Margarita de Dinamarca ya está de vacaciones. La soberana acaba de empezar este periodo de descanso en su retiro habitual para estos casos, el castillo de Graasten, situado en un fiordo al sur del país. Y para ello ha querido (y ha podido) rodearse de sus dos hermanas, la princesa Benedicta y Ana María de Grecia. Junto a ellas ha posado así de sonriente en las puertas del palacio, dispuesta a compartir complicidades y tantos recuerdos atesorados desde su infancia.En esta residencia han disfrutado de sus veraneos desde que tienen memoria. Y es que se la cedió el Estado a sus padres, los entonces príncipes herederos Federico e Ingrid, después de su boda, en 1935. A partir de ese momento la convirtieron en su lugar oficial de vacaciones. Y la misma tradición ha conservado la reina Margarita, sobre todo después de que su madre falleciera, en el año 2000.
Margarita tiene 81 años y es la mayor de las tres hermanas. Benedicta ha cumplido 77 y se mantiene activa dentro de algunos compromisos en la agenda oficial. Ana María, que cumplirá 75 años el próximo 30 de agosto, está casada con el exrey Constantino de Grecia, hermano de la Reina Sofía, con quien reside en Porto Jeli. Es por eso por lo que este reencuentro de las tres cobra una especial importancia.Además también aprovecharon para recibir en los jardines del palacio a un grupo de exsoldados veteranos de guerra que participaban en una carrera ciclista, demostrando su cercanía con todos ellos.
Debido a la pandemia las hermanas no han podido verse todo lo que quisieran, en especial con la menor, por vivir fuera de Dinamarca. Pese a todo, las pasadas navidades pudieron verse y juntas se embarcaron en el yate real Dannebrog. Ahora, alentadas por las buenas temperaturas, también se han subido a bordo y han repetido la experiencia. La soberana, por cierto, hizo uno de sus habituales guiños luciendo en su vestimenta un estampado de margaritas.
Margarita y Benedicta se dejan ver juntas con más frecuencia; incluso a veces comparten actos oficiales. En lo personal ambas son viudas (en 2018 y 2017 respectivamente), por lo que, aunque son madres y abuelas, esta circunstancia las ha unido más si cabe apoyándose en sus vivencias comunes.
Evidentemente es más complicado que Ana María se les sume en sus planes. Hace solo unos días, por cierto, esta reaparecía con su marido en un concierto en el Odeón de Atenas, al que también asistieron la Reina Sofía y la princesa Irene de Grecia. Así pues, están siendo días de emotivos reencuentros para todos.Pese a la distancia y las distintas responsabilidades (sobre todo para una Jefa de Estado como es la reina Margarita), la posibilidad de abrazarse y besarse siempre es reconfortante. Y más cuando ha mediado una pandemia que les ha impedido hacerlo durante tantos meses.