Mientras Carlos III permanece inmerso en su tratamiento por el cáncer que padece, la Reina Camilla es quien lleva las riendas de la primera línea de la Corona británica. Este jueves, la consorte ha hecho frente a un compromiso oficial en Belfast, donde ha hablado con algunos de los invitados allí presentes sobre el estado de salud de su marido.

La Reina Camilla en Belfast

La Reina Camilla en Belfast.

Gtres

Durante su paso por la capital de Irlanda del Norte, la Reina Camilla ha tenido oportunidad de visitar una tienda de alimentación en la que la dependienta aprovechó para darle una tarjeta para el monarca. Además, le ha deseado una pronta recuperación en la difícil enfermedad que está atravesando, del mismo modo que un carnicero le ha regalado un paquete con sus mejores productos como, por ejemplo, las salchichas a la cerveza Por su parte, la esposa del Rey Carlos ha asegurado que su compañero de vida “está muy bien” pese a las circunstancias, y que “le decepcionó no poder venir”, pues se trata de una cita ineludible para él.

Los asistentes se interesaron aún más si cabe por el estado de salud del monarca al admitir que los hombres “no son los mejores pacientes”. Sin embargo, Camilla Parker intentaba quitar hierro al asunto al revelar entre risas que intenta “mantenerlo en orden” para que siga al pie de la letra las instrucciones de los médicos y así pueda recuperarse y retomar sus compromisos cuanto antes.

El Rey Carlos en el Palacio de Buckingham

El Rey Carlos en el Palacio de Buckingham.

Gtres

No hay duda de que el Rey Carlos está deseando volver a su rutina habitual. Aunque el hijo de Isabel II permanece en un segundo plano en lo que a los actos oficiales se refiere, algunas veces sí que reaparece públicamente para demostrar que todo está bien. Eso es precisamente lo que ha sucedido en la última ocasión, cuando ha dado continuidad a sus audiencias en el Palacio de Buckingham. Durante esta misma jornada, el soberano ha recibido al Alto Comisionado de la República de Singapur. Un encuentro dotado de una gran sobriedad en el que Carlos III ha cobrado un papel fundamental como miembro imprescindible de la Familia Real británica. Además, se le ha visto con un aspecto mucho más mejorado que la última vez, la cual tuvo lugar hace justo un mes y en la que se le pudo ver bastante desmejorado.

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Fue el pasado 21 de febrero, cuando Carlos III protagonizó su primera aparición en un compromiso monárquico tras haber sido diagnosticado de cáncer. El hijo de la Reina Isabel reaparecía en el Palacio de Buckingham para encontrarse con el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak. Un encuentro por el que Casa Real difundía las primeras imágenes del soberano tras darse a conocer la enfermedad que padece, y en las cuales llamaban especialmente la atención sus manos con rojez. No obstante, él mismo se ha referido en alguna que otra ocasión a sus dedos como “salchichas”, pues se trata de una parte de su cuerpo que siempre ha generado debate. 

Poco a poco, y conforme pasan los días, la crisis de la Familia Real británica parece llegar a su fin. El 2024 no ha empezado de la mejor manera para el clan Windsor, ya que en enero el Palacio de Buckingham anunciaba un comunicado con el que aseguraba que el soberano tenía previsto pasar por quirófano para ser operado de un tumor en la próstata. De la misma manera, Kate Middleton se sometía a una cirugía abdominal por la que permanecería en un discreto segundo plano y totalmente alejada de la vida pública hasta después de Semana Santa.

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Pese a que Casa Real ha tenido una notable transparencia a la hora de hablar del estado de salud de Carlos III con el objetivo de que otros hombres acudan a realizarse las pruebas pertinentes para atajar enfermedades, no ocurría lo mismo con Kate Middleton. Hasta hace apenas unos días, el paradero de la Princesa de Gales era todo un misterio dentro del panorama internacional. El Palacio de Kensington no aportaba ningún detalle, lo que hacía saltar las alarmas sobre si la esposa del Príncipe Guillermo estaba peor de lo que se había dicho en un primer momento.

Estos varapalos de salud, sumados al retiro temporal del heredero al trono y de la Reina Camilla por descanso y para cuidar de sus seres queridos, hicieron que la Familia Real estuviera en jaque. Sus posturas fueron duramente criticadas a lo largo y ancho del globo, aunque ahora poco a poco parecen salir del bache en el que estaban inmersos.