Este lunes, Kiko Rivera ha recibido una visita muy especial en su domicilio. Su hermana Chabelita Pantoja ha ido a verlo. Y no lo ha hecho sola. Ha acudido a la casa que comparte con Irene Rosales y sus hijos en Castilleja de la Cuesta, en Sevilla, con su novio, Asraf Beno, y su hijo Albertito. Lo de esta tarde ha sido un reencuentro fraternal de magnitudes casi históricas, ya que se produce en plena batalla campal entre el DJ y su madre. Además, la cita no se ha producido de manera íntima o privada. Nada más lejos de la realidad. Tanto Kiko, como Irene Rosales y sus dos niñas, como su hermana, su novio y su pequeño se han dejado ver por las calles del municipio sevillano, donde han sido fotografiados en actitud cercana y amistosa. El músico, acompañado por el modelo de origen ceutí, lanza así un claro mensaje al mundo, incluida Isabel Pantoja: está unido a su hermana, a la que quiere con locura.


Por suerte todo ha cambiado, y mucho, entre Chabelita y Kiko. Han logrado superar sus diferencias del pasado y ahora reina la paz y la armonía en su relación. Siempre fueron hermanos muy queridos, y como tal vuelven a comportarse. En este renovado estrecho vínculo familiar solo faltaría que la cantante o su primogénito diesen su brazo a torcer para enterrar definitivamente el hacha de guerra y disfrutar de la tranquilidad en el clan que, muy probablemente, ambos deseen.