaba a lo que él llamaba "noche de cerdos".