Antonio David, tocado... ¿y hundido?

Igual que las Kardashian o Las Campos debería haber un reality solo con el culebrón Rocío Carrasco-Antonio David Flores. Sé que sería imposible ponerles de acuerdo para hacer una producción televisiva de estas características, sobre todo si tenemos en cuenta que no han logrado en décadas de guerra de trincheras llegar a acuerdos que les hubieran hecho más felices.

Hace no tanto escribía aquí sobre el evidente deterioro físico de Rocío Carrasco, que fue a su último juicio con cinco centímetros de raíz o más, no sabemos si porque no va a la peluquería a teñirse habitualmente o por exigencias del guión. Eso eran lo que comentaban mis lectores después de leer ese artículo. Yo ni lo creo ni lo dejo de creer. Cosas más rocambolescas se han visto.

Igual me pasa con Antonio David Flores, que tiene caruca, está más delgado y se va arrastrando por culpa de una lesión en un pie con dos muletas. Un elemento dramático más para un momento en el que hay una corriente de opinión a favor suyo, aunque las cosas para él parecen pintar bastos.

Lo de la lesión de Antonio David Flores e verdad, su delgadez es evidente y su deterioro quizás no sea ta evidente como el de Rocío Carrasco, que parece haber corrido las hojas del calendario hasta plantarnos en 2030. Aunque soy muy hipermétrope y solo la he visto en fotos, parece muy envejecida, demacrada y sin luz en los ojos.Más allá de que la belleza siempre está en el exterior y es algo que iremos perdiendo todos, los guapos, los feos, con el tiempo, que es más justiciero que Chuck Norris y Charles Bronson juntos, están el dolor, las heridas supurantes, el rencor que destruye y mina. Y tanto Antonio David y Rocío van a salir perdiendo, a corto, medio y largo plazo.

Aún quedan muchos capítulos por escribir y sangre por derramar, que esto no acaba aquí. Y como en los coros de las tragedias griegas, personajes colaterales que no dejan de rajar, sin necesidad. Porque, aunque no estarían más guapos callados, al menos sí más dignos. Pero ya se sabe que la dignidad y la clase es algo que no puede comprarse.Admiraba mucho a Rocío Jurado y lo único que me alegra de que no esté aquí es que se está perdiendo este espectáculo no dantesco, ya nos gustaría que tuviera esa altura literaria, sino propio de patio de vecindonas.¿Echará alguno de los dos en litigio marcha atrás? Pues no les vendría mal. Por la paz, por el bienestar, por el descanso.