Todos los detalles de la maleta de Letizia en EE.UU.

El viaje oficial de los Reyes a Estados Unidos ha tocado a su fin. Y ahora toca hacer balance. Han sido seis días, desde el 14 al 19 de junio, en los que han abordado una agenda muy intensa con paradas en tres ciudades distintas: Nueva Orleans (Luisiana), San Antonio (Texas) y Washington. Aparte del fortalecimiento de los lazos entre ambos países, tanto culturales como económicos, uno de los asuntos que más interés ha despertado es el vestuario de Letizia. Algo que se repite en cada aparición suya, y más en las citas internacionales. Por eso ahora debemos abrir la maleta real, revolverla de arriba a abajo, y analizar todo lo que se ha llevado la Reina en su visita americana.

La primera pista de por dónde iban a ir los tiros nos la ofreció a su llegada a Nueva Orleans, donde aterrizó con un nuevo vestido rojo-anaranjado de Hugo Boss, una de sus firmas fetiches. Pero si pensábamos que iba a continuar por esa línea, estábamos muy equivocados. Muy pronto empezó a sacar novedades de otras firmas, y al final hay una que ganó por goleada: Carolina Herrera.

La marca de la diseñadora venezolana afincada en Nueva York es de capital español (pertenece al grupo Puig), pero mantiene un innegable espíritu americano. Eso sí, sin olvidar a Europa. Es decir, la mezcla perfecta para que haya conquistado el corazón de estilo de Letizia. Además, la Reina no solo es la mejor embajadora de la firma en la actualidad, sino que también ambas partes han avanzado un paso más en su relación y ya le confeccionan trajes de forma personalizada, se los hacen a medida o se los "customizan". Ese ha sido el caso de este viaje. Letizia ha lucido varias novedades con un toque único.  A continuación, repasamos, uno a uno, todos los estilismos que ha llevado la Reina en un viaje inolvidable, donde ha pisado muy fuerte (con zapatos de vinilo) y lleno de buenos momentos de moda donde ha "españoleado" a placer con detalles muy patrios como los lunares. 

Aterrizaje de Hugo Boss

Los Reyes aterrizaron en la tarde noche del jueves 14 de junio en Nueva Orleans. El primer estilismo del viaje fue este: Letizia estrenó un vestido con corte en el escote y cinturón de lazada de Hugo Boss. Muy cómodo. La cartera al tono de Ángel Schlesser y los zapatos nude. 

Todo al rosa

Día 1: Este fue el inicio del viaje propiamente dicho. Y Letizia ya nos ofreció su primer look de impacto con un vestido rosa-fucsia, y complementos al tono, pero más claritos, de Magrit (zapatos y cartera de ante). Muy bonito, muy femenino y también muy ajustado en el cuerpo, demasiado quizás si hay que ponerle un "pero". . Descubrimos que era de Carolina Herrera, pero hecho a la medida. 

Hugo Boss

Por la tarde, la Reina se cambió de ropa y optó por este conjunto de top geométrico y falda de cuero con parches de color, de Hugo Boss, ya conocido. La cartera era de Ángel Schlesser y los zapatos de Magrit. 

Pendientes exclusivos

Destacamos de este look ya visto los pendientes de Lisi Fracchia, realizados en exclusiva para ella, que se puso por primera vez el pasado enero. 

Felipe Varela

Día 2: Esta jornada solo le vimos un modelo, este de Felipe Varela, que había estrenado el año pasado. Blanco, de tweed, corte lápiz y manga francesa, que conjuntó con complementos en negro. Y fue en este terreno donde nos dio la sorpresa...

Gianvito Rossi

La Reina estrenó estas sandalias o mules de Gianvito Rossi, con puntera, alto tacón y tira de pvc, tan a la moda, necesaria para sujetar el pie. Su precio: 520 euros. 

Otro vestido

Día 3: Letizia recurrió a otro vestidito para iniciar la tercera jornada, y siguiendo un poco la misma línea. Ajustado en la parte superior y con falda por debajo de la rodilla y ligero vuelo en la inferior. Este tenía escote a pico y un estampado como de espiga. Los zapatos eran de Lodi, la cartera con cierre joya de Felipe Varela y los pendientes de rubíes. 

El abanico

No nos pasó inadvertido su abanico, un detalle también muy "español", del que se sirvió para aliviarse del calor visitando una antigua misión. 

De gala

Este es el único estilismo de gala que nos brindó Letizia en Estados Unidos. Para una cena en la ciudad texana de San Antonio. Inspiración claramente española con la falda de volantes, para un vestido en blanco y negro de Carolina Herrera. La cartera, de Felipe Varela, y las sandalias de tiras brillantes, de Magrit, que son el elemento discordante en lo que hubiera sido un look perfecto de 10. Las joyas, por supuesto, de las mejores: los pendientes de chatones y un brazalete de Cartier. 

Cuerpo adaptado

En esta foto podemos observar cómo es la parte del cuerpo, por delante y por detrás. Todo en negro, dejando las transparencias para los laterales. Seguramente la prenda original hubiera sido "too much", demasiado atrevida para una Reina. 

El modelo original

Así es el modelo original de Carolina Herrera, perteneciente a una colección de 2017, cuyo precio era de 4.986 €. Como se puede observar, la parte superior es distinta, con dos parches que cubren el pecho, y el resto transparente. 

Lunares españoles

Día 4: También un solo look, pero de altura. Letizia demostró su aficiópn por los lunares, un estampado tan típicamente español, gracias a este vestido que repite cintura marcada y falda de vuelo, de la firma cordobesa Matilde Cano. La cartera era de Menbur, los pendientes de Coolook y las sandalias, de nuevo las transparentes de Gianvito Rossi. Un excelente debut en el vestidor real, pero que contiene otro truco. 

Largo original

Realmente el vestido tal cual se vende es este: largo asimétrico y con abertura delantera. Cuesta 373 €. Preferimos el modelo original, pero entendemos el "recorte" propuesto por la Reina.

El último look

Día 5: Y tras casi una semana por tierras americanas, los Reyes llegaron a su parada final en Washington y la Casa Blanca, donde fueron recibidos por el presidente Donald Trump y su esposa, Melania. Letizia escogió para la ocasión un bonito vestido de corte lápiz en color rosa chicle de Michael Kors. 

La anécdota

Un modelo que podría haber sido un escelente broche de oro al viaje de no ser porque saltó la anécdota. La Primera Dama ya lo había lucido antes, justo hace un año, en otra audiencia en la Casa Blanca. Solo que el suyo era azul y no se puso cinturón. Si hablábamos de inspiración mutua, esto ha hecho que se refuercen todas las teorías. Podemos jugar al ¿a quién le queda mejor?