Mientras el mundo entero está paralizado por culpa del coronavirus, las conversaciones que copan la atención de todos se centran en las medidas de contención del virus, el número de contagiados en la pandemia, los muertos, la gestión del Gobierno, cómo afecta esto a nuestro día a día y en nuestro futuro, la crisis que está por venir… Sin embargo no todos quieren hablar sobre el coronavirus en tiempos de crisis, sino hay quien no quita el ojo a aquello que más le gusta en la vida y que más alegrías le ha dado. Nos referimos a Steisy, extronista de ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’, y el sexo. Un tema recurrente para la murciana, que ha decidido ahora confesar en su canal privado de MtMad cuáles son las locuras que ha hecho respecto al sexo y las anécdotas más disparatadas cuando estaba inmersa en sus juegos de alcoba.

A sus 29 años, Steisy ha querido poner sobre el tapete la divertida cuestión de qué es lo más loco que ha hecho en lo que a sexo se refiere. Algo que no tiene compartir con su novio, Pablo, quien está a su lado mientras ella enumera sus momentos más tórridos, sino que también hace partícipe a sus seguidores de esos días en los que la pasión se apoderó de ella y nada más en el mundo existía. Ya contó en anteriores ocasiones qué prácticas la vuelven loca en la cama, pero ahora ha querido centrarse en lo más oscuro que ha vivido mientras se encontraba en faena, ya sea con hombres o con mujeres, y es que Steisy ya ha confesado en alguna ocasión que, aunque le gustan los hombres y siempre ha tenido novios, no le cierra las puertas a una mujer cuando de divertirse se refiere.

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Steisy y su novio Pablo están confinados durante la cuarentena en el conocido ya como “el hotel del sexo”, después de que Chabelita y Omar Montes fuesen pillados en sus instalaciones tras pasar una noche de pasión. Aquí tratan de plantarle cara al coronavirus, mientras aprovechan como pueden las horas muertas para conocerse aún más, aunque sea tan solo repasando los capítulos más picantes de sus anteriores relaciones sexuales. Steisy se anima y confiesa el día que “un chico me pidió que le meara. Estuve intentándolo media hora, pero cuando lo conseguí, el tío gemía. Meé lo más grande. A mí, ya ves…”, decía la colaboradora de realities con su habitual desparpajo y sin tabúes a la hora de tratar cuestiones que a otros les escandalizarían con tan solo oírlo.

Steisy no se queda solo en la anécdota del chico al que le gustaba la conocida como lluvia dorada, sino que también ha confesado el sitio más raro en el que ha practicado sexo en su vida. Para ella, el lugar más descabellado en el que ha practicado sexo ha sido en “una cabina de rayos UVA, de pie. 10 minutos. Y también lo hice en una rotonda: abrimos las puertas del coche, pusimos unas toallas y allí dale que te pego. También lo hice en un hospital, con un novio mío que estaba ingresado”, comienza a detallar la larga lista de espacios que han sido mancillados por ella y sus parejas en sus años de locura.

Otras locuras sexuales con su novio actual

Pablo, el novio de Steisy, no quiso quedarse atrás en las confesiones sexuales de su novia y quiso dejar claro que con él también se ha saltado alguna que otra regla de civismo, al practicar sexo en espacios públicos. “Tú y yo lo hemos hecho en la calle. A ti, que te gustan los sitios abiertos. Me llevaste detrás de una urbanización, donde mean los perros”, comienza a desvelar Pablo, que confiesa que tanto a él como a su chica “nos gusta el jueguecito de hacer cochinadas delante de la gente sin que se den cuenta, como en el mercadillo de ropa que hiciste”, a lo que Steisy retoma la conversación: “Ah, sí, se sacaba el pito a escondidas, el guarro…”. Pero no se queda ahí, porque también recuerda el día que ella estaba “recién operada, que casi no te podías ni mover con los drenajes”.

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Hay pocas cosas que Steisy no haya probado ya y es que tiene una gran fuente de inspiración en el cine para adultos, del que se confiesa una fan. Asegura haber visto películas porno de todos los gustos y para los públicos más especiales, de las que ha ido sacando ideas para después llevar a cabo cuando encuentra a la persona y el lugar adecuado para ello. Y, si hay cosas que aún no ha tenido el placer de probar, ya están sus amigos para contárselo, como el día que “un amigo, estando con una chica, a ella le gustaba que la ahogaran. Ella le pedía más fuerte, más fuerte, más fuerte y la tía de repente se cayó redonda. Él se quedó blanco, porque imagínate la situación con los dos bebidos y drogados. Y después de una pila de guantazos, la tía se despertó riendo y pidiéndole que se lo hiciera aún más fuerte. Él le dijo que ni de coña, claro”. Qué bien se lo pasa Steisy y sus amigos o quizá sea la única que lo cuente…