Lejos de los fogones y cara a cara con Risto Mejide, ayer pudimos conocer la cara más humana del jurado más estricto de Master Chef. El cocinero, que recientemente acaba de ser premiado con su tercera Estrella Michelín, reconocía ser consciente de su dureza a la que no dudaba de catalogar de dolencia: “tengo la misma enfermedad que mi padre: no sentir a veces. Él no tenía la habilidad de ser cariñoso, no sabía expresar el querer”.

Ahí, como buen sabueso, Mejide supo ver un hilo del que tirar, arrancando así la confesión más íntima de Cruz, que contó como sólo le dijo te quiero a su padre cuando estaba en su lecho de muerte y de qué manera lucha contra esa manera de ser que parece haber heredado”.

Sin querer profundizar en exceso en su vida personal, Jordi fue escueto hablando de su pareja, Cristina Jiménez. Tras haber sido señalado como la causa de la separación temporal de Eva González y Cayetano Rivera, el tiempo ha demostrado que no eran más que rumores sin fundamento. El catalán comparte vida, trabajo y hogar con su pareja, con la que el feeling surgió después de que esta le mandase un mensaje que decía: “sonríe”.

Jordi no quiso dejar de defenderse del revuelo que se formó el pasado mayo cuando supuestamente aseguró que él no pagaba a sus becarios porque para los jóvenes era un privilegio trabajar en su restaurante. “Esa entrevista fue mentira, el medio esperó dos semanas para publicarlo y lo hizo justo el día del trabajador. Todo fue a más cuando políticos lo sacaron en Twitter… No se les paga porque es un contrato en prácticas, aunque yo nunca les llamo becarios, son chicos en prácticas”.

Por si no había quedado claro, el chef quiso zanjar el asunto contundentemente: “A los chicos se les cubren todas las dietas, me criticaron por comprar un palacete mientras no pagaba a los becarios pero ¿sabes quién vive allí? Mis becarios”.

El jurado más estricto de Master Chef

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Lejos de los fogones y cara a cara con Risto Mejide, ayer pudimos conocer la cara más humana del jurado más estricto de Master Chef

Considera que tiene un problema

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El cocinero, que recientemente acaba de ser premiado con su tercera Estrella Michelín, reconocía ser consciente de su dureza a la que no dudaba de catalogar de dolencia: “tengo la misma enfermedad que mi padre: no sentir a veces. Él no tenía la habilidad de ser cariñoso, no sabía expresar el querer”. 

Una relación familiar complicada

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Ahí, como buen sabueso, Mejide supo ver un hilo del que tirar, arrancando así la confesión más íntima de Cruz, que contó como sólo le dijo te quiero a su padre cuando estaba en su lecho de muerte y de qué manera lucha contra esa manera de ser que parece haber heredado”.

Eva y Jordi son muy buenos amigos

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Sin querer profundizar en exceso en su vida personal, Jordi fue escueto hablando de su pareja, Cristina Jiménez. Tras haber sido señalado como la causa de la separación temporal de Eva González y Cayetano Rivera, el tiempo ha demostrado que no eran más que rumores sin fundamento. 

Una vida en común con Cristina Jiménez

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El catalán comparte vida, trabajo y hogar con su pareja, con la que el feeling surgió después de que esta le mandase un mensaje que decía: “sonríe”. 

Habló de la polémica de los becarios

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Jordi no quiso dejar de defenderse del revuelo que se formó el pasado mayo cuando supuestamente aseguró que él no pagaba a sus becarios porque para los jóvenes era un privilegio trabajar en su restaurante. “Esa entrevista fue mentira, el medio esperó dos semanas para publicarlo y lo hizo justo el día del trabajador. Todo fue a más cuando políticos lo sacaron en Twitter… No se les paga porque es un contrato en prácticas, aunque yo nunca les llamo becarios, son chicos en prácticas”. Por si no había quedado claro, el chef quiso zanjar el asunto contundentemente: “A los chicos se les cubren todas las dietas, me criticaron por comprar un palacete mientras no pagaba a los becarios pero ¿sabes quién vive allí? Mis becarios”.