¡Holaaaaa! Ya estamos de vuelta. Esta semana tenemos a la reina viajando 'del tingo al tango'. Ahora le ha tocado desplazarse hasta Ginebra, en Suiza, en una visita de trabajo a la sede de la 'Union For International Cancer Control (UICC)'. Un viaje de trabajo que no ha destacado por un llamativo estilismo, tampoco la ocasión lo requería, pero... tengo ganas de un poco de color, de nuevos cortes y diseños.
Al tema. Ha rescatado un vestido gris perla con lazada con detalle en malva en la cintura de Carolina Herrera. Lo estrenó durante también una visita de Estado a Portugal en noviembre de 2016 con un abrigo oversize a juego, que era de lana. Normal que lo dejara en casa. Solo nos hubiera faltado eso. Al ser un vestido sin mangas, sigue presumiendo de brazos musculados.
El conjunto en sí no me disgusta, pero bueno... es un fondo de armario que tampoco nos dice mucho. Si es que Letizia, tal y como dije en el post anterior, es totalmente de extremos. Eso sí, parece que no ha hecho el cambio de armario todavía, porque en el acto del lunes sorprendió con el cuero y ahora con la lana. ¡Madre!
Siguiendo con el look. Lo ha vuelto a llevar con los salones de print animal de Magrit, que también se han convertido en un fondo de armario para Letizia. De joyas, repitió los pendientes que lució en su último acto, los pendientes de Doble Daga de Gold & Roses. Todo repetido, sin nada que estrenar, por lo que es un estilismo que ahora mismo me da un poco de pereza.
En cuanto a su pelo, ¿qué le pasa? Últimamente lo tiene sin brillo, apagado, encrespado... Tal y como decías algunos en los comentarios, le falta pasar por peluquería y cortar esas puntas. A su favor diré que hoy también había humedad en Suiza... No todo va a ser malo.
¿Vosotros qué pensáis?