Cristina Rodríguez, nos habla de su boda: "He tenido que posponerla tres veces"

Mira, he pasado toda la cuarentena sola. Cuando ahora se ha relajado, mi novio ha venido una semana, porque él tiene hijos y tiene la custodia compartida. La he pasado sola, porque como anteriormente tuve contacto con mucha gente, he tenido miedo de tener coronavirus. Tenía miedo y no quería pegárselo a los hijos de mi novio. Me dio muchísimo miedo eso. Ahora hemos empezado a juntarnos, pero me lo he pasado bien, eh.

Yo a mi novio lo amo muchísimo, pero a mí me encanta estar sola (se ríe). Yo manejo bien la soledad, estoy bien sola, estoy fenomenal.

Me iba a casar al 13 de Junio, luego lo pasé al 18 de julio y ahora finalmente lo he trasladado al 17 de julio de 2021. Ya llevo tres cambios de fecha de boda. Mi novio me ha dicho que por favor le confirme el día, no se vaya a presentar en la fecha que no es. Ya no sé ni cuando me caso. A mí todo me ha costado, pero todo lo he conseguido, ¿pero hasta la boda me ha tenido que costar? Y venga fecha tras fecha, e invitaciones de boda. No lo gestiono mal, me adapto.

No. Al principio sí, porque era todo un desconcierto. Primero la aplazamos un mes, porque creíamos que íbamos a estar bien para esas fechas. Creí que en Junio podríamos celebrar la boda, no se me pasó por la cabeza que llegado el momento siguiera la situación así de mala. Pero esto se fue poniendo chungo…. ¿Sabes qué pasa? Esto nos ha dado otra perspectiva de la vida. Nos ha dado la perspectiva de qué es realmente lo importante. Yo solo quiero trabajar, que es lo que me gusta. Hacer pruebas de vestuarios, hacer compras, aunque sea de manera online. Me gusta mucho mi trabajo.

Tengo amigos, como Juan Avellaneda, que cada vez que cambiaba la fecha se la agendaba y los tengo mareados.

No, no lo tenía hecho. Lo tenía todo, el traje de mi novio, el traje de las damas… Porque nosotras somos unas señoras mayores, y un día me sentaron y me dijeron que querían ser mis damas de honor. “Pero si tenemos 50 años”, fue mi contestación. Así que lo tenía todo preparado, menos mi vestido de novia, que me lo hace Emilio Salinas, y dijimos que lo haríamos al final. Porque además yo estaba adelgazando… Ahora necesitaría un mono de neopreno para casarme. Decidimos hacer la prueba de vestuario para el final, para que no le volviera loco, porque él sabe que yo soy mucho de cambiar de opinión.

Todo lo contrario, menos mal que las cosas sucedieron así, porque si llego a tener mi traje de novia ahí colgado en mi casa un año, me lo acabaría poniendo para ir a comprar al supermercado. Yo necesito ver poco un vestido, porque si lo veo mucho ya no lo quiero.

Sí, muchísimo. A mí me encanta salir en televisión, aunque suene frívolo, es una realidad.

Estaría encantada de volver a grabar ese programa, pero no sé si con los mismos compañeros… También es algo que no depende de mí, a lo mejor algunos compañeros no querrían tampoco sentarse conmigo. Pero no tendría problemas en volver si regresara el formato.

Pues mira, no lo sabemos… Pero también te digo que yo quiero que me siga sonando el teléfono. Si tengo que ofrecer mi Goya porque me sigan llamando, yo encantada. Pero también es verdad que me haría mucha ilusión ganárlo. Tengo mi discurso escrito desde hace tantos años que ya hasta está pasado de moda. Ese discurso yo ya no puedo decirlo.